La noche del 1 de septiembre de 2006 el centro nocturno Sol y Sombra, de Uruapan, estaba casi lleno. El encargado del bar, Carlos Álvarez, contó que a la una de la mañana hombres armados llegaron en tres vehículos y que, tras someter a los clientes, dejaron caer sobre la pista de baile cabezas humanas que llevaban en unos sacos.
El comando había lanzado cinco cabezas cercenadas, aún chorreando sangre, de hombres que habían sido integrantes de Los Zetas. Se retiró tras dejar un pedazo de papel con un mensaje: “La Familia no mata por paga, no mata mujeres, no mata inocentes. Sólo muere quien debe morir. Sépalo toda la gente: esto es justicia divina”.
Esta fue la carta de presentación de La Familia Michoacana, fundada por Carlos Rosales Mendoza El Tísico, José de Jesús Méndez Vargas El Chango Méndez, Nazario Moreno González El Chayo, Enrique Plancarte La Chiva, Arnoldo Rueda Medina La Minsa y Servando Gómez Martínez La Tuta.
Este grupo se oponía a Los Zetas, que se habían apoderado de Michoacán tras erradicar a Los Valencia.
Hay datos de que desde 2005 ya se estaban organizando grupos locales para hacerle frente a Los Zetas. En julio de 2006 hubo mensajes que dejaron en algunos cuerpos de ejecutados en los municipios de Uruapan, Tepalcatepec y Buenavista Tomatlán, con la leyenda “Para que aprendan a respetar. La Familia se respeta”.
Inicialmente se hacían llamar La Empresa –que fue fundada por El Tísico. Estaba integrada por dos grupos operativos: uno dirigido por El Chango Méndez y otro por El Chayo.
Un documento de inteligencia militar al que tuvo acceso el reportero Alejandro Gutiérrez –autor del libro Narcotráfico. El gran desafío de Calderón– (Gutiérrez, 2007), asevera que en su arranque La Familia Michoacana estaba compuesta por 850 miembros, algunos de ellos excolaboradores de Los Zetas, lavadores de dólares y grupos criminales pequeños de Michoacán.
La Familia Michoacana y Los Zetas mantuvieron una lucha sin cuartel por el dominio de la entidad, así como de Guanajuato y el Estado de México, con resultados escalofriantes: 4 mil 927 muertos de ambos bandos, además de población civil, entre 2006 y 2011, según datos del Gabinete de Seguridad Pública. (Valdés Castellanos, 2013)
Otras cifras periodísticas indican que sólo en Michoacán –de 2003 a 2011, durante los gobiernos de Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy– la cifra de muertos por la guerra entre estas dos organizaciones llegó a 6 mil.
Lázaro Cárdenas Batel negó entonces la existencia de un nuevo grupo criminal en la entidad, pero entonces La Familia Michoacana publicó un desplegado en varios periódicos estatales.
El 22 de noviembre de 2006, copias de un mensaje de La Familia Michoacana fueron repartidas en Ario de Rosales, Turicato, Tacámbaro, Apatzingán, Carácuaro y Nocupétaro. Este mismo mensaje apareció en dos periódicos de Morelia, La Voz de Michoacán y el Sol de Morelia, en el cual el grupo criminal hacia su presentación ante la opinión pública y los michoacanos.
El texto íntegro decía así:
LA FAMILIA MICHOACANA
¿Quiénes SOMOS?
Trabajadores nativos de la región Tierra Caliente en el estado de Michoacán, organizados por la necesidad de SALIR de la opresión, de la humillación a la que siempre fuimos sometidos de personas que siempre tuvieron en todo el tiempo el poder y consecuentemente ello les permitió realizar todo tipo de pillerías y atropellos en el estado; como los del cártel MILENIO algunos de apellido Valencia y otras organizaciones como la banda de los treinta que ha tenido aterrorizada a gran parte del estado sobre todo las áreas de Puruarán, Turicato, Tacámbaro y Ario de Rosales, desde los años ochenta hasta la fecha, que han pretendido entrar a realizar secuestros, robos, extorsiones y otras artimañas que perjudiquen la paz de los Michoacanos.
MISIÓN
Erradicar del estado de Michoacán el secuestro, la extorsión y asesinatos por paga; Por parte de la gente del Cártel del MILENIO y algunos de apellido Valencia, que han hecho del estado de Michoacán su feudo. Nuestra única razón es que amamos nuestro estado y ya no estamos dispuestos a que la dignidad del pueblo sea atropellada. Quizá en este momento la gente no entienda, pero sabemos que la región más afectada nos entiende. Y es posible combatir estos delincuentes aquí en Michoacán, los cuales fueron establecidos por gente de Jalisco, Sinaloa, Colima y Guerrero. A los cuales no dejaremos que entren a nuestro estado a seguir delinquiendo. Se está erradicando en su totalidad en todo el estado de Michoacán la venta al menudeo de la droga LETAL conocida como “ICE” o “HIELO” por ser una de las peores drogas que están haciendo daños irreversibles en la sociedad michoacana y se va a prohibir la venta de vino adulterado que se comenta viene de “Tepito” y sabemos que lo que viene de ahí es de mala calidad.
OBJETIVO
oSeguir manteniendo los valores universales de las personas, a los cuales tienen pleno derecho.
oErradicar el secuestro, robos, extorsiones telefónicas y secuestro express aunque para esto desgraciadamente se ha recurrido a estrategias muy fuertes por parte de nosotros, ya que de esta forma hemos visto que es la única forma de poner orden en el estado y no vamos a permitir que esto se salga de control de nuevo, sabemos que esto nos traerá como consecuencia problemas muy duros con algunos sectores de la sociedad ya que muchos de estos grupo estaban aliados con el mismo gobierno y desgraciadamente en gobierno, juzgados, jueces y magistrados no ven el mundo que llevamos, y sin culparlos por ser gente de oficina por no ver lo que realmente pasa en las calles y áreas rurales de nuestro lindo y hermoso estado de Michoacán; Ya que estamos haciendo actividades legales dentro de lo ilegal.
oApoyar a la gente con despensas, literatura así como aulas para mejorar la educación de la sociedad esto dirigido principalmente al área rural, la cual es la más marginada, humillada y más en la región de Tierra Caliente en el estado.
¿Por qué nos Formamos?
Cuando empieza esta organización de la FAMILIA, Michoacán no se esperaba que fuera posible que se pudiera llegar a erradicar el secuestro, asesinato por paga, la estafa y la venta de la droga conocida como hielo pero gracias al gran número de personas que han tenido fe hemos logrado controlar este gran problema en el estado.
LA FAMILIA somos un grupo de gente la cual ha ido creciendo de tal forma que en la actualidad abarcamos todo el estado de Michoacán. Esta organización surgió con la proyección de combatir la delincuencia ya desenfrenada que había en nuestro estado como son el secuestro, asesinato por paga, la estafa y la venta de la droga conocida como hielo ya que el gobierno sin nosotros no lo hubiera logrado, aunque hay muchos que, no nos han apoyado ya que trabajan en conjunto con los del Cártel del Milenio muchos de apellido Valencia y con la banda de los treinta.
No se había podido erradicar la venta al menudeo de hielo y LA FAMILIA a logrado grandes avances al ir combatiendo poco a poco estos males, no podemos cantar victoria pero sí podemos decir que el estado se ha ido mejorando en estos problemas un 90%. Cuando empezamos a organizarnos y a proponer quitar la venta de drogas al menudeo de las calles como el “Hielo” muchos nos dijeron que ni en los países del primer mundo lo habían podido controlar, ya lo estamos haciendo.
PARA REFLEXIONAR
¿Tú qué harías como Michoacano, te unirías a la familia si ves que estamos combatiendo estos delitos? O ¿Dejarías que sigan creciendo?... Danos tu opinión.
A ti padre de familia te pregunto: ¿Te gustaría que tu hijo anduviera en las calles y en peligro de caer en las drogas y en la delincuencia?
¿Apoyarías a esta organización en su lucha contra estos males que atacan a nuestro pueblo?
Los medios de comunicación han sido muy acertados y objetivos en sus comentarios ante los acontecimientos ocurridos, cosa que se les agradece por su imparcialidad y damos las gracias a estos medios por sus comentarios sobre nuestra acciones.
Aun en países del primer mundo no se han organizado para realizar este tipo de actividades a favor de su pueblo y aquí ya empezamos… El éxito esperado dependerá del apoyo y la comprensión de la sociedad michoacana.
ATENTAMENTE:
LA FAMILIA MICHOACANA
(sic)
Los jefes de La Familia alegaban públicamente que no eran una organización violenta y que tampoco estaban en contra del gobierno o el Ejército, sino todo lo contrario: que su tarea era “limpiar” el estado de todos los grupos delincuenciales y hacer el bien social.
En una entrevista, Nazario Moreno justificaba así la existencia de la organización:
“La Familia surge de la nueva forma de pensar de la gente. Lo que obtienes con violencia, con violencia vas a conservarlo. La Familia es un cambio de rumbo, de encauzar para bien. Hay infraestructura y hay que aprovecharla. Hay recursos humanos, hay poder para financiar, porque toda persona que trabaja aquí tiene su salario. Y cuando la gente ya está aquí y hace su trabajo con honestidad, sabe que se trata de una empresa. Como en todas las familias, hay quien actúa mal y hay personas que no llevan a cabo la misión que les fue encomendada. (...)
“El mando decidió, de alguna manera, hacerlo público para hacer saber que existen algunas personas que se dedican a matar a la población y hay muchos ilícitos y las autoridades están imposibilitadas. Ni siquiera existe la capacidad física, los recursos humanos para enfrentar la situación. Tienen incapacidad numérica. (…)
“A la gente le interesa mucho el bienestar de La Familia. Estamos preocupados por nuestra juventud. Ya basta de que en el estado haya tanta violencia, todas las drogas son malas, pero el ice o hielo acaba. (…)
“Esta es La Familia Michoacana, no tenemos rivalidad con Los Zetas o con el Cártel del Golfo. Es difícil... porque ellos estaban en su territorio. Se les respeta sin entrar en rivalidad, pero además no ha habido una intervención directa de ellos en el estado. Estamos cuidando que la gente no ande por ahí matando, que no ande tirando balazos. Se les conmina a que se comporten. No queremos llegar a más. Ahora la nueva política es otra: a los que venden drogas, a los que roban, a los que secuestran a cualquier gente que esté fuera de orden, los vamos a exhibir, los vamos a desnudar públicamente. Es la política de la empresa. A la gente que anda haciendo cosas malas, a la gente que está vendiendo drogas, se le llama y se le dice: necesitas enderezarte. Se les llama la atención: o cambias o te tienes que ir. Aquí a nadie se le permite que ande con su pistola, no por el hecho de sentirse con poder va a andar abusando. Hay que sujetarse a una disciplina bastante rígida, basada en las buenas costumbres, y ninguna persona que trabaje honestamente será afectada. Queremos hacer saber que no somos una amenaza para la sociedad. (…)
“Sabemos que de alguna manera se cae en eso. Lo que La Empresa plantea es bajar la violencia. Ahora hay otra cosa muy importante: lo de las decapitaciones. Algunas nos fueron atribuidas. (...) Lo que se busca es bajar al máximo la violencia, el asesinato, no aplicando medidas tan drásticas. Quizá sí tuvo que haberlas. (...) Ha habido mandos que se han excedido y tuvieron que ser reemplazados, porque esa ya no es la política de La Empresa. La Familia no quiere matar.”
Diversos testimonios ofrecidos a distintos medios, como al periodista William Finnegan de The New Yorker, daban cuenta de las “bondades” de la organización en Tierra Caliente, donde la gente aseguraba que La Familia los cuidaba, les daba empleos, los ayudaba en problemas de salud y hasta llevaba a los jóvenes a centros de rehabilitación.
Con estas labores, al principio, La Familia Michoacana se ganó la simpatía de muchos en pueblos, comunidades y ciudades, creó una base social muy similar a la que lograban algunos grupos guerrilleros. De hecho, sus partidarios varias veces salieron a la calle a pedir la salida del Ejército y policías federales que habían llegado a combatir al grupo.
La realidad profunda era otra: las manos de La Familia estaban tintas de sangre, tanta que después de tres años de lucha contra Los Zetas lograron expulsarlos de Michoacán. Y luego arremetieron contra quienes habían prometido proteger: autoridades, comerciantes, agricultores, empresarios, vendedores de la calle y todo aquel que no estaban dispuestos a acatar las órdenes del grupo.
El surgimiento de La Familia Michoacana es, quizá, el primer “aporte” del narcotráfico mexicano al crimen organizado mundial. Aunque comparte con Los Zetas una base paramilitar, pues en sus filas tuvieron expolicías, exmilitares y exkaibiles guatemaltecos, La Familia Michoacana incorporó además un perfil religioso, político, social y de guerrilla como no se había registrado en otros países, donde también existen organizaciones muy desarrolladas del crimen organizado, como Italia, Colombia y Estados Unidos.
De acuerdo con distintos documentos de inteligencia militar que circularon desde 2006, La Familia Michoacana tuvo dos años de preparación antes de darse a conocer como grupo “protector y justiciero”. Contaba con 4 mil integrantes, a los cuales les hacían leer la Biblia y los pensamientos de Cristo, Buda, Mahoma y Gandhi. Además, a su base social le daban la atención que el Estado y el gobierno no le proporcionaban, como servicios básicos de salud, caminos, electricidad y trabajo.
El periodista Alejandro Gutiérrez señala en su investigación que un documento confidencial sobre La Familia Michoacana, elaborado por militares, asienta que este grupo se presentó como “un grupo civil que busca pelear al crimen con uso de la fuerza ilegal y que realmente se hacía llamar La Empresa”, para lo cual realizaban “trabajo social” mediante actos “justicieros” delictivos, como la decapitación de sus enemigos.
“El modo de operar de esta organización de La Empresa, hoy La Familia Michoacana, es a través de un consejo ejecutivo que está integrado por cabezas no visibles de cárteles regionales y municipales, que participan dentro del cártel del Golfo, y que en la actualidad se encuentran en Querétaro”, señalaba el documento consultado por el periodista.
Lo interesante es lo que el autor del análisis castrense dijo al reportero, de manera anónima: “Este grupo es lo más cercano a las Autodefensas Unidas de Colombia, las cuales se presentaban primero como una facción social que mantiene su lucha armada contra un sector de la guerrilla implicada en el narcotráfico, pero ellos mismos terminan implicados en el narco”. (Gutiérrez, 2007, pág. 59)
Y así ocurrió. Durante los primeros meses de 2006 los líderes de La Familia Michoacana citaron a empresarios y comerciantes de Tierra Caliente para decirles que ellos actuarían “como familia”, y que como tal los protegerían de los abusos de los otros cárteles, en especial de Los Zetas. Pero para ello, necesitaban de una “cooperación voluntaria” pues requerían recursos para armarse y mantener a la gente con la que se enfrentarían a los cárteles.
En el arranque de sus acciones llevaban a los jóvenes drogadictos a rehabilitarse en centros que la misma organización sostenía; castigaba a violadores, rateros, secuestradores y hasta borrachos que encontraban en las calles; como si fueran funcionarios le daban a la gente sus números de teléfono para que reportaran quejas; presionaban a las autoridades para que atendieran las demandas ciudadanas; gestionaban obras públicas y hacían negocios con los empresarios locales con el fin de llevar prosperidad a la comunidad, y combatían la venta de drogas duras.
Cuando las cosas cambiaron la cooperación voluntaria se hizo una obligación cuyo incumplimiento acarreaba la muerte; los jóvenes que eran rehabilitados se convirtieron en sus sicarios, adiestrados en las armas y moldeados bajo leyes de una secta; sacaron a la luz su participación en el narcotráfico, y profundizaron el modelo de extorsiones, secuestros, cuotas por derecho de piso, asaltos y expropiaciones de negocios que Los Zetas habían impuesto a la población. Arguyendo la “justicia divina”, sometieron a los michoacanos y se permitieron la más brutal de las violencias.
La nueva organización criminal de Michoacán mostraba su verdadero rostro hecho con los perfiles de sus líderes. En el manejo del negocio de las drogas estaban El Tísico y El Chango Méndez, especializados en el trasiego y en el lavado de dinero, mientras que el aspecto “social” lo daba La Tuta.
Según el exdirector del Cisen Guillermo Valdés Castellanos, La Tuta se formó como maestro normalista, participó en los movimientos de izquierda en Michoacán y Guerrero cercanos al Ejército Popular Revolucionario (EPR). Por eso tiene conocimientos de tácticas de lucha guerrillera, como las emboscadas que La Familia perpetra contra la Policía Federal y la construcción de una base social.
En tanto, El Chayo o El Más Loco le dio el perfil de secta religiosa a la organización criminal. Al respecto, Guillermo Valdés señala: “El Chayo fue un personaje carismático con aptitudes de líder espiritual que quiso imprimirle a La Familia una mística y una orientación de secta religiosa”.
Conocido también como El Pastor, Nazario Moreno González nació en Apatzingán el 8 de marzo de 1970 y, según su autobiografía titulada Me dicen El Más Loco, vivió en la pobreza con sus 12 hermanos, hasta que decidió emigrar a Estados Unidos.
Católico primero y luego evangélico, a fines de los ochenta Nazario trabajó en Redwood, San José, Fresno y Palo Alto (California), donde según sus propias memorias comenzó a vender mariguana en parques, escuelas y reservas de indios. En 1987 regresó a Apatzingán, donde se dedicó al negocio de la siembra y venta de mariguana a compradores de Guadalajara, Puebla e Hidalgo. Al mismo tiempo, vendía autos usados de Estados Unidos en Michoacán. En sólo un año ganó 2 millones de dólares.
En 1989 se fue a vivir a Río Grande, Texas, y continuó con sus negocios. En noviembre de ese año, en uno de sus retornos a Apatzingán, fue detenido por un pleito a balazos y recluido en el penal de Morelia por un corto periodo. Al salir de la cárcel –ese mismo año– regresó a Texas y fortaleció los negocios de autos hasta 1992, cuando se trasladó a California pero sin perder el vínculo con sus contactos texanos.
En los reportes estadunidenses aparece que su primer antecedente con el narcotráfico en aquel país data de 1994, cuando fue capturado por vez primera en McAllen, Texas, por transportar droga que pasaba de Reynosa, Tamaulipas, bajo las órdenes de su mentor, El Tísico.
Moreno regresó a México, donde inició un negocio que consistía en comprar sombreros rancheros hechos en Guanajuato y venderlos en Texas, California y Atlanta. Mientras, en la Ciudad de México fundó la agrupación de taxis Servitaxis Constituyentes.
Pero tenía problemas de alcoholismo desde hacía muchos años. Así, decidió entrar a Alcohólicos Anónimos donde, rememora El Pastor, descubrió su afición por el mundo espiritual y el estudio de las sociedades secretas. “Me relacioné con grupos que profesaban ideales secretos de superación mundial con ramificaciones en muchos países, especialmente Francia, Hungría, Rusia. (…) También en este tiempo fue cuando sentí el llamado de Dios, iniciando el estudio de la Biblia, como lo hacen los verdaderos teólogos, profundizando en el entendimiento de la vida, mensaje y filosofía del maestro de Galilea”.
A partir de entonces, Nazario abrazó “su vocación de servir al prójimo” y trató de combatir “a los verdaderos azotes de la humanidad: la ignorancia, la injusticia y la mentira”. Pero no dejó el jugoso negocio del narcotráfico.
Así, la Corte Federal del Distrito Sur de Texas, con sede en McAllen, libró una nueva orden aprehensión contra El Chayo, a quien acusó de enviar más de cinco toneladas de mariguana en seis cargamentos entre el 15 de junio de 2002 y el 21 de agosto de 2003, por lo cual tuvo que regresar a México, donde se alió con El Tísico para formar La Empresa, y luego con La Tuta para lanzar La Familia Michoacana.
De este modo se dedicaba a difundir la palabra de Dios y, al mismo tiempo, vender estupefacientes.
Nazario escribió un par de libros –Pensamientos de la Familia y Me dicen El Más Loco– donde expuso sus confesiones y su visión del mundo, ofreciendo a los jóvenes una salvación y una superación personal. Cada libro tuvo un tiraje de al menos 20 mil ejemplares que se repartieron en multitud de pueblos e incluso en oficinas del gobierno estatal.
Estos dos libros –más los de John C. Maxwell Las 21 cualidades indispensables de un líder, el de Rich Warren Liderazgos con propósitos y el de John Eldredge, un líder cristiano fundador de la secta los Ministerios de los Corazones y autor del libro Sé todo lo que puedes ser, que sirvió de inspiración a Nazario– eran lectura obligada para los integrantes de La Familia Michoacana.
En sus libros –que son una mezcla de pasajes de su vida con enseñanzas de filosofías china, hindú, griega, egipcia y de algunas sectas– habla de sus viajes iniciáticos vestido de pobre por todo el país, “parecido al Che Guevara”, y también revela que el nombre de La Familia Michoacana lo puso él retomando el nombre de una agrupación social que formó desde el año 2000 para ayudar a la gente, y que se llamaba “La Familia”.
Nazario convocaba a los jóvenes a “dejar todos los vicios”. Sus pensamientos eran la base de adoctrinamiento que imponía a todos aquellos que iban a dar a los centros de rehabilitación que La Familia Michoacana construyó y que en realidad servían de escuelas de sicarios. Según sus propias estimaciones, rehabilitaron a 47 mil personas en tres años.
Para difundir sus pensamientos incluso buscó maestros rurales o personas que formaron parte del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe). Creía que así tenía un mejor control de los pensamientos y motivación de sus integrantes para seguir adelante con sus crímenes.
Además, nombró a Rafael Hernández Cedeño El Cede –exagente del Ministerio Público– como “el instructor” en los albergues donde “rehabilitaban” a adictos y alcohólicos.
En 2009, cuando El Cede fue detenido, declaró que durante 2008 formó a más de nueve mil pistoleros que se incorporaron a la organización.
El adoctrinamiento, dijo, consistía en cursos de “superación personal, valores, principios éticos y morales acordes a los fines de La Familia”. Se buscaba que sus subordinados se apartaran de las drogas, el alcoholismo y “regresaran a sus familias”.
Entre los centros que esa organización tenía –y que de cierta forma era la oficina central– estaba el albergue Gratitud A.C., ubicado en Apatzingán. Los gatilleros eran escogidos según sus habilidades y llevados a otros “centros de meditación” ubicados en casas o ranchos en Santa María, Tarímbaro; Pátzcuaro; Erongarícuaro; Santa Clara de Cobre, y Acuitzio, entre otros.
Cedeño también reportaba directamente a El Chayo los pormenores de las actividades delictivas de la organización. Se encargaba de expandir la zona de influencia de la organización en Guerrero, para lo cual contaba con grupos de sicarios que se enfrentaban a Los Zetas, grupo que a su vez buscaba ingresar a Michoacán por Zihuatanejo, Guerrero.
El Cede tenía su centro de operaciones en Lázaro Cárdenas, donde coordinaba el trasiego de los cargamentos de cocaína provenientes de Centro y Sudamérica y recibía cargamentos de efedrina y pseudoefedrina provenientes de Asia y Europa, mismos que distribuía a los laboratorios clandestinos.
Asimismo, mantenía el control de los bares y giros negros de la zona, cobraba cuotas a los dueños y promovía la prostitución de estudiantes de secundaria y preparatoria. Al momento de su detención, Cedeño portaba una credencial que lo acreditaba como observador permanente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Michoacán, una organización inexistente.
Hasta su detención en Morelia en un bautizo, El Cede mantenía relaciones con políticos, empresarios y policías locales. Según informes federales, llegó a vincularse con personalidades cercanas al gobierno de Leonel Godoy.
Pero El Pastor rebasó sus pretensiones de líder espiritual y se hizo santo. Esto ocurrió después de diciembre de 2010, cuando el gobierno de Felipe Calderón aseguró que había sido abatido en un enfrentamiento, lo cual resultó falso, pues había escapado. Se escondió en la sierra, en refugios discretos desde donde seguía dirigiendo la organización.
Además de los libros, El Chayo mandó escribir rezos para que sus adeptos los cantaran mientras llevaban en sus manos rosarios con su imagen.
Una de las oraciones a San Nazario decía:
Oh, Señor todopoderoso,
Líbrame de todo pecado,
Dame protección bendita
A través de San Nazario.
Protector de los más pobres,
Caballero de los pueblos,
San Nazario danos vida,
Oh bendito, santo eterno.
Luz bendita de la noche,
Defensor de los enfermos,
San Nazario, santo nuestro,
Siempre en ti yo me encomiendo.
Gloria a Dios Padre,
Te dedico mi rosario,
Danos salud y más trabajo,
Abundancia en nuestras manos,
Que nuestro pueblo esté bendito,
Yo te pido, San Nazario.
Moreno mandó construir amplias capillas en las entradas de los pueblos donde gobernaba su banda, y en el centro de las mismas ordenó instalar un busto con su imagen estilizada, casi de tamaño natural. Aparecía con la misma barba de candado que se le suele poner a Jesucristo, pero en sus imágenes aparecía con una espada, un manto cubriéndole la cabeza y una cruz paté roja en el pecho, la misma que en el Medievo emplearon Los Caballeros Templarios.
Algunas de esas figuras estaban chapadas en oro. Cuando en 2013 las autodefensas ciudadanas liberaron pueblos del dominio de Los Caballeros Templarios –como Nueva Italia, Buenavista Tomatlán, Tepalcatepec o Parácuaro, el pueblo del cantante Juan Gabriel–, el Ejército y la policía destruyeron cada capilla, imagen y busto de Nazario que encontraron.
Hacia 2012, el corresponsal de Proceso, Francisco Castellanos, tuvo la oportunidad de visitar una de las capillas que había en la comunidad de Holanda, municipio de Apatzingán, y atestiguar una ceremonia en la que medio centenar de personas rindió culto a Nazario, convertido en un santo parecido a Jesús Malverde.
Castellanos llegó al paraje Holanda, donde presuntamente fue abatido Nazario Moreno, acompañado de otro periodista, Edgardo Morales Shertier, quien había escrito un pequeño libro –Los Caballeros Templarios. Un Movimiento Insurgente– en el cual hacia una defensa de este grupo como un movimiento social. Ambos periodistas recibieron el permiso para llegar hasta este lugar, donde había una hilera de 37 cruces, correspondientes a cada uno de los muertos que hubo ahí en los enfrentamientos del 9 de diciembre de 2010. Una de esas cruces, de casi dos metros de altura, tenía inscrita la leyenda: “Nazario Moreno González, Alias El Loco, nació 08/mar/1970, falleció 09/dic/2010”.
“Las cruces están colocadas frente a una capilla tenuemente iluminada por una lámpara. En el pedestal reposa una estatua artesanal de oro de 18 quilates e incrustaciones de brillantes con la efigie de San Naza, como se conoce ahora a Nazario Moreno, a quien los pobladores de la zona llamaban indistintamente El Loco o El Chayo”, reportó Castellanos. (Proceso 1866)
Entre las imágenes de Cristo, el Sagrado Corazón de Jesús, el Señor de la Misericordia, San Judas Tadeo y la misma Virgen de Acahuato estaba enmarcada la figura de Nazario y su oración. Incluso se vendían estampas religiosas, rosarios y escapularios.
Ya a la entrada a Holanda, los reporteros encontraron a los fieles de San Nazario que rezaban: “Luz bendita de la noche, defensor de los enfermos, San Nazario, santo nuestro. Siempre en ti, yo me encomiendo…”.
Se trataba de una procesión con la imagen de Nazario, donde se multiplicaban las oraciones, las velas, los ramos de flores portados por niños, jóvenes, ancianos y mujeres, estampas de Nazario transformado en una efigie de barba cerrada, vestido con una túnica dorada, bordes de perlas y brillantes en el cinturón. Los devotos llevaban bajo el brazo el libro rojo Me dicen El Más Loco. Uno de ellos justificó la veneración al narco:
“Lo queremos hacer santo. Ya mandamos a hacer 5 millones de estampas de San Nazario para repartirlas entre sus fieles. ¿Eso también es un delito? Si la Iglesia lo quiere reconocer, mejor. Si no, de todas formas esto ya no lo para nadie. El culto a San Nazario crece. Somos muchos los seguidores y hay capillas en los 113 municipios de Michoacán; también en Guerrero, el Estado de México, Hidalgo, el Distrito Federal, Puebla, Guanajuato, Querétaro y otros estados.
“No queremos competir con ese de Sinaloa, Jesús Malverde. Nazario no era narco. Sí estaba un poco loco, pero ayudaba a todas las poblaciones: prestaba dinero a los campesinos sin cobrarles rédito. Y ellos le pagaban cuando levantaban su cosecha. También repartía láminas, molinos, aparatos eléctricos, de línea blanca. Ahí está en el libro rojo.”
En dicho libro Nazario señalaba: “De mí han propalado algunos medios de comunicación, azuzados por el gobierno, las versiones más terribles que en la realidad nunca me hubiera atrevido a realizar. Ellos me han creado una fama de perverso, de ser un hombre sin sentimientos y sin escrúpulos. Han llegado a acusarme de que yo me siento un dios, un santo, un espiritista y quién sabe cuántas sandeces más, con el único fin de ridiculizarme y ocultar mis verdaderas metas sociales.
“Sinceramente, he de reconocer que sí han logrado exhibirme como una persona despreciable, pues he comprobado en reiteradas ocasiones que mucha gente tiene una imagen negativa de mí. Como dicen en el rancho: ‘Me han hecho un perro del mal’.”
Explicaba que La Familia Michoacana daba “terapia y ayuda de superación” a sus integrantes y que la denominación se la dio porque por definición, “la familia es un concepto que se refiere a un grupo homogéneo, a una misma clase social, a una cultura, tradición; misma sangre, mismo linaje, mismos intereses e iguales objetivos”.
Y añadió: “No recuerdo en qué fecha, por qué motivo o razones los medios de comunicación al servicio del gobierno iniciaron la campaña de desprestigio diciendo que el grupo que yo dirigía era una bola de narcotraficantes y empezaron a atacarnos por todos los francos (sic) y quemarnos ante los ojos de la sociedad.
“Nos involucraron en actividades del narcotráfico y de pronto ya estábamos siendo perseguidos como si fuéramos perros rabiosos. Las noticias que pasaban por la televisión y la radio eran tan venenosas que pareciera que se conjugaron en mi persona todos los Jinetes del Apocalipsis.”
Escribió que al ser perseguido por el gobierno de Felipe Calderón se sintió “acorralado e incapacitado” para demostrar su “inocencia”, por lo que tuvo que refugiarse en las montañas de su pueblo.
Según él, para defenderse de la persecución federal contactó a “políticos de importancia, empresarios, productores agrícolas y ganaderos, dirigentes de organizaciones de derechos civiles, sindicalistas, restauranteros, e incluso funcionarios del mismo gobierno de Felipe Calderón y hasta algunos jefes policiacos.
“Poco después de remontarme en los montes, nuestros simpatizantes y las redes de apoyo nos hicieron llegar docenas, después cientos y al último miles de armas de diferentes calibres para que el brote de rebeldía no se extinguiera y siguiéramos con nuestra bandera de reivindicación social.”
En la montaña, añade, “protegido por miles de campesinos y cientos de hombres armados, me dediqué, seguro en mi refugio, a impartir conocimientos del arte de la guerra, lenguajes corporales, inteligencia y contrainteligencia, saboteo (sic), amor a la patria, superación personal, valores morales, principios nacionalistas y humanos, lealtad a la causa, honradez y trabajo. Cada uno de los que invitaba, invitaba a otro en forma sucesiva y geométrica”.
Aseguró que en los últimos años de La Familia Michoacana, personas afines a la organización “torcieron sus objetivos sociales” y se dedicaron a la delincuencia:
“En esos momentos no pude hacer nada, pues eran muy fuertes, pero en cuanto pueda los acabaremos, debido a que la delincuencia no es nuestra meta.”
Paradójicamente, en 2013, cuando comenzaron a ser destruidas todas las imágenes de San Nazario tras la aparición de las Autodefensas Ciudadanas, se descubrió que Nazario Moreno no había muerto como lo afirmó el gobierno de Felipe Calderón. Sin embargo, el “santo” líder de La Familia Michoacana y después de Los Caballeros Templarios duró poco tiempo “resucitado”: en un operativo realizado en marzo de 2014 fue abatido en los cerros aledaños a Apatzingán, donde se escondía en una cabaña de madera y cemento llena de libros y televisiones.
Según las versiones militares, efectivamente Nazario ya andaba solo, vivía como ermitaño, vestido de paisano, montaba en burro y recorría los caminos y veredas de Tierra Caliente.
Entre las características pseudorreligiosas del cártel está el hecho de que tiene a María Auxiliadora como su Virgen protectora. En esto se asemeja a la mafia siciliana, que se encomienda a la Virgen de la Anunciación, ante la cual realiza el “picciotto”, un ritual de iniciación en el que el interesado deja caer una gota de sangre de su dedo en la imagen sacra, que luego quema lanzando una oración: “Juro ser fiel a mis hermanos, no traicionarlos nunca y ayudarlos siempre. Si en algún momento dejo de hacerlo, que muera quemado y reducido a cenizas como esta imagen”.
En La Familia Michoacana no campeaba la paz que exudaban los mensajes de Nazario: su poder sobre los pueblos y regiones completas del estado se basaba en el uso de la violencia brutal.
A partir de 2006, en que aparece, y hasta 2011, cuando se escinde y algunos de sus líderes forman Los Caballeros Templarios, La Familia Michoacana llegó a controlar más de 70% de los municipios del estado. Incursionó en narcotráfico, homicidio, secuestro, extorsión, lavado de dinero, tráfico de armas, piratería de discos fonográficos y películas.
Llegaron al Estado de México, Guerrero, Guanajuato, Jalisco, Hidalgo, Sinaloa, Nuevo León y Baja California. Su área de influencia alcanzó territorio estadunidense: California, Arizona, Nuevo México, Texas, Nevada, Illinois, Georgia, Atlanta, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Florida.
Debido al perfil de sus líderes y al dominio que tuvieron en casi todo el estado, imponiendo a presidentes municipales, policías locales y funcionarios estatales, en el gobierno federal hubo el temor de que ese cártel pudiera transformarse en un grupo insurgente sin dejar de ser crimen organizado.
A principios de 2008, La Tuta hizo sentir el peso de la organización a los presidentes de más de 20 municipios de Tierra Caliente, a quienes informó que para no ser asesinados tendrían que cumplir con las órdenes de poner como directores de Seguridad Pública y de Obras Públicas a miembros de La Familia Michoacana. No sólo eso, sino que pondrían a jóvenes a sus órdenes en puestos de oficinas municipales para que reportaran lo que hacían las autoridades.
De esa manera, esta organización imponía su propia estructura de gobierno y de vigilancia sobre la autoridad municipal, controlando desde dentro y desde fuera las decisiones que se tomaban en las alcaldías.
Otra forma de control era la instrucción de sicarios, que preparaban con técnicas militares, parecidas a las que se imparten en la Escuela de Kaibiles en Guatemala.
En 2010, el expolicía estatal Miguel Ortiz El Tyson, miembro de La Familia Michoacana, fue detenido. Este hombre fue el jefe de plaza en Morelia como premio por haber participado en la matanza de 15 policías federales en Zitácuaro en 2009. En los interrogatorios narró cómo eran entrenados los jóvenes pistoleros en las montañas cercanas a Morelia.
“Los hacemos que maten a los prisioneros y luego les pedimos que los descuarticen; de esa manera, cortando un brazo o una pierna, es como los nuevos le pierden el miedo a la sangre. No es fácil, tienes que cortar los huesos y todo, pero necesitamos que sufran un poco: es para que vayan perdiendo el miedo poco a poco. Usábamos cuchillos de carnicero o pequeños machetes de 30 centímetros de largo. A los nuevos reclutas les llevaba como 10 minutos cortar el brazo pues se ponían nerviosos, cuando yo hacía lo mismo en tres o cuatro minutos”.
De acuerdo con el testimonio que obtuvo el periodista Ioan Grillo, El Tyson entregó a la policía videos donde se le veía degollando un cadáver frente a los jóvenes reclutas.
En un análisis del gobierno estatal al que se tuvo acceso se muestran las preocupaciones que las autoridades tenían acerca de que La Familia Michoacana encabezara una corriente de insurgencia “independizadora”, pues controlaba decenas de presidencias municipales y tenía dinero para comprar armas poderosas y mantener a miles de integrantes.
El documento señala que, ante la ausencia de autoridades encargadas de dar bienestar social y de las pugnas políticas y conflictos por el poder, fue que La Familia Michoacana comenzó a formar una especie de cogobierno al imponer o “recomendar” a funcionarios para cargos ejecutivos y, al mismo tiempo, formar una red de asistencia social.
“La Familia Michoacana estableció un coto de terror y de pugna entre cárteles del narcotráfico, (pero) su real visión e intención ante los acontecimientos suscitados a través de siete años no es más que buscar una insurgencia inducida para seguir operado con independencia en territorios hostiles, esto lo vemos reflejado que al igual que cualquier ser humano, organización o país, buscan un objetivo personal y quienes son ambiciosos lo hacen a costa de muchas cosas sean legales o ilegales.” (sic)
Continúa señalando: “La política es la que ha hecho alusión a poder dentro del Estado en donde impone todo aquello que le parezca necesario, aunque se piense que el Estado ejerce su soberanía, en la actualidad no es así en Michoacán, puesto que existen casos en los que en el Estado se puede tener la soberanía jurídica, sin embargo, su soberanía política depende de los dictámenes del grupo delictivo de La Familia Michoacana en cuanto a su desarrollo social, político y económico”.
Considera que siendo “un movimiento neoevangélico”, el separatismo formaba parte de sus principios. “La historia nos dice que los neoevangélicos mantienen la visión de que las bancadas liberales y modernistas en las iglesias protestantes han rodeado su herencia como evangélicos al acomodar las visiones y valores del mundo. Sin embargo, ven el separatismo fundamentalista y el rechazo del evangelio social como una sobrerreacción. “Pero donde marca la diferencia esta organización criminal de La Familia Michoacana (es que) busca enlazar lo moderno con lo liberal de una forma tangible, manteniéndose un camino más tendiente al fundamentalismo. El blanco del movimiento es el reclamar de una independencia.”
Es en este contexto que desde 2006, en pleno arranque de su gobierno, Felipe Calderón declaró la guerra al narcotráfico desde Apatzingán, Michoacán, considerado el corazón de La Familia Michoacana. En un acto realizado en las instalaciones de la 43 Zona Militar, vestido de casaca y quepis verde, con las cinco estrellas de comandante general de las fuerzas armadas, el panista lanzó la proclama bélica con la idea de que, en un par de años, tendría controlada la situación de inestabilidad nacional producto de los enfrentamientos con los diversos grupos criminales.
Contrario a sus deseos, Calderón sólo avivó el fuego, la violencia aumentó y en lugares como Michoacán se comenzó a delinear la formación de un estado gobernado por el crimen organizado.
Las batallas entre zetas y La Familia Michoacana derivaron en actos de terrorismo. El 15 de septiembre de 2008, durante las celebraciones patrias, en la plaza central de Morelia y ante cientos de asistentes a los festejos, fueron lanzadas varias granadas indiscriminadamente. El saldo fue de ocho personas muertas y 132 heridas. El ataque supuestamente perpetrado por Los Zetas fue catalogado por el gobierno de Estados Unidos como un atentado “narcoterrorista”, siendo el primer precedente en México.
Tres años después de que por primera vez tratara de abatir el crimen organizado enquistado en el gobierno del perredista Leonel Godoy, el presidente Calderón actuó nuevamente mediante un operativo conocido como El Michoacanazo.
El 26 de mayo de 2009 fueron detenidos 11 presidentes municipales, 16 altos funcionarios y un juez de Michoacán por elementos de la Policía Federal Preventiva y del Ejército Mexicano, sospechosos de brindar información y protección a La Familia Michoacana. Posteriormente fueron detenidas otras ocho personas.
El operativo fracasó. En los años siguientes, todos salieron libres. Sólo quedó acusado Julio César Godoy Toscano, medio hermano del exgobernador Leonel Godoy. El sospechoso se escapó aprovechando su fuero de diputado federal.
Vendría el caso de Zhenli Ye Gon, en el cual salieron involucrados los nuevos integrantes del gobierno de Felipe Calderón. En 2006, la PGR decomisó cerca de 19.5 toneladas de acetato de pseudoefedrina en Lázaro Cárdenas, Michoacán. La droga, según la versión de la PGR, se vinculaba a una residencia propiedad de un empresario de la Ciudad de México.
El 15 de marzo de 2007, en la casa aludida se encontró una fortuna en efectivo, por lo que Zhenli Ye Gon, empresario mexicano de origen chino, fue acusado de comercializar con acetato de pseudoefedrina ilícitamente, para la fabricación de metanfetaminas.
Zhenli Ye Gon acusó a “Javier Lozano” de haberlo extorsionado diciéndole “cooperas o cuello”: la orden era guardar los 205 millones de dólares que se encontraron en su domicilio, que según el empresario chino serían para la campaña presidencial del panista Felipe Calderón.
El entonces secretario federal de Trabajo, Javier Lozano Alarcón, asumió que la acusación era en su contra, y anunció que demandaría al prófugo. Tras un viaje a Estados Unidos, presuntamente para contactar a un equipo legal, Lozano desistió del proceso
Ante los embates cada vez más fuertes del gobierno calderonista, en noviembre de 2010 y a través de un mensaje, La Familia Michoacana propuso al gobierno una tregua y la posibilidad de su desaparición. El mensaje íntegro y literal señalaba:
A LA SOCIEDAD MICHOACANA EN GENERAL:
LA FAMILIA MICHOACANA surge en el año 2005 ante la incapacidad de nuestro gobierno para otorgar seguridad a los ciudadanos, está integrada por hombres y mujeres michoacanos dispuestos a dar la vida por defender a su Estado, seres humanos que con valor y entrega han expulsado de Michoacán a grupos externos que por medio de la violencia y el terror han intentado apoderarse no solo de nuestro Estado, sino de todo el país, somos hombres y mujeres decididos a tener un mejor MICHOACÁN, dispuestos a luchar ante la ineficacia y tibieza de las autoridades para erradicar de nuestro Estado a ladrones, violadores, narcotraficantes y secuestradores.
Lamentablemente el gobierno federal sigue mostrando su incapacidad y ha realizado una verdadera cacería en contra de la sociedad michoacana, utilizando como excusa el acabar con nuestra organización, ha cometido en contra de la sociedad civil innumerables atropellos, ha violentado y saqueado domicilios, han asesinado y violado a hombres y mujeres, han inventado figuras antijurídicas como el arraigo y los testigos protegidos para llenar las cárceles de gente inocente fabricándoles delitos que jamás han cometido.
Derivado de estas atrocidades en contra de Michoacanos inocentes, hemos reflexionado sobre lo ocurrido y nos hemos preguntado si LA FAMILIA MICHOACANA DEBE O NO SEGUIR EXISTIENDO, SI DEBEMOS O NO SEGUIR GARANTIZANDO LA SEGURIDAD DE NUESTRO ESTADO, A PESAR DE LAS VIOLACIONES QUE SE ESTÁN COMETIENDO EN CONTRA DE LA SOCIEDAD CIVIL POR PARTE DE LAS AUTORIDADES, esta organización no quiere ser el pretexto para que las autoridades continúen lacerando y sobajando los derechos humanos de nuestros hermanos Michoacanos.
Por tales razones y con la incertidumbre de dejar nuevamente en manos de las autoridades la seguridad de nuestro Estado, HEMOS DECIDIDO REPLEGARNOS y reintegrarnos a nuestras actividades productivas, esto si el gobierno federal y local, la PFP y demás autoridades se comprometen a tomar el control del estado con fortaleza y decisión, con el ímpetu de servir a los ciudadanos de forma honesta, con el compromiso público de salvaguardar sin temor la seguridad de los Michoacanos de todos aquellos que pretendan venir a desestabilizar a nuestro hermoso Estado, con el compromiso pues, de morirse en la raya por Michoacán.
Si el gobierno acepta este compromiso público y lo cumple LA FAMILIA MICHOACANA SE DISOLVERÁ, para no seguir siendo la bandera con la que las autoridades federales siguen atropellando los derechos humanos de los michoacanos.
Para finalizar, a la sociedad les recordamos que nosotros NO MATAMOS INOCENTES y nuestro compromiso con ellos es y seguirá siendo su bienestar, Y SI ES NECESARIO SEGUIR EN LA LUCHA LO HAREMOS, por ello, les pedimos que valoren si les servimos o desaparecemos, invitándolos a que nos hagan saber su opinión a través de los medios conducentes (Internet, redes sociales, radio, televisión, periódicos, etc.), ya que para nosotros es importante saber la opinión de todos ustedes”.
“MAS VALE MORIR DE PIE Y CON LA FRENTE EN ALTO, QUE VIVIR TODA UNA VIDA DE RODILLAS Y HUMILLADO”.
ATENTAMENTE.- FAMILIA MICHOACANA
Michoacán, Noviembre 2010.
Sin embargo, esta propuesta de tregua desapareció días más tarde. Tras la supuesta muerte de El Chayo el 10 de diciembre de 2010, luego de un enfrentamiento que duró 24 horas y que dejó como saldo al menos cinco muertos, 10 heridos y 30 autos quemados, La Familia Michoacana lanzó una amenaza de muerte contra Felipe Calderón, que ya estaba con la frustración de no acabar con el problema del crimen organizado como lo había planeado desde Los Pinos.
El nuevo mensaje de los traficantes decía, a la letra:
Cuídate Felipe Calderón, reza a tu santo porque nosotros traemos la bendición de nuestro Dios. Nuestro Dios Nazario, que Dios lo tenga en su gloria. Esto no va a parar hasta que La Familia Michoacana muera.
Y nunca van a morir Los Pumas, Los Bravos, Los Leones, La Resistencia, El 5-5, Los Élites, Los LF, Los Chayitos, Los Machitos, Las Fieras, Los X, Los de la A, y muchos más.
Vamos por Calderón y toda su puta familia, ya están en Michoacán y reconozcan Cheran, Capacuaro, Cheranastico, La Arantepacua, La Mohonera, Nuevo Morelos, están con nosotros concentrados.
Esto no es narco terrorismo, es una guerrilla, es la guerra por la paz y fuerzas federales de Michoacán, el Don Juan de Arantepacua tiene su gente y vamos a dar la vida por todo, saludos.
MENSAJE PARA LOS MICHOACANOS
No se asusten, traten de no salir a la calle para que los puercos federales no les falten al respeto y para evitar las balas perdidas y más perdidas. No vayan a hospitales, no vayan a tiendas, vean la tele y quédense en su casa por favor.
Atte. La Familia Michoacana, El Fantasma 6 y Bravo 6.
Respeto y apoyo a nuestros líderes El Chango y La Tuta, sucesores... y sucesores de La Tuta, Cenizo y El Bravo 6.
Pa que hablen con argumentos les decimos quienes son los jefes de La Familia, pa que no engañen a la gente y le digan más mentiras.
Casi al mismo tiempo, el 15 de diciembre La Tuta emitió un mensaje por radio donde manifestaba que Nazario Moreno había muerto y pedía a los integrantes de La Familia Michoacana no bajar las manos ni dejar las armas: “No nos vamos a dejar por ningún motivo… estén listos con las armas, no abandonen las armas… esto no se acaba, vamos a seguir adelante, todo va a seguir igual. ¡Hasta la victoria!” arengaba.
A pesar del endurecimiento del gobierno calderonista, no fueron las acciones militares y policiacas las que lograron desintegrar a La Familia Michoacana, considerada entonces el grupo del crimen organizado más beligerante y peligroso de México. Tampoco las órdenes de aprehensión giradas en contra de sus líderes.
Lo que provocó la división interna y su desintegración fueron las peleas que suscitó la supuesta muerte de Nazario Moreno entre La Tuta y Kike Plancarte con El Chango Méndez, quien pretendía apoderarse de toda la estructura de La Familia Michoacana.
Así, de las entrañas de La Familia Michoacana, que para entonces ya tenía presencia en el Estado de México, Jalisco, Guerrero y Guanajuato, nació el nuevo grupo denominado Los Caballeros Templarios, que al paso del tiempo y de manera muy rápida les arrebató el control del estado, reforzó las ligas con la clase política, extendió sus negocios a la minería –con las trasnacionales de China– y ahondó el perfil religioso que El Más Loco le había dado a la organización.
La Familia Michoacana cedió casi todo el dominio en Michoacán, pero sus fuerzas se concentraron a partir de entonces en Guanajuato, Guerrero y, sobre todo, en el Estado de México, haciendo de esta entidad su principal plataforma cuando era gobernador el actual presidente, Enrique Peña Nieto.
De hecho, el Estado de México es desde 2011 la entidad donde el crimen organizado michoacano y Los Zetas instauraron el mismo modelo de control político, social y económico basado en el uso brutal de la violencia para el cobro de “impuestos”, cuotas y extorsiones que ejecutan en negocios de todos los tamaños.
Un informe de inteligencia militar del 17 de febrero de 2014 asevera que La Familia Michoacana tenía presencia en 18 municipios; Los Caballeros Templarios, en 14, y Los Zetas, en 11. Otros cárteles que también se disputaban el territorio mexiquense eran los de Jalisco Nueva Generación y los Beltrán Leyva.