ENTRADA 16
Escribo esto sentado en la sala de espera de fumadores del aeropuerto de Santiago de Compostela. Dentro de media hora mi vuelo sale hacia Barcelona, de donde espero traerme de vuelta a mi hermana. La situación, lamentablemente, sigue deteriorándose por horas. Nuevos casos de la epidemia se han registrado en Toledo y Madrid. Se da la casualidad que en Toledo tiene su base la unidad del Ejercito que acaba de volver de Daguestán y en Madrid están (o estaban) ingresados los casos más graves de los heridos de ésta, en el Hospital Doce de Octubre. La relación parece clara, no hace falta ser un lince para darse cuenta donde están los «Vectores de Infección» de la epidemia, como les llaman en la tele.
En Zaragoza, el gobierno ha decretado el toque de queda en toda la ciudad, a partir de las ocho de la tarde y hasta las ocho de la mañana. Hoy al mediodía he visto en Cuatro como los camiones de las brigadas de limpieza, junto con los bomberos y camiones cuba del Ejército baldeaban las calles de Zaragoza con unas sustancias desinfectantes llamadas Gludex y Jabogerm. Dicen que toda la ciudad huele como un hospital.
Precisamente, el Hospital Miguel Servet, en plena ciudad, está completamente acordonado. Según Europa Press, hace dos horas entraron grupos de GEOS fuertemente armados en las instalaciones. Los disparos fueron perfectamente audibles en gran parte de la ciudad. No se sabe si hay muertos o heridos, dado que el «Gabinete de Crisis» no dice ni mu, aparte de recomendar el uso de mascarillas quirúrgicas a toda la población. En Internet, hay (mejor dicho, había) un blog http://historiasdeunaenfermera.blogalia.com. Es de una enfermera que curra en el Servet y que contaba que había pacientes delirantes deambulando por el pasillo e incluso afirmaba que unos guardias de seguridad y unos médicos habían sido atacados en la morgue. El tráfico de visitas ha sido tan brutal que el ancho de banda ha petado a las pocas horas y ahora el mensaje es «la bitácora no existe». Los amantes de la conspiración hablan de censura. Yo no creo que ese blog sea real. Seguro que es un fake, para asustar al personal. Al menos, quiero creer eso… Pero las ansias de saber de la gente son enormes y los rumores corren sin cesar. Hay quien afirma que son radiaciones nucleares, otros que es la Peste Negra, otros que es una nube tóxica gigante de una refinería rusa y no falta quien afirma que es una maniobra de la OPEP para subir el precio del petróleo.
Sea lo que sea, el miedo está a punto de dejar paso al pánico. Resulta aterrador ver el aeropuerto lleno de patrullas de la Guardia Civil armados con metralletas, y con guantes y máscaras. He visto como a un tipo que se ponía a toser de manera aparatosa se lo han llevado rápidamente entre cuatro amables pero firmes agentes hacia una ambulancia. Sus protestas no le han valido de nada. Después de eso, no he podido evitar volver a pensar que llevo medio día estornudando con un resfriado y desde entonces no hago más que contenerme…
He llamado a mi hermana hace un momento. Va a venir a buscarme al aeropuerto, ya que el metro hasta el aeropuerto ha sido suspendido y los transportes de superficie han sido desplazados al centro de la ciudad como refuerzo. Según ella, coger un taxi estos días es una proeza.
He dejado a Lúculo con Alfredo, el chico de la constructora que vive en el adosado de al lado. Lúculo me ha mirado con una expresión ultrajada cuando lo he dejado en un hogar ajeno, pero espero que no me lo tenga en cuenta. Tan solo es un fin de semana.
Están dando la última llamada a mi vuelo. Espero que todo vaya bien.