Sobre la presente edición

El libro que tenéis ahora entre las manos difiere en algunas cosas del texto original tal como fue publicado en su momento.

Poco después de publicarse la novela, Pete Atkins y Peter Schneider, los socios de Hill House Publishers, una pequeña editorial (lamentablemente desaparecida ya), llegaron a un acuerdo con mis editores norteamericanos para sacar una edición especial de American Gods. Según me contaban los fantásticos planes que tenían para la edición limitada —proyectaban algo que iba a ser todo un hito en el arte de la edición de libros—, empecé a sentirme cada vez más incómodo con el texto con el que tendrían que trabajar.

Les pregunté, con cierta timidez, si preferirían publicar mi texto original, el texto completo, sin editar.

Resultó que sí, que querían publicar el texto completo.

Y entonces la cosa se volvió más complicada, pues reparé en que, después de editar American Gods, lógicamente había seguido corrigiendo cosas e introduciendo algunos cambios, muchos de los cuales habían mejorado el texto considerablemente. Así que para que alguien pudiera publicar una versión definitiva de American Gods no quedaba otra que comparar mi versión definitiva y sin editar con el texto que se publicó (porque yo me había liado a introducir cambios en las galeradas con la misma alegría con la que después me olvidé de tomar nota para saber lo que había cambiado), y luego pasárselo a unas cuantas personas de mi confianza para que me dieran su opinión.

Iba a ser una tarea monumental, de modo que hice lo único sensato que podía hacer, dadas las circunstancias: enviarle varios archivos enormes y dos ejemplares de la novela (la edición inglesa y la americana) a Pete Atkins, junto con una lista de los errores y erratas que había ido recopilando desde que el libro se publicó, y le pedí que lo pusiera todo en orden. Lo hizo, y de forma magistral. Luego cogí el manuscrito que había preparado Pete y lo revisé personalmente, arreglé algunas cosas, lo ordené un poco y volví a incluir algunos pasajes que había suprimido durante el proceso de edición. No los suprimí únicamente para aligerar el libro, sino también para llegar a una versión definitiva con la que yo quedara plenamente satisfecho (dado que una novela es siempre, como quizás haya dicho ya en alguna ocasión, una larga pieza en prosa con algo que no termina de funcionar).

Hill House lanzó una edición limitada de 750 ejemplares (que fue descrita como «un hito en el arte de la edición de libros», y en esta ocasión no fueron ellos quienes lo dijeron). Era una edición muy cara. Les agradezco mucho a mis editores que hayan querido publicar la versión extendida de la novela con motivo del décimo aniversario de su publicación, en una tirada mucho más amplia que aquella de solo 750 ejemplares, y a un precio mucho más reducido. La versión de American Gods que tenéis ahora entre las manos es unas doce mil palabras más larga que la que se llevó todos los galardones, y es la versión de la que yo me siento más orgulloso.

Quisiera darles las gracias a Jennifer Hershey, que fue la editora original de la novela, y a Jennifer Brehl, que fue la comadrona de esta edición, y sobre todo, me gustaría agradecerle a Pete Atkins su inestimable ayuda en la preparación de este manuscrito.