Interludio 3

JACKSONVILLE, FLORIDA, 02:00 H.

—Veo por el cartel que ofrecen trabajo.

—Siempre estamos abiertos a nuevas incorporaciones.

—Yo solo podría hacer el turno de noche. ¿Supondría algún problema?

—No tendría por qué. Te voy a dar un formulario para que lo rellenes. ¿Has trabajado antes en una gasolinera?

—No. Pero no creo que sea muy difícil.

—Bueno, no hace falta ser ingeniero aeronáutico, desde luego.

—Soy nueva aquí. No tengo teléfono todavía. Estoy esperando a que me den de alta la línea.

—A mí me lo va a contar. Te hacen esperar porque saben que pueden. Oiga, señora, espero que no le importe que se lo diga, pero no tiene muy buen aspecto.

—Lo sé, es una enfermedad. Parece peor de lo que es. Nada grave.

—Bueno, déjeme la solicitud. La verdad es que ahora mismo necesitamos a alguien para el turno de noche. Por aquí lo llamamos el turno de los zombis. Así es como acabas sintiéndote cuando haces el turno de noche durante mucho tiempo. Bueno… ¿Larna?

—Laura.

—Laura. Muy bien. En fin, supongo que no te importará tratar con gente rara. Suelen salir de noche.

—A mí me lo va a contar. Sé cómo manejarlos.