Capítulo VII

[1] Se necesitan los dos caballos en la partida de ajedrez como monturas para los caballeros blancos. <<

[2] Con estas alusiones a las actitudes anglosajonas Carroll se burla de la erudición de moda en su tiempo. Harry Morgan Ayres reproduce en su libro Carroll's Alice algunos dibujos de anglosajones con diversos trajes y actitudes del Manuscrito Caedman del códice juniano (perteneciente a la Bodleian Library de Oxford); y sugiere que pueden haberlos utilizado Carroll y Tenniel como fuente. Una reciente novela de Angus Wilson, Anglo-Saxon Attitudes, cita este pasaje de Carroll en la portada. <<

[3] Alebre [«Haigha»], como se ve claramente en las ilustraciones, es nuestra vieja amiga la Liebre de Marzo. Ya hemos visto (en el capítulo V) que Brerero [«Hatta»], el otro mensajero, es el Sombrerero Loco, recién liberado de la cárcel, donde fue encerrado al terminar el libro anterior. <<

[4] «Amo a mi amor con la A» era un popular juego de sociedad en la Inglaterra victoriana. El primer jugador recitaba:

Amo a mi amor con la A porque es …

Le odio porque es …

Me llevó a la Enseña de …

Y me invitó a …

Se llama…

Y vive en …

En cada espacio en blanco, el jugador ponía una palabra apropiada que empezase por «A». El segundo jugador repetía a continuación las mismas fórmulas, empleando la «B» en vez de la «A», y el juego seguía de este modo a lo largo de todo el abecedario. Los jugadores que no encontraban una palabra adecuada quedaban eliminados del juego. Las fórmulas de este recitado variaban: las líneas citadas arriba están tomadas de The Nursery Rhymes of England, de James Orchard Halliwell, libro popular en tiempos de Carroll. <<

[5] El interpretar las frases en un sentido literal, y no como se entienden corrientemente, es característico de los seres del espejo, y base de muchas de las gracias de Carroll. Otro buen ejemplo aparece en el capítulo IX, cuando la Reina Roja le dice a Alicia que no puede negar una cosa aunque lo intente con las dos manos.

Una de las bromas más divertidas de Carroll proporciona otro ejemplo de su afición a esta clase de disparate. En 1873, cuando Ella Monier Williams (una amiguita) le prestó su diario de viaje, él le devolvió el libro con la siguiente carta:

QUERIDA ELLA:

Te devuelvo el libro y te doy las gracias; te preguntarás por qué lo he tenido tanto tiempo. Entiendo, por lo que me dijiste que no tienes intención de publicar nada de él; espero que no te moleste que haya enviado tres breves capítulos de extractos suyos para su publicación en The Monthly Packet. No he dado tu nombre completo, ni le he puesto otro título más concreto que el de «Diario de Ella, o Experiencias de la Hija de un Profesor de Oxford durante un Mes por el Extranjero».

Te haré puntual entrega del dinero que me dé por ello la señorita Yonge, directora de The Monthly Packet.

Afectuosamente, tu amigo,

C. L. Dodgson

Ella sospechó que se trataba de una broma; pero empezó a tomárselo en serio cuando recibió una segunda carta con el siguiente pasaje:

«Siento decirte que cada palabra de mi carta anterior era estrictamente verdad. Y voy a decirte más: la señorita Yonge no ha rechazado el manuscrito, pero no quiere dar más de una guinea por capítulo. ¿Te parece suficiente?»

La tercera carta de Carroll aclaraba la broma:

MI QUERIDA ELLA:

Me temo que te he tomado el pelo demasiado. Pero en realidad, era cierto. «Esperaba que no te molestase que…», etc., por la sencilla razón de que no lo había hecho. Y no le puse otro título más concreto que el de «Diario de Ella», ni ése tampoco. La señorita Yonge no ha rechazado… porque no lo ha visto. ¡Y no hace falta explicar que no ha dado más de tres guineas!

Ni por trescientas guineas se lo habría enseñado a nadie… después de prometerte que no lo haría.

Apresuradamente, con todo afecto

C. L. D. <<

[6] Según el Oxford Dictionary of Nursery Rhymes, la rivalidad entre el león y el unicornio se remonta a miles de años. Se cree popularmente que esta poesía infantil surgió a principios del siglo XVII, cuando la unión de Escocia e Inglaterra dio origen a un nuevo escudo británico en el que aparecen el unicornio escocés y el león británico, como están hoy, como dos soportes del escudo real. <<

[7] Si Carroll pretendió que su León y su Unicornio representasen a Gladstone y a Disraeli (véase la nota 10, más abajo), entonces este diálogo adquiere un significado evidente. Carroll, que era conservador en sus opiniones políticas, y no simpatizaba con Gladstone, compuso dos notables anagramas con su nombre entero, William Ewart Gladstone: «Wilt tear down all images?», y «Wild agitator! Means well» (véase The Diaries of Lewis Carroll, vol. II, pág. 277). <<

[8] La Reina Blanca va de una casilla a la izquierda del Rey Rojo a 8AD: el caballo no podía haberla capturado, mientras que ella sí podía haberle capturado a él…, pero esa jugada es característica de su estupidez. <<

[9] «Como los de verdad, e igual de natural», era expresión corriente en tiempos de Carroll (el Oxford English Dictionary la cita de una fuente de 1853); pero, al parecer, Carroll fue el primero en sustituir «igual» por «el doble». Esta es hoy la manera corriente de decirlo en Inglaterra y en Estados Unidos. <<

[10] Era creencia general en Inglaterra que el león y el unicornio que hizo Tenniel para la ilustración de esta escena eran las caricaturas de Gladstone y de Disraeli, respectivamente. No hay pruebas de que sea así; pero recuerdan las caricaturas que Tenniel publicó en el Punch de estas dos figuras políticas que discutían a menudo. <<

[10a] Es decir, «la parte del león». La frase procede de una fábula de Esopo que cuenta cómo un grupo de animales se reparten los despojos de una caza. El león exige un cuarto en virtud de su categoría, otro cuarto por su valor superior, un tercero para su esposa e hijos. En cuanto al cuarto restante, añade el león, el que quiera disputarlo con él, es libre de hacerlo. <<

[11] Alicia avanza a 7D. <<