Capítulo XI

[1] Como William y Cecil Baring-Gould señalan en su Annotated Mother Goose (pág. 149), el Conejo Blanco lee sólo la primera estrofa de un poema de cuatro que originalmente apareció en The European Magazine (abril, 1782). La primera estrofa fue incluida en una colección de versos infantiles, y probablemente debe su actual fama, como sugieren los Baring-Gould, a que fue utilizada por Carroll. Para el poema completo, véase el libro de los Baring-Gould. <<

[2] La Reina recuerda aquí la ocasión, descrita en el capítulo VII, en la que el Sombrerero mataba el tiempo (estropeaba la canción) cantando «¡Tiembla, tiembla, murcielaguito!». <<