[1] Roger Lancelyn Green, editor del diario de Carroll, identifica este polvoriento pasaje con una cita real del Short Course of History de Havilland Chepmell, 1862, págs. 143-144. Carroll estaba emparentado lejanamente con los condes Eduino y Morcaro; pero Green considera poco probable que Carroll estuviera enterado (véase The Diaries of Lewis Carroll, vol. I, pág. 2). El libro de Chepmell fue uno de los textos estudiados por las pequeñas Liddell. Green sugiere en otra parte que quizá Carroll pretendió que el Ratón representara a la señorita Prickett, institutriz de las niñas. <<
[2] El término «caucus» («junta de gobierno» o «comité») se originó en Estados Unidos y designa la reunión de dirigentes de una facción para decidir el nombramiento de un candidato o una directriz política. Fue adoptado en Inglaterra con significado ligeramente diferente, al referirse a un sistema de organización por comités de partidos sumamente disciplinados. Por lo general, un partido lo aplica como término peyorativo a la organización de otro partido contrario. Puede que Carroll pretendiera que su «carrera de comité» simbolizara el hecho de que, en general, los miembros de los comités no paran de correr en círculo sin llegar a ninguna parte, y de que todo el mundo quiera una prebenda. Se ha dicho que estuvo influido por el comité de cuervos que aparece en el capítulo VII de Water Bables, escena que Charles Kingsley evidentemente concibió como una sátira política mordaz; pero las dos escenas tienen poco en común.
La carrera de comité no aparece en el manuscrito original, Alice's Adventures Underground. Sustituye al siguiente pasaje eliminado, basado en el episodio citado en la nota 7 del capítulo anterior:
«—Yo sólo quería decir —dijo el Dodo en tono algo ofendido— que conozco una casa cerca de aquí, donde pueden secarse la señorita y el resto del grupo, y que luego podemos escuchar cómodamente la historia que creo que has tenido la amabilidad de prometer contarnos —asintiendo gravemente al ratón.»
«El ratón no puso objeción alguna a esto, y todo el grupo echó a andar por la orilla del río (ya que el charco había empezado a fluir hacia afuera de la sala, y la orilla estaba bordeada de juncos y nomeolvides), en lenta procesión, con el Dodo a la cabeza. Poco después el Dodo se impacientó; y dejando que el Pato se ocupara del resto del grupo, apretó el paso con Alicia, el Lori y el Aguilucho, y no tardaron en llegar a una casita, y allí esperaron confortablemente sentados junto al fuego, envueltos en mantas, hasta que llegó el resto, y estuvieron secos todos otra vez.» <<
[3] Los confites son pequeñas golosinas hechas de azúcar, con algún fruto seco o semilla en el interior, y recubiertos con una ligera capa de almíbar. <<
[4] El cuento del ratón es quizá el ejemplo más conocido en inglés de verso emblemático o figurativo: poema impreso de manera que sus contornos sugieren alguna figura relacionada con el tema de que trata. El empleo de este recurso se remonta a la antigua Grecia. Entre los que lo han cultivado hay bardos tan distinguidos como Robert Herrick, George Herbert, Stéphane Mallarmé, Dylan Thomas, etc., y el poeta moderno francés Guillaume Apollinaire. Para una defensa vigorosa, si no convincente, del verso emblemático como forma de arte serio, véase el artículo de Charles Boultenhouse, «Poems in the Shapes of Things», en Art News Annual, 1959. Otros ejemplos de esta forma se pueden encontrar en la revista Portfolio, verano de 1950; Cleanings for the Curious, de C. C. Bombaugh, 1867 (revisada); Handy-Book of Literary Curiosities, de S. Walsh, 1892, y A . Whimsey Anthology, 1906, de Carolyn Wells.
Tennyson le dijo una vez a Carroll que había soñado con un largo poema sobre hadas que empezaba con unos versos muy largos, luego se acortaban cada vez más, hasta terminar con cincuenta o sesenta versos de dos sílabas cada uno (Tennyson apreció mucho el poema en su sueño, pero se le olvidó por completo al despertar). Se ha dicho (The Diaries of Lewis Carroll, vol. 1, pág. 146) que puede que sea Tennyson quien le diera a Carroll la idea para su cuento del ratón.
En el manuscrito original del libro aparece un poema enteramente distinto; es más apropiado, ya que cumple la promesa del ratón de explicar por qué tiene aversión a los gatos y a los perros; mientras, que tal como aparece aquí, no hace referencia alguna a los gatos. Según lo escribió Carroll originalmente, dice así:
Vivíamos bajo el felpudo
calentitos, cómodos y gordos.
Salvo una contrariedad:
¡Era el gato!
Una traba a nuestro gozo.
Una niebla en nuestros ojos.
Un peso en el corazón,
¡Era el perro!
Cuando el Gato no está,
los ratones viven a sus anchas.
Pero, ¡ay!, un día
(según dicen)
vinieron el perro y el gato
persiguiendo a una rata;
aplastaron a los ratones
cuando estaban tranquilitos
sentados bajo el felpudo
calentitos, cómodos y gordos.
¡Así que imaginad!
El filósofo y lógico americano Charles Peirce se interesó enormemente por el análogo visual de la onomatopeya poética. Entre sus papeles no publicados hay una copia de El Cuervo de Poe, escrito en una técnica que Peirce llamó «quirográfica»: las palabras se distribuyen de manera que transmiten una impresión visual de las ideas del poema. No es tan absurdo como parece. Esta técnica se utiliza frecuentemente hoy día para la confección de anuncios, solapas de libros, títulos de relatos y artículos de revistas, títulos cinematográficos y de televisión, etc. <<
[5] Cfr. El sueño de Barrister (ataque 6 de La caza del Snark), en donde el Snark hace de juez, de jurado, y también de abogado defensor. <<
[6] [El Ratón ha gritado "not" y Alicia ha entendido "knot", "nudo"]. Esta frase la citó después el propio Carroll para encabezar una serie de diez rompecabezas matemáticos (que él llamó nudos) con los que colaboró en The Monthly Packet, en 1880. En 1885 aparecieron en forma de libro con el título de A Tangled Tale. <<