Agradecimientos
Se me ocurre al sentarme a escribir estas líneas que he llegado al final del tercer libro. El tercer libro, y hace un par de años ni siquiera sabía si llegaría a publicar una sola novela. Naturalmente, no habría podido llegar hasta aquí sin la ayuda de muchas personas fantásticas y maravillosas. Sin ellos, no podría haber puesto «fin» en la última página del último capítulo. Soy muy afortunada por contar con todos ellos.
Gracias a mis padres por soportar a una hija que se pasaba el día soñando despierta en el colegio, que en clase escondía novelas detrás de los libros de matemáticas, que escribía relatos cuando se suponía que tenía que tomar apuntes y que en general sacaba de quicio a sus pobres profesores. Aunque lamentabais mi nulo interés por las matemáticas y las ciencias sociales, seguisteis animándome a soñar.
Gracias a los de casa: a mi maravillosa agente, Laurie McLean, que conoce la industria mucho mejor que yo, por lo cual doy infinitas gracias. A mi estupenda editora, Natashya Wilson, seguramente la persona más fuerte y trabajadora que conozco. A todo el equipo de Harlequin Teen por su apoyo, sus preciosas portadas y por hacer de todo esto una experiencia alucinante.
Un hurra enorme a los maravillosos reseñistas de literatura juvenil de la blogosfera por tomarse el tiempo de leer mis libros, publicar sus opiniones en la red y hacer que se corra la voz. Sois gente verdaderamente apasionada y entregada a su tarea. A las maravillosas Tenners, de las que me alegra enormemente formar parte: gracias por estar ahí para compartir triunfos y frustraciones y para hablar de cosas que solo pueden entender otros escritores. Ha sido agradable poder desahogarme sin que la gente huyera de «esa escritora chiflada».
Gracias a todos mis lectores por el Team Ash y el Team Puck y por esas peleas locas en Twitter que me divierten mucho más de lo que deberían. Gracias por pasarlo tan bien.
Y, como siempre, mi más honda gratitud para mi marido, Nick, que sigue siendo mi principal apoyo e inspiración. Este tampoco podría haberlo hecho sin él.