[413] J. H. Elliott, El Viejo Mundo y el Nuevo, Madrid, Alianza Editorial, 1972, pág. 69. <<
[414] Recogido por Francisco de Laiglesia, Estudios históricos (1515-1555), Madrid, 1918, I, págs. 338-342. <<
[415] Luis Vives a Cranevelt, Brujas, 10 de junio de 1526, en Obras completas, ed. Lorenzo Riber, Madrid, 1948, II, pág. 1774. <<
[416] Alfonso de Valdés, Diálogo de las cosas ocurridas en Roma, ed. de J. F. Montesinos, Madrid, 1956, pág. 117. <<
[417] Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Madrid, ed. Carlos Pereyra, 1968, pág. 545. <<
[418] Pedro Mexía, Coloquio del sol, Madrid, ed. 1936, pág. 408. <<
[419] Instrucciones de Carlos V a Felipe II de 1548 (Corpus documental de Carlos V, op. cit., II, pág. 589). <<
[420] Carlos V a la emperatriz Isabel, Nápoles, 20 de febrero de 1536 (Corpus documental de Carlos V, op. cit., I, pág. 474). <<
[421] Pedro Lagasca al rey Femando, Villamuriel, 2 de febrero de 1554 (Corpus documental de Carlos V, op. cit., IV, págs. 646 y 647). <<
[422] Citado en mi estudio Aportaciones a la historia del turismo en España. Relatos de viaje desde Renacimiento hasta el Romanticismo, Madrid, 1956, págs, 45 y sigs. <<
[423] Carlos V a Maximiliano y María, Bruselas, 25 de enero de 1549 (Corpus documental de Carlos V, op. cit., III. pág. 69 <<
[424] Véase mi estudio «La política exterior», en Las Cortes de Castilla y León en la Edad Moderna, Valladolid, 1989, pág. 359. <<
[425] La coronación imperial de Carlos V (en los grabados de Nicolás Hogenberg), Madrid, Junta Nacional del Centenario, 1958. <<
[426] Isabel a Carlos V, Segovia, 13 de octubre de 1532, en Mazarío, Isabel de Portugal, op. cit., Madrid, 1951, pág. 362. <<
[427] Isabel a Carlos V, Segovia, 17 de septiembre de 1532 (ibídem, pág. 356). <<
[428] Véase, sobre todo, mi libro La España del emperador Carlos V, en Historia de España Menéndez Pidal, t. XX, Madrid, 1993 , 6.ª ed., y, por supuesto, mi biografía Carlos V. Un hombre para Europa, Madrid, 1976. <<
[429] Isabel a Carlos V, Madrid, 26 de junio de 1535, en Mazarío, Isabel de Portugal, op. cit., pág. 404. Obsérvese que la Emperatriz escribía esa carta al día siguiente de la toma de Túnez por Carlos V, aunque, por supuesto, la noticia tardaría todavía en llegarle. <<
[430] Carlos V, Memorias, ed. cit., pág. 61. <<
[431] El 1 de septiembre, por tanto, de 1535. <<
[432] Isabel a Carlos V, Madrid, 24 de septiembre de 1535, en Mazarío, Isabel de Portugal, op. cit., págs. 410 y 411. <<
[433] Carlos V a Isabel, Nápoles, 20 de febrero de 1536 (Corpus documental de Carlos V, op. cit., I, pág. 474). <<
[434] Sobre el holocausto de Castelnuovo versó mi conferencia pronunciada en la Real Academia de la Historia en 1985 ante don Juan de Borbón. Véase también mi trabajo «La gesta de Castelnuovo», en Historia 16, núm. 111, Madrid, julio de 1985, págs. 37-42. <<
[435] Juana de Austria a Felipe II, Valladolid, 11 de noviembre de 1555 (Corpus documental de Carlos V, op. cit., IV, págs. 246 y 247). El título de Rey-príncipe, dado por Carlos V, en carta a Juana desde Bruselas, el 15 de enero de 1556 (ibídem, pág. 254). <<
[436] Juan Vázquez de Molina a Carlos V, Valladolid, 12 de noviembre de 1555 (ibídem, pág. 248). <<
[437] De ello se hace eco Juana de Austria en carta a su hermano fechada en Valladolid el 13 de junio de 1556, haciendo hincapié en que el Rey podría sostenerse con todo su poder en Castilla como lo habían hecho sus antepasados los Reyes Católicos y el propio Carlos V (Corpus…, op. cit., IV, pág. 271). <<
[438] Duque de Alba a Juana de Austria, Nápoles, 17 de julio de 1556: «El Papa hace gente y junta dineros por todas las vías que puede… Ha escrito y enviado hombres a todos los potentados para los atraer a su opinión contra S.M., persuadiéndoles que echen los españoles de Italia. (ibídem, pág. 274). <<
[439] Duque de Alba a Juana de Austria, Nápoles, 17 de julio de 1556 (ibídem, pág. 274). <<
[440] Martin Hume, Reinas de la España antigua, op. cit., pág. 227. <<
[441] Como hijo de Beatriz de Portugal, la hermana de la emperatriz Isabel, Manuel Filiberto era primo carnal de Felipe II. Sería gestión personal de Felipe II, con una orientación distinta a la que en su momento había marcado Carlos V, de modo que en las instrucciones que dio en el 58 a Carranza, para la misión que había de tener con el Emperador, le señala: «Y en lo del duque de Saboya diréis a S.M. las diligencias que hice estando en Inglaterra con la Reina sobre su casamiento con Isabela y las causas que a ello me movieron y las que haré por concluirlo, aunque he hallado y pienso hallar las dificultades que sabéis.» (Cit. por mí en Tres embajadores de Felipe II en Inglaterra, op. cit., pág. 281). <<
[442] Citado por Fernández y Fernández de Retana, ha España de Felipe II, op. cit., I, pág. 435. <<
[443] Véase mi estudio citado Tres embajadores de Felipe II en Inglaterra, Madrid, 1951, págs. 261 y 262, nota 45; cf. Tenison, Elizabethan England, Londres, 1933,1, pág. 129. <<
[444] Carlos V a Juan Vázquez de Molina, Yuste, 6 de septiembre de 1557 (Corpus…, op. cit., IV pág. 347; original). <<
[445] Ibídem, pág. 259. <<
[446] Juana de Austria a Felipe II, Valladolid, 13 de septiembre de 1556 (Corpus…, op. cit., IV, pág. 281). <<
[447] Ibídem, págs. 283 y 285 (nota). <<
[448] Carlos V a Juan Vázquez de Molina, Yuste, 12 de mayo de 1557 (ibídem, pág. 325). <<
[449] Ibídem, pág. 324. <<
[450] «… Podía ser que, juntando el enemigo su campo, quisiese este invierno intentar de querer recuperar alguna de las plazas que ha perdido o ganar otras de nuevo.» (Corpus…, op. cit., VI pág. 364). <<
[451] Tres embajadores de Felipe II en Inglaterra, op. cit., págs. 244 y sigs. <<
[452] Lord Wentworth a Felipe II, Calais, 3 de enero de 1558 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 811, fol. 19; original); cf. mi libro Tres embajadores de Felipe II en Inglaterra, op. cit., pág. 215, donde publico esta carta. <<
[453] Felipe II a Juana de Austria, Bruselas, 15 de enero de 1558 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 816, fol. 9). <<
[454] «… La muerte del Emperador, mi Señor, me ha dado el dolor y pena que podéis pensar…». Felipe II a Juan Vázquez de Molina, 9 de diciembre de 1558 (Corpus…, op. cit., IV, pág. 453). <<
[455] Tres embajadores…, op. cit., pág. 30. <<
[456] Ibídem, págs. 29 y sigs. <<
[457] María Tudor. <<
[458] Carta citada por Tenison, Elizabethan England, I, 31; cf. mi libro Tres embajadores de Felipe II en Inglaterra, op. cit., pág. 264, nota 82. <<
[459] Manuel Fernández Álvarez, La España del emperador Carlos V, Madrid, 1993, pág. 879. <<
[460] Tres embajadores de Felipe II en Inglaterra, op. cit., pág. 37. <<
[461] Ibídem. <<
[462] Felipe II al conde de Feria, 12 de febrero de 1559 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 812, fols. 24 y 25). <<
[463] Tres embajadores…, op. cit., pág. 38. <<
[464] Ibídem, pág. 231. <<
[465] Archivo de Simancas, Estado, leg. 812, fol. 35. <<
[466] Ch. Weiss, Papiers d’Etat du Cardinal de Granvelle, V, pág. 453. <<
[467] A. González de Amezúa, Isabel de Valois, Madrid, 1949 (3 vols.), I, págs. 38 y sigs. <<
[468] Granvela a Quadra, Cercamps, 25 de noviembre de 1558 (B. P., Ms. de Granvela, 2304, s.f.; minuta). <<
[469] Ahora bien, debe precisarse que la iniciativa partió de Francia, siendo el condestable Montmorency quien propuso el 5 de febrero de 1559 el cambio, de forma que fuese Felipe II, y no don Carlos, el que desposase con Isabel de Valois (González de Amezúa, op. cit., pág. 47). <<
[470] Instrucciones al arzobispo Carranza, Amberes, 5 de junio de 1558 (Archivo de Simancas, Patr. Real, leg. 26, fol. 166). <<
[471] Felipe II a Juana, 6 de septiembre de 1558 (Archivo de Simancas, Estado, Flandes, leg. 516, fol. 30; cop.). Sobre las divergencias entre Felipe II y el duque de Saboya y la profunda antipatía con que miraba el Rey al Duque, es bien demostrativa esta nota autógrafa del Rey, que parece dirigida a Eraso, al dorso de una minuta de carta para la princesa Juana. En ella dice el Rey: «Yo pienso embiar a pedir un salboconducto para embiar algún correo que llebe todos los despachos por tierra, porque lo de la paz parece que ba bien, como os diré mañana, y así no será menester que llebe ésta Luis Lorenzo, y por esto no la he visto. Mostrádmela para que con vos la bea, y acordadme lo del Duque de Brunsuich, lo que quiere comprar. Digo que lo del Tusón no ay que tratar, porque yo no le puedo dar aun [¿por “sin”?] el Capítulo, y fuera dél no se puede dar a nadie. Y allí no puedo yo hazer más que dar dos votos, y los otros uno; y en caso de igualdad, determinar yo quál de los dos será. Y Lázaro bien deve de saber esto, pues es tan ladino. Y si lo prometió debió de ser por hazerme daño, que no puedo yo creer sino que por esto hagan tantas cosas destas. Vos sabéis quán enemigo soy de prometer, aun lo que puedo cumplir, porque es una lición que aprendi de Su Md. muy muchos años ha que me lo dixo. Y heme hallado bien quando la he cumplido, y muy mal de lo contrario. Y así estoy determinado de no hazerlo más, aun en lo que puedo cumplir, como digo, quanto más en lo que no es muy en mi mano, como esto. Y si lo fuera no andubiera por aquí Antonio de Oria con su Tusón como anda. Y esto fué con aberme remitido muchos de los ausentes sus botos. Mas no recatándome yo desto, me tenía ganados el Duque de Saboya los de los presentes, que aun a esto más le soy en cargo; aunque si yo supiera del Antonio en principio como agora y como el Emperador me lo dixo, afeándome el negocio, bien pudiera no admitille y mandarles que eligieran otro, que tubiera las calidades que la regla… [palabra ilegible: ¿pide?]» (Archivo de Simancas, Estado, Castilla, leg. 138, fol. 28; autógrafa). <<
[472] Juan Zapata a Granvela, Nápoles, 16 de marzo de 1559, que esperaba con ansiedad noticias de haberse concluido la paz, para bien de la Cristiandad. Que en Nápoles se hacían rogativas por ello. Añade: «… ay buenos temporales, a Dios gracias, y de la armada del Turco no se entiende cosa ninguna…» (Bibl. Palacio, Papeles de Granvela, leg. 2257, s.f.). Véase cómo la supremacía marítima turca por aquella época era un hecho, hasta el punto de desearse los temporales, para que guardasen al reino napolitano de las incursiones enemigas. <<
[473] Ayala a Granvela, Valladolid, 22 de abril de 1559 (ibídem). «Con esta paz —le escribe el Ultimo Ayala a Granvela el 13 de mayo siguiente— estamos tan regozijados que no ay materia que poder scrivir…» (ibídem). <<
[474] Juan Antonio de Tassis a Granvela, Roma, 21 de marzo de 1559: «… no desea otro sino que V.s. me escriva que está hecha la paz…» (ibídem). <<
[475] Francisco de Ibarra a Granvela, Milán, 14 de abril de 1559 (ibídem). <<
[476] Gámiz a Granvela, Augsburgo, 18 de abril de 1559 (ibídem). <<
[477] Así escribía Rogerio de Tassis a Granvela, desde Venecia, el 16 de abril de 1559: «… piacia a Dio che sia perpetua et che si leui le ochasione a francesi de tumultuare et con vno Santo Consilio quietar la flita Cristianità» (Bibl. Palacio, Papeles de Granvela, leg. 2257, s.f.). <<
[478] Feria a Felipe II, Londres, 19 de marzo de 1559 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 813, fol. 371). <<
[479] «El parescer que traxo el Obispo del Aguila del duque de Alba, monsr. de Arras y Ruy Gómez sobre las cosas de Inglaterra, que él les fue a comunicar por mandado de S.M. a Cateau-Cambrésis» (15 de mayo de 1559, Archivo de Simancas, Estado, leg. 812, fol. 204). <<
[480] Quadra a Felipe II, Londres, 18 de agosto de 1559 (ibídem, fol. 101). <<
[481] Cabrera de Córdoba, Felipe II, Rey de España, Madrid, ed. de la Real Academia de la Historía, 1877, I, pág. 298. <<
[482] Feria a Quadra, 14 de julio de 1559 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 812, fol. 89). <<
[483] Ibídem, fol. 92. <<
[484] Corpus documental de Carlos V, IV, pág. 374, nota 627. <<
[485] Ibídem, págs. 296 y 297. <<
[486] Carlos V a Juana de Austria, Yuste, 25 de mayo de 1558 (Corpus documental de Carlos V. op. cit., IV, pág. 425; nota). <<
[487] Testamento y codicilo de Carlos V, ed. crítica que publiqué en la Editora Nacional, Madrid, 1982, pág. 97. <<
[488] El informe de fray Antonio de la Carrera a Valdés («Últimos momentos de Cazalla»), en la obra de González Novalín, El inquisidor general Fernando de Valdés, Oviedo, 1968-1971, II, págs. 235-239. <<
[489] Según el testimonio de un testigo ocular de aquel auto de fe, publicado también por González Novalín, op. cit., II, pág. 248. <<
[490] Ibídem, pág. 234. <<
[491] El estudio de Menéndez Pelayo sobre el proceso de Carranza, en su Historia de los heterodoxos españoles, ed. Madrid, 1947, IV, págs. 1-73. <<
[492] Tellechea es, sin duda, el máximo especialista en Carranza, habiendo publicado multitud de trabajos sobre el tema, incluidos los documentos más importantes de su proceso. Véase su libro El arzobispo Carranza y su tiempo, Madrid, 1968, 2 vols. <<
[493] Gregorio Marañón, «El proceso del arzobispo Carranza», en Boletín de la Real Academia de la Historia, 1950, núm. 127, págs. 135-178. <<
[494] Deán de Oviedo a Valdés, Roma, 19 de agosto de 1559 (publ. por González Novalín, El inquisidor general Fernando de Valdés, op. cit., II, pág. 256). <<
[495] Véase mi estudio «Los Austrias mayores», en Historia de España, ed. Gredos, Madrid, 1987, vol. 8, pág. 303. <<
[496] Real Academia de la Historia, Proceso de Carranza, leg. 1, fols. 13-15. <<
[497] Archivo de Simancas, Estado, leg. 137, fol. 9. <<
[498] En Luis Fernández y Fernández de Retana, La España de Felipe II, op. cit., I, pág. 534. <<
[499] Archivo Histórico Nacional, Inquisición, leg. 4519, núm. 3. <<
[500] Para esa heroica defensa de Malta, de 1565, véase, más adelante, el capítulo 8, parte segunda, «España versus Islam», en esta misma obra. <<
[501] Carlos V, después del reconocimiento legal de los príncipes luteranos en la paz religiosa de Augsburgo de 1555, así se lo había indicado. <<
[502] Felipe II a Fernando I, Valencia, 23 de abril de 1564 (Haus, Hof und Staatsarchiv, Viena, Span. Hofkorrespondenz, 2-1.°, 43; or.). <<
[503] Fernández y Fernández de Retana, op. cit., I, pág. 636. <<
[504] En el sentido de oponerse. <<
[505] Corpus documental de Carlos V, op. cit., IV, págs. 429-435. <<
[506] Felipe II a Francés de Álava, Simancas, 1 de mayo de 1565, en Pedro Rodríguez y Justina Rodríguez, Don Francés de Álava y Beamonte: Correspondencia inédita de Felipe II con su embajador en París, 1564-1570, San Sebastián, 1991, pág. 153. <<
[507] Tres embajadores…, op. cit., págs. 163 y 164. <<
[508] 28]Felipe II a su embajador en Roma, Luis de Requesens y Zúñiga, Madrid, 1 de febrero de 1566 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 901, fol. 47); cf. Luciano Serrano, Correspondencia diplomática entre España y la Santa Sede durante el pontificado de san Pío V, Roma, 1914, I, pág. 117. <<
[509] Esto es, Felipe II, al que da tal tratamiento por su boda con Isabel, su hija. <<
[510] Citado por González de Amezúa, Isabel de Valois, op. cit., II, pág. 225. <<
[511] Citado por González de Amezúa, Isabel de Valois, op. cit., II, pág. 238. <<
[512] «Prometo a Vuestra Majestad —le escribía Alba— que ha tratado los negocios con una prudencia y un valor tan grande, que aunque teníamos grande opinión de Su Majestad, nos ha espantado» (ibídem, pág. 271). <<
[513] Felipe II al cardenal Pacheco (González de Amezúa, Isabel de Valois, op. cit., II, pág. 271). <<
[514] Tres embajadores…, op. cit., pág. 147. <<
[515] Ibídem, pág. 148. <<
[516] Relation des ambassadeurs venitiens, I, págs. 558 y 560. <<
[517] Archivo de Simancas, Estado, leg. 141, fol. 174; cf. mi vieja tesis doctoral Tres embajadores de Felipe II en Inglaterra, Madrid, 1951, pág. 282, nota 83. <<
[518] Citado por F. Chabod, «Milán o los Países Bajos», en Carlos V. Homenaje de la Universidad de Granada, Granada, 1958, pág. 368. <<
[519] Ibídem, pág. 365. <<
[520] Carlos V a Juana de Austria, Yuste, 25 de mayo de 1558 (Corpus…, IV, págs. 425-427, nota 700). <<
[521] Ibídem. <<
[522] Citado por mí en Los Austrias mayores y la culminación del Imperio (1516-1598), en Historia de España, Editorial Gredos, t. 8, 1987, pág. 272. <<
[523] Instrucciones de Carlos V a Felipe II, Augsburgo, 18 de enero de 1548 (Corpus documental de Carlos V, op. cit., pág. 580). <<
[524] Ibídem, pág. 591. <<
[525] Ibídem. Y cierto, los hijos no fueron pocos, nada menos que dieciséis, de los que sobreviví rían ocho, frente a los dos que lo hicieron a Felipe II (Isabel Clara Eugenia y Felipe III). <<
[526] Jorge Edmundson, «La revolución de los Países Bajos», en Historia del Mundo en la Edad Moderna, de la Universidad de Cambridge, Barcelona, 1960, III, págs. 202 y sigs. <<
[527] Evidentemente, esa noticia llegaría tarde a Margarita, para influir en el ánimo del Rey, pero lo que quiero subrayar es que lo ocurrido en Bayona, Malta y la Florida está en consonancia con los acuerdos de 1566. <<
[528] Cabrera de Córdoba, op. cit., II, pág. 474. <<
[529] Gachard, op. cit., pág. 278, nota 95. <<
[530] Archivo de Simancas, leg. 533; Gachard, op. cit., pág. 288. <<
[531] Gachard, op. cit., pág. 310, nota 26. <<
[532] Correspondence de Philippe II, II, pág. 445. <<
[533] Gachard, op. cit., pág. 297. <<
[534] Gachard lo pone en duda, pero lo recoge no sólo el fidedigno Cabrera, sino también Pierre de Bourdeille, señor de Brantôme, Gentilezas y bravuconadas de los españoles, Madrid, ed. 1996. Por otra parte, eso es lo que encaja con la furia puesta por don Carlos para ir entonces a los Países Bajos. <<
[535] L. P. Gachard, Don Carlos y Felipe II, Barcelona, ed. 1963, pág. 315, nota 75. <<
[536] Así lo refiere el embajador genovés Marcantonio Sauli, en carta al Dogo de 8 de enero de 1567 (cit. por Gachard, op. cit., pág. 353, nota 13). <<
[537] Felipe II a Requesens, 26 de noviembre de 1566 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 901). <<
[538] Ibídem. <<
[539] Granvela a Felipe II, 23 de diciembre de 1566, en Gachard, op. cit., pág. 319, nota 94. <<
[540] Felipe II a Margarita de Parma, 2/ de noviembre de 1566 (Correspondence de Marguerite d’Autriche, pág. 205; cit. Gachard, op. cit., pág. 302). <<
[541] Duque de Berwick y de Alba, Contribución al estudio de la persona de don Fernando Álvarez de Toledo, III duque de Alba, Madrid, 1919, discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia. <<
[542] Citado por Kamen, op. cit., pág. 122. <<
[543] La sentencia, en Codoin, IV; fragmentos, en Fernández y Fernández de Retana, op. cit., I, págs. 796 y sigs. <<
[544] La cita, en Kamen, op. cit., pág. 123. <<
[545] «La réplica que hizo el archiduque Carlos», Codoin, vol. 103, págs. 108 y sigs.; cf. Kamen, op. cit., pág. 131. <<
[546] Véase mi estudio Tres embajadores de Felipe II en Inglaterra, op. cit., pág. 186. <<
[547] Cit. por Kamen, op. cit., pág. 129. <<
[548] Sobre esto, véanse particularmente las siguientes obras: L. P. Gachard, Don Carlos y Felipe II, Barcelona, 1963 (1.ª ed. francesa, 1863); Cesare Giardini, El trágico destino de don Carlos, Barcelona, 1940; Ludwing Pfandl, Felipe II. Bosquejo de una vida y de una época, Madrid, 1942, Peter Pierson, Felipe II de España, México, FCE, 1984, y Manuel Fernández Álvarez, Economía. Sociedad y Corona (Ensayos históricos sobre el siglo XVI), Madrid, 1963. <<
[549] Gachard, op. cit., pág. 53. No es la primera vez que el príncipe niño hablaba de sí en tercera persona. En marzo de 1550, cuando no había cumplido, pues, los cinco años, Luis Sarmiento comunicaba a Felipe II, con motivo de la enfermedad del Príncipe: «… decía una cosa en su dolencia: y cuando no quería tomar lo que se le daba, decía siempre: “¡No matéis al niño, que no puede más el niño!”, más claro que ninguna cosa que dice, que verdaderamente parecía que lo decía un ángel tercero por él, de que todos estábamos espantados». Luis Sarmiento a Felipe II, Aranda, 11 de marzo de 1550 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 84; original). <<
[550] Biblioteca de Palacio, Madrid, Ms., Papeles de Granvela, núm. 2252, s.f.; original. <<
[551] Luis Sarmiento a Carlos V, Toro, 17 de febrero de 1551 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 84, fol. 245; original). <<
[552] Príncipe ya, puesto que en 1560 había sido jurado como tal por las Cortes de Castilla. <<
[553] El informe de los embajadores venecianos es del 20 de junio de 1562; quince días después, don Carlos cumpliría, en efecto, diecisiete años. <<
[554] Gachard, op. cit., págs. 129 y 130, nota 64. <<
[555] Gachard, op. cit., pág. 171. <<
[556] Ibídem, pág. 180. <<
[557] Ibídem, pág. 176. <<
[558] Padre Mariana, Historia de España, ed. 1782, II, pág. 782. <<
[559] Tres embajadores…, op. cit., pág. 104. <<
[560] Tres embajadores…, op. cit., pág. 107. <<
[561] Ibídem. <<
[562] Felipe II a Diego Guzmán de Silva, Madrid, 6 de agosto de 1564 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 818, fol. 71). <<
[563] Ibídem. <<
[564] Gachard, op. cit., pág. 208. <<
[565] Ibídem, págs. 208 y 231, nota 32. <<
[566] Ver mi libro Tres embajadores…, op. cit., pág. 115. <<
[567] Gachard, op. cit., pág. 250. <<
[568] Ibídem, pág. 279, nota 99. <<
[569] Gachard, op. cit., págs. 283 y 284, nota 14. <<
[570] Y un detalle para la historia de cultura: que el informe fuera en español, la lengua más europea del siglo XVI. <<
[571] Cabrera de Córdoba, Felipe II; Gachard, Don Carlos y Felipe II, op. cit., pág. 333. <<
[572] Quadra a Granvela, Londres, diciembre de 1562 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 816, fol. 58). Evidentemente, tal descuido en figura del talento político de Cecil da que pensar. Es muy probable que se tratara de un montaje, para hacer más odiosa la nobleza flamenca en España y aumentar la tensión con la corte de Madrid. <<
[573] Excusa razonable, pues hacía poco que Felipe II le había nombrado general del Mar. <<
[574] «Sosegaos, que esto no se hace sino por vuestro propio bien», fue la frase, según Cabrera de Córdoba. <<
[575] Gachard, op. cit., pág. 426. <<
[576] De las dos primeras posee copia la Real Academia de la Historia, Cabrera de Córdoba inserta la enviada a la emperatriz María (I, pág. 563) y la de Viena está en el Haus, Hof und Staais archiv, Spanische Korrespondenz, A/2,364. <<
[577] Haus, Hof und Staatsarchiv, Wien, Fam-Kor. A/2, 364; cf. mi estudio Política mundial de Carlos V y Felipe II, op. cit., pág. 269. <<
[578] Cabrera de Córdoba, Historia de Felipe II, op. cit., II, pág. 563. <<
[579] Cabrera de Córdoba, Felipe II, op. cit.; cf. mi libro La sociedad española en el Siglo de Oro, Madrid, 1989, I, pág. 342. <<
[580] Padre Mariana, Historia de España, ed. cit., II, pág. 782. <<
[581] Jerónimo de Quintana, Historia de la Villa de Madrid, Madrid, 1629; reed. Ábaco Ediciones, Madrid, 1984, pág. 340. <<
[582] Posiblemente su mayor confidente fue el confesor, que lo era entonces fray Diego de Chaves. De ahí que en su Codicilo ordene el Rey que se quemaran todos los papeles que se encontraran del confesor, que entonces lo era también del Príncipe. Sobre todo, véase lo que indico en mi reciente edición crítica del Codicilo del Rey (Codicilo y última voluntad de Felipe II, Valencia, Ediciones Grial, 1997, págs. 52 y sigs.). <<
[583] Cabrera de Córdoba, Felipe II, Rey de España, Madrid, 1887; cf. mi estudio Política mundial de Carlos V y Felipe II, Madrid, 1966, pág. 268. <<
[584] Archivo de la Universidad de Salamanca, col. Documentos Reales, leg. 2870-2. <<
[585] Martin Hume, Reinas de la España antigua, op. cit., pág. 273. <<
[586] Ibídem, pág. 284. <<
[587] Jerónimo de Quintana, op. cit., pág. 370. <<
[588] Alfonso de Valdés, Diálogo de Mercurio y Carón, ed. de J. F. Montesinos, Madrid, 1954, pág. 53. <<
[589] Para todos estos sucesos, el mejor resumen en L. Pastor, Historia de los Papas, Barcelona, 1963, 3.ªed., vol. XVIII, págs. 14-23; cf. la obra de Luciano Serrano, Correspondencia diplomática entre España y la Santa Sede, III, págs. V y sigs. <<
[590] L. Serrano, op. cit., III, pág. XVIII. <<
[591] Citado por Luciano Serrano, op. cit., III, pág. XXX, nota 1. <<
[592] L. Serrano, op. cit., III, pág. XXXV. <<
[593] Alburquerque a Zúñiga, 26 de octubre de 1569, en Luciano Serrano, op. cit., III, pág. XXXV, nota 1. No deja de ser significativo, para comprender el apasionamiento religioso de la época, que para Alburquerque los frustrados homicidas tenían que ser luteranos: «porque en ningún otro hombre podía caber tal maldad» (ibídem). <<
[594] Felipe II al duque de Alburquerque, Madrid, 27 de noviembre de 1569 (AGS, E., leg. 1223; original). <<
[595] Citado por Pastor, op. cit., XVIII, pág. 22. <<
[596] Felipe II al duque de Alburquerque, carta cit. de 27 de noviembre de 1569. <<
[597] L. Pastor, Historia de los Papas, op. cit., XVIII, pág. 23. <<
[598] Felipe II al duque de Alburquerque, carta cit. de 27 de noviembre de 1569. <<
[599] J. Münzer, Relación de su viaje a España, en García de Mercadal, Viajes de extranjeros por España y Portugal, Madrid, 1952, I, pág. 405. <<
[600] Fernando el Católico a Diego Colón, enero de 1520; cf. mi ensayo Viajes de un historiador, Madrid, 1955, pág. 158. <<
[601] Ya anotaba yo en 1969 ese saldo negativo de la esclavitud, vinculada a la acción española, y no sólo con los conseguidos en el África negra, sino también en el norte de África, de forma que la campaña de Orán convirtió a Cartagena en un importante mercado de esclavos. Ver mi trabajo «La crisis del nuevo Estado (1504-1516)», en Historia de España Menéndez Pidal, t. XVII-II, pág. 712. <<
[602] Anglería, Epistolario, pág. 313. <<
[603] Ibídem, pág. 325. <<
[604] «… l’Europa intera speró che la potenza spagnola l’avrebbe definitivamente liberata dalla minaccia turca» (B. Croce, La Spagna nella vita italiana durante la Rinascenza, Bari, 1949, pág. 277). <<
[605] J. Salvá, La Orden de Malta, Madrid, 1944. <<
[606] Felipe II a Carlos V, Valladolid, 26 de agosto de 1543 (Corpus documental de Carlos V, Sala manca, 1975, II, pág. 162). <<
[607] Felipe II a Carlos V, Valladolid, 4 de febrero de 1544 (ibídem, pág. 194). <<
[608] Carlos V a Felipe II, Spira, 14 de febrero de 1544 (ibídem, pág. 207). <<
[609] Corpus…, II, pág. 207. <<
[610] Felipe II a Carlos V, Valladolid, 14 de febrero de 1544 (ibídem, pág. 211). <<
[611] Carlos V a Tavera, Valladolid, 5 de marzo de 1544; por supuesto, la firma el Príncipe (Corpus…, II, pág. 217). <<
[612] Felipe II a Carlos V, Valladolid, 16 de julio de 1544 (ibídem, pág. 254). <<
[613] Felipe II a Carlos V, Valladolid, 17 de septiembre de 1544 (Corpus…, pág. 271). <<
[614] Ibídem, pág. 273; algo similar se indica en marzo del 45. <<
[615] Felipe II a Carlos V, Valladolid, 30 de junio de 1544 (ibídem, pág. 396). <<
[616] Felipe II a Carlos V, Valladolid, 3 de septiembre de 1545 (ibídem, pág. 420). <<
[617] Carlos V a Felipe II, Ratisbona, 31 de julio de 1546 (ibídem, pág. 482). <<
[618] Felipe II a Carlos V, Monzón, 23 de julio de 1547 (Corpus…, pág. 537). <<
[619] «Agora ha tornado a scribir el dicho Conde [Tendilla] que tiene aviso que de Vélez y Tetuán han salido seis o siete fustas de infieles que andan por el Estrecho, y que en las costas de Granada han parecido otras tantas y la gente dellas entró en la Villa de Moxácar y capturaron hasta 20 personas…» (Felipe II a Carlos V, Monzón, 23 de julio de 1547; ibídem, pág. 538). <<
[620] Carlos V a Felipe II, Augsburgo, 8 de julio de 1548 (ibídem, pág. 644). <<
[621] Felipe II a Carlos V, Valladolid, 5 de agosto de 1548 (ibídem, pág. 654). <<
[622] Instrucciones de Carlos V a Felipe II (el llamado Testamento político del Emperador), Augsburgo, 18 de enero de 1548 (Corpus…, pág. 574). <<
[623] Felipe II a Carlos V, Valladolid, 5 de agosto de 1548 (ibídem, pág. 654). <<
[624] Carlos V a Felipe II, Augsburgo, 29 de septiembre de 1548 (Corpus…, III, pág. 39). <<
[625] Véase el estudio de Rafaela Rodríguez Raso, Maximiliano de Austria, Gobernador de Carlos V en España: Cartas al Emperador, Madrid, 1963, págs. 23, 80, 82, 87, 92, 93, 119, 121, 123, 132, 134, 161, 165, 166, 177, 179, 187, 189, 212, 213, 218, 220, 224, 225, 228, 256 y 278. <<
[626] Juan de Vega a Granvela, 15 de septiembre de 1550 (B. Pal., Ms., leg. 2282, s.f.; original). <<
[627] Presentándole sus excusas, a juicio de Braudel, El Mediterráneo, II, pág. 137. <<
[628] Carlos V a María, Augsburgo, 13 de junio de 1557 (Corpus…, III, pág. 282). <<
[629] Sandoval, Historia de Carlos V, ed. de Carlos Seco, III, pág. 380. <<
[630] Ibídem, pág. 381. <<
[631] Mahdia. <<
[632] Maximiliano y María, reyes, pues lo eran de Bohemia. <<
[633] Felipe II a Carlos V, Toro, 27 de septiembre de 1551 (Corpus…, III, pág. 359). <<
[634] Felipe II a Carlos V, Toro, 27 de septiembre de 1551 (Corpus…, III, págs. 360 y 361). <<
[635] Felipe II a Carlos V, Monzón, 7 de octubre de 1552 (ibídem, pág. 500). <<
[636] Felipe II a Carlos V, Valladolid, 12 de noviembre de 1553 (Corpus…, págs. 628 y 629). <<
[637] Juana a Felipe II, Valladolid, 30 de julio de 1558 (Corpus…, IV, pág. 439). <<
[638] El testamento de don Carlos, en Gachard, Don Carlos y Felipe II, op. cit., pág. 166. <<
[639] Gachard, op. cit., pág. 172, nota 16. <<
[640] Ver mi estudio «La política exterior», presentado en el Congreso sobre las Cortes de Castilla en la Edad Moderna, Valladolid, 1989, pág. 361. <<
[641] F. P. de Cambra, Don Álvaro de Bazán, Madrid, 1943, pág. 104. <<
[642] Es célebre el teatralismo con que Braudel presenta la batalla de Malta. Tras narrar el agotamiento de los turcos y caballeros de la Orden, añade: «Entonces interviene don García de Toledo» (Braudel, El Mediterráneo, II, pág, 267). <<
[643] J. Salvá, La Orden de Malta y las acciones navales españolas contra turcos y berberiscos en los siglos XVI y XVII, Madrid, 1944. <<
[644] Diego Guzmán de Silva a Felipe II, Londres, 22 de octubre de 1565 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 818, fol. 78; cf. mi Tres embajadores…, op. cit., pág. 153). <<
[645] Felipe II a su embajador en Roma, Luis de Requesens, 18 de enero de 1566 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 901, fol. 30). <<
[646] Instrucciones de don García de Toledo a Juan Andrea Doria de lo que había de hacer la armada rumbo a Malta, Mesina, 14 de junio de 1566 (Colección Navarrete, vol. XII, doc. 60, fol. 390; cf. Jaime Salvá, La Orden de Malta…, op. cit., págs. 346 y 347). <<
[647] Cabrera de Córdoba, Felipe II, op. cit., II, pág. 587. <<
[648] Archivo de Simancas, Cámara de Castilla, leg. 2150. <<
[649] Iglesia Mayor: no aparecen consignadas las casas. Hemos dado una aproximación. <<
[650] Iglesia Mayor: no aparecen consignadas las personas de confesión. Hemos dado una aproximación. <<
[651] Recordemos que Madrid estaba sólo iniciando entonces su vuelo como capital de la Monarquía, precisamente algo comenzado en ese mismo año 1561. <<
[652] Luis Hernández Olivera, «La población de Santa Ana en 1561. Aproximación a la estructura demográfica y económica de Granada», trabajo presentado en Salamanca, en el curso 1981-1982. <<
[653] Luis de Mármol Carvajal, Historia de la rebelión y castigo de los moriscos del reino de Granada, Madrid, BAE, 1946; Diego Hurtado de Mendoza, Guerra de Granada, hecha por el rey de España don Felipe II contra los moriscos de aquel reino, sus rebeldes, Madrid, BAE, 1946; Ginés Pérez de Hita, Guerras civiles de Granada, Madrid, 1913. <<
[654] Citado por Domínguez Ortiz y Bernard Vincent, Historia de los moriscos. Vida y tragedia de una minoría, Madrid, Revista de Occidente, 1979, pág. 51. <<
[655] Citado por Domínguez Ortiz y Bernard Vincent, op. cit., pág. 52. <<
[656] Fernández y Fernández de Retana, La España de Felipe II, op. cit., II, pág. 45. <<
[657] Véase, anteriormente, el capítulo 6 de esta segunda parte: «La gran rebelión». <<
[658] En Fernández y Fernández de Retana, op. cit., II, pág. 79. <<
[659] Ibídem. <<
[660] Cervantes, Prólogo a la segunda parte del Quijote. <<
[661] La referencia a su entrevista con los caudillos de las otras formaciones navales, la genovesa y la pontificia. <<
[662] Fernand Braudel, El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, México, 1953, II, págs. 368 y 369. <<
[663] Citado por Astrana Marín, en su edición del Quijote, Madrid, s.a., pág. X. <<
[664] Citado por Fernández y Fernández de Retana, op. cit., II, pág. 124. <<
[665] En Fernández y Fernández de Retana, op. cit., II, pág. 123. <<
[666] Manuel Fernández Álvarez, Poder y sociedad en la España del siglo XVI, Madrid, 1995, pág. 293. <<
[667] Archivo de Simancas, Estado, leg. 1134. <<
[668] Baltasar Cuart Moner, El galeote. Un aspecto de la historia de la España del Barroco, memoria de licenciatura leída en la Universidad de Salamanca el 6 de junio de 1972 (inéd.). <<
[669] Biblioteca Nacional, Ms., leg. 6722, fols. 106 y sigs. <<
[670] Braudel, El Mediterráneo…, II, pág. 352. <<
[671] Padre Juan de Mariana, Historia general de España, ed. Andrés Ramírez, Madrid, 1782, II, pág. 784. <<
[672] Discurso de ingreso en la Real Academia de la Historia del XVII duque de Alba, Contribución al estudio de la persona de don Fadrique Álvarez de Toledo, tercer duque de Alba, Madrid, 1919. <<
[673] H. Pirenne, Historia de Bélgica, IV, pág. 5. <<
[674] P. Frédéricq, Los Países Bajos: luchas religiosas, en Historia Universal, dir. por Lavisse y Rambaud, X, pág. 117. <<
[675] Diego Guzmán de Silva a Felipe II, en Tres embajadores de Felipe II en Inglaterra, op. cit., pág. 159. <<
[676] Archivo de Simancas, Estado, leg. 872, fol. 63; cf. mi Tres embajadores…, op. cit., pág. 206. <<
[677] Quadra a Felipe II, octubre de 1560 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 817, fol. 131; cf. Tres embajadores de Felipe II en Inglaterra, op. cit., pág. 207). <<
[678] Ibídem, pág. 208. <<
[679] Ibídem. <<
[680] Tres embajadores…, op. cit., pág. 314, nota 177. <<
[681] Tres embajadores…, op. cit., pág. 174. <<
[682] Silva a Felipe II, Londres, 1 de mayo de 1568 (Archivo General de Simancas, Estado, leg. 820, fol. 46). <<
[683] Tres embajadores…, op. cit., pág. 175. <<
[684] Tres embajadores…, op. cit., pág. 137. <<
[685] La embajada de Silva duró desde el 18 de junio de 1564 hasta el 9 de septiembre de 1568. Fue el más hábil de los embajadores que Felipe II tuvo en Inglaterra, sabiendo ganarse la confianza de la reina Isabel y del propio Cecil. Supo solucionar el conflicto del comercio internacional con Flandes y el castigo de no pocos piratas de los que iban a las Indias. Ciertamente, su tiempo se correspondió con la etapa postridentina y con las Vistas de Bayona, que tanto respeto impusieron en la Europa occidental; pero también supo hacer bueno su oficio de conciliador en las diferencias entre las dos cortes, algo reconocido por la reina Isabel, que gustaba de recibirle en términos inusualmente afectuosos. En una de las audiencias que la Reina le concede llega incluso a mostrarle un retrato reciente que le habían hecho, «y era harto bueno», a juicio de Silva, comentándole la Reina, en la versión de Silva (es de suponer que sacada del latín): «Bueno será enviar agora al Rey mi retrato, estando con las espadas en la mano peleando». Pero añadiendo, para quitar agresividad: «Es verdad que no tienen punta, pues no tratamos sino de navíos…». Con frecuencia, en las jornadas cortesanas, se hacía acompañar de Silva, dándole muestras de notable privanza, y pesándole por ello su relevo, tomándolo como indicio de un cambio en la política de Felipe II, y en señal de que a la antigua alianza sucedería una abierta hostilidad, preludio de rompimiento, tanto más cuanto que hacía sólo unos meses que el embajador inglés en Madrid, John Man, había sido expulsado. Sobre esto, véase Tres embajadores…, op. cit., pág. 307, nota 127. <<
[686] Isabel dio muestras de sentir grandemente la marcha de Silva, tanto por lo que le apreciaba como porque temía que suponía un endurecimiento de la política de Felipe II. Tres embajadores…, op. cit., pág. 189. <<
[687] Eso ocurría en abril de 1568. En su indignación, el Rey ordena que John Man saliera de la corte: «… he deliberado de no negociar más con él, ni que parezca ante mí, ni que tampoco esté en esta Corte, sino hacerle decir que se vaya a algún pueblo por aquí cerca…» (Felipe II a Silva, Madrid, 6 de abril de 1568, Archivo General de Simancas, Estado, leg. 1570, fol. 92; cf. mi Tres embajadores…, op. cit., pág. 308, nota 127). Lo cierto es que John Man era conocido públicamente como un hereje radical, de modo que su presencia en España había alarmado a Pío V (Serrano, Correspondencia diplomática entre España y la Santa Sede bajo Pío V, Madrid, 1914, I, pág. 244). <<
[688] Tres embajadores…, op. cit., pág. 308. <<
[689] Silva a Felipe II, Londres, 9 de octubre de 1568 (Codoin, XC, pág. 139). <<
[690] En carta de Silva a Felipe II, Londres, 8 de enero de 1569 (Codoin, XC, pág. 167). <<
[691] Gerau de Spés a Felipe II, 12 de diciembre de 1568 (ibídem, pág. 154). <<
[692] Alba a Felipe II, Bruselas, 24 de febrero de 1570, en Tomás González, Apuntamientos para la historia del rey don Felipe II de España por lo tocante a sus relaciones con la reina Isabel de Inglaterra (1558-1576), op. cit., pág. 421. <<
[693] «… Viendo él —Enrique II— que yo no la abrazaba, escribió a Limoges que lo propusiese a V.M., y habiendo yo escrito mi parescer, V.M. fue servido cortar la plática…». <<
[694] Tomás González, Apuntamientos…, op. cit., págs. 421 y sigs. <<
[695] Se refiere a los nobles católicos ingleses, levantados contra Isabel. <<
[696] Feria a Zayas, mayo de 1571 (Codoin, XC, págs. 457 y sigs.). <<
[697] Spés a Felipe II, 30 de octubre de 1568 (ibídem, pág. 149). <<
[698] Codoin, XC, pág. 192. <<
[699] Citado por García Mercadal, España vista por los extranjeros, II, pág. 180. No de otra manera lo veían algunos españoles, que reconocían aquel peligroso mal, como Arias Montano, en sus Advertimientos sobre los negocios de Flandes: «La soberbia de la nación española es intolerable y su poco término que tiene en cariciar las naciones extranjeras estando entre ellas… Y no digo esto de los principales ministros de una nación, sino de los medianos y de los menores, que cierto usan de demasiada altivez con los otros y esto enajena las voluntades y desbarata el buen curso y buena ayuda de los negocios en gran manera…» (Citado por Morales Oliver, Arias Montano y la política de Felipe II en Flandes, Madrid, 1927, pág. 226). <<
[700] L. Morales Oliver, Arias Montano y la política de Felipe II en Flandes, Madrid, 1927, págs. 141 y sigs. <<
[701] Ibídem, pág. 170. <<
[702] Ibídem, pág. 179. <<
[703] Ibídem, pág. 180. <<
[704] «… Según la experiencia y noticia de los tiempos todos, el Príncipe de cuya parte está el tráfico y la contratación, es Señor sobre todos los otros aventajado y a quien todos los demás tienen respeto y miramiento» (Arias Montano, cit. por Morales, op. cit., pág. 182). <<
[705] Arias Montano, cit. por Morales, op. cit., pág. 185. <<
[706] Ibídem, pág. 201. <<
[707] «Muy de otra manera va el negocio agora en todo este gobierno de lo que iba agora un año, y bien lo temía yo cuando escribía que no me parescía ser de provecho el tener aquí al Duque con el sonido del sucesor…» (Arias Montano, cit. por Morales, op. cit., pág. 202). <<
[708] Felipe II al duque de Alba, 13 de mayo de 1568, citado por G. Parker, El ejército de Flandes y el camino español (1567-1659), Madrid, 1976, pág. 179. <<
[709] Parker, op. cit., pág. 180. <<
[710] Arias Montano, Advertimientos sobre los negocios de Flandes, en Codoin, XXXVIII, págs. 89-98; cit. por Morales Oliver, op. cit., pág. 217. <<
[711] Requesens a Felipe II, Amberes, 9 de enero de 155, en Kamen, op. cit., pág. 162. <<
[712] F. Ruiz, «La Banca en España hasta 1782», en El Banco de España. Una historia económica, Madrid, 1970, pág. 27. <<
[713] Juan Ginés de Sepúlveda, Historia de Carlos V, trad. y ed. crítica de E. Rodríguez Peregrina, con notas de Baltasar Cuart, Pozoblanco, 1995, I, pág. 31. El texto de Justa de la Villa, en Diccionario de Historia de España, Madrid, Revista de Occidente, 1968, II, págs. 1060 y 1061. <<
[714] Carlos V a Felipe II, Yuste, 8 de agosto de 1557 (Corpus documental de Carlos V, IV, págs. 339-341). <<
[715] Ibídem. <<
[716] Véase mi estudio Felipe II, Isabel de Inglaterra y Marruecos, Madrid, 1951, pág. 39, nota 46 bis. <<
[717] Padre Mariana, Historia de España, op. cit., II, pág. 790. <<
[718] Felipe II al duque de Medina-Sidonia, San Lorenzo de El Escorial, 2 de agosto de 1579 (cit. por Gabriel Maura, El designio de Felipe II, Madrid, 1957, pág. 42). <<
[719] Citado por Alfonso Danvila, Felipe II y la sucesión de Portugal, Madrid, 1956, pág. 223. <<
[720] En Alfonso Danvila, Felipe II y la sucesión de Portugal, op. cit., pág. 294. <<
[721] Alfonso Danvila, Felipe II y la sucesión de Portugal, op. cit., pág. 231. <<
[722] Ibídem. <<
[723] En Alfonso Danvila, op. cit., pág. 231. <<
[724] El cronista musulmán Nozhet El-Hafi El-Oufrani recoge en términos encomiásticos el tributo rendido por los monarcas de la Europa cristiana a su señor, a raíz de la derrota de Alcazarquivir (véase mi estudio Felipe II, Isabel de Inglaterra y Marruecos, Madrid, 1951, pág. 23, nota 19 bis). <<
[725] Maura, El designio de Felipe II y la Amada Invencible, Madrid, 1957, pág. 60. <<
[726] Ibídem, pág. 45. <<
[727] Ibídem, pág. 47. <<
[728] Maura, op. cit., pág. 43. <<
[729] Fernando Bouza, Portugal en la Monarquía hispánica (1580-1640). Tesis Doctoral inédita, Madrid, 1986, fol. 631. <<
[730] Felipe II, Testamento, ed. crítica de Manuel Fernández Álvarez, Madrid, 1982, pág. 23, cláusula 21. <<
[731] M. Fernández Álvarez, Tres embajadores de Felipe II en Inglaterra, Madrid, 1951. <<
[732] Citado por Femando Bouza, Portugal en la Monarquía hispánica (1580-1640), Tesis Doctoral cit., Madrid, 1986, I, fol. 91. <<
[733] Santa Teresa al padre Jerónimo Gracián, Ávila, 19 de agosto de 1579 (Epistolario, en Obras completas, ed. Madrid, 1979, pág. 929). <<
[734] Esto es, con el duque de Braganza. <<
[735] Santa Teresa a don Teotonio de Braganza, Valladolid, 22 de julio de 1579 (Epistolario, ed. cit., pág. 972). <<
[736] Santa Teresa a la madre María de San José, Toledo, 3 de abril de 1580 (Epistolario, ed. cit., pág. 1001). <<
[737] Citado por Bouza, op. cit., I, fol. 170. <<
[738] Ibídem, fol. 179. <<
[739] Citado por Bouza, op. cit., I, fol. 118, nota 1. <<
[740] Ibídem, fol. 71. <<
[741] Ibídem, fol. 75 y sigs. <<
[742] Citado por Bouza, op. cit., I, fol. 99. <<
[743] Ibídem, fol. 100. <<
[744] P. Julián Zarco Cuevas, El monasterio de San Lorenzo el Real de El Escorial y la casita del Príncipe, Madrid, 1955, 8.ªed., pág. 197. <<
[745] Para la Armada Invencible, uno de los mejores estudios, con espléndido aparato gráfico, es el de María José Rodríguez Salgado, en el Catálogo de la exposición inglesa dedicada al Centenario, Armada, 1588-1988. An International exhibition to commemorate the Spanish Armada, Londres, 1988. <<
[746] Recuérdese que Alejandro Farnesio era de la misma generación que el príncipe don Carlos. <<
[747] Véase el impresionante relato que hace Wedgword en su vieja biografía, todavía útil, William the Silent, Londres, 1967, pág. 256. <<
[748] J. W. Smit, «La revolución en los Países Bajos», en Revoluciones y rebeliones de la Europa Moderna, Madrid, Alianza Editorial, 1972. <<
[749] Bernardino de Mendoza a Felipe II, Londres, 26 de enero de 1584 (Archivo de Simancas, Estado, leg. 839, fol. 3). <<
[750] Bernardino de Mendoza a Felipe II, Londres, 31 de enero de 1584 (ibídem, fol. 6). <<
[751] A principios de 1559. <<
[752] Enrique II. <<
[753] El duque de Alba a Felipe II, 23 de febrero de 1570, en Tomás González, Apuntamientos para la historia de Felipe II, op. cit., pág. 440. <<
[754] El duque de Alba a Felipe II, 23 de febrero de 1570, en Tomás González, Apuntamientos para la historia de Felipe II, op. cit., pág. 440. <<
[755] Citado por Fernando P. de Cambra, Don Álvaro de Bazán, Madrid, 1943, pág. 256. <<
[756] Fernando P. de Cambra, op. cit., pág. 256. <<
[757] Ibídem, pág. 257. <<
[758] Así lo eran en las campañas de Carlos V de 1546 y 1547. (Véase sobre esto mi edición crítica de las Memorias de Carlos V, en Corpus documental de Carlos V, op. cit., pág. 535, nota 158). <<
[759] Publicado por Maura, El designio de Felipe II, págs. 181-203. <<
[760] G. Macaulay Trevelyan, Historia social de Inglaterra, México, FCE, 1984; 1.ª ed. inglesa, 1962, pág. 213. <<
[761] Felipe II a Santa Cruz, Aranjuez, 25 de mayo de 1587, en Enrique Herrera Oria, Felipe II y el marqués de Santa Cruz en la empresa de Inglaterra según los documentos del Archivo de Simancas, Madrid, 1946, págs. 104 y 105. <<
[762] El Consejo de Guerra a Felipe II, Madrid, 26 de mayo de 1587 (ibídem, págs. 105 y 106). <<
[763] Se refiere a emplear cuanto antes los aprestos de guerra, que el tiempo iba consumiendo o deteriorando, sin fruto alguno. <<
[764] En Herrera Oria, op. cit., pág. 114. <<
[765] «luego», con el sentido de «muy pronto». <<
[766] Herrera, op. cit., pág. 121. <<
[767] Santa Cruz a Felipe II, Lisboa, 15 de octubre de 1587 (ibídem, pág. 122). <<
[768] Felipe II a Santa Cruz, 21 de octubre de 1587 (en Herrera Oria, op. cit., pág. 123). <<
[769] Santa Cruz a Felipe II, Lisboa, 29 de octubre de 1587 (ibídem, pág. 124). <<
[770] Felipe II a Santa Cruz, 30 de octubre de 1587 (ibídem, pág. 125). <<
[771] Correo. <<
[772] Felipe II a Santa Cruz, San Lorenzo, 2 de noviembre de 1587 (ibídem, pág. 127). <<
[773] Felipe II a Santa Cruz, San Lorenzo, 9 de noviembre de 1587 (ibídem, pág. 128). <<
[774] Felipe II a Santa Cruz, El Pardo, 16 de noviembre de 1587 (en Herrera Oria, op. cit., pág. 129). Se refiere a que hubiera partido Santa Cruz a su regreso de las Indias, a mediados de septiembre. <<
[775] Felipe II a Santa Cruz, El Pardo, 30 de noviembre de 1587 (ibídem, pág. 134). <<
[776] Santa Cruz a Felipe II, Lisboa, 4 de diciembre de 1587 (ibídem, pág. 136). <<
[777] Del mismo al mismo, Lisboa, 12 de diciembre de 1587 (ibídem, pág. 140). <<
[778] Felipe II a Santa Cruz, Madrid, 18 de enero de 1588 (ibídem, pág. 156). <<
[779] Santa Cruz a Felipe II, Lisboa, 23 de enero de 1588 (ibídem, pág. 157). <<
[780] Citado por Kamen, op. cit., pág. 289. <<
[781] Fuentes a don Cristóbal de Moura y a don Martín de Idiáquez, Lisboa, 30 de enero de 1588 (Herrera, op. cit., pág. 160). <<
[782] Juan Martínez de Recalde a Felipe II, Lisboa, 13 de febrero de 1588, en Herrera Oria, op. cit., pág. 167. <<
[783] Medina-Sidonia a Idiáquez, Sanlúcar, 16 de febrero de 1588, en Maura, op. cit., págs. 241 a 244. <<
[784] Felipe II al duque de Medina-Sidonia, Madrid, 18 de febrero de 1588 (Maura, op. cit., págs. 244 y 245). <<
[785] Felipe II a Catalina Micaela, San Lorenzo, 27 de agosto de 1586, en Cartas de Felipe II a sus hijos, ed. crítica de Fernando de Bouza, Madrid, 1988, págs. 113 y 114. <<
[786] Felipe II a Medina-Sidonia, Madrid, 11 de marzo de 1588, en Maura, op. cit., págs. 247 y 248. <<
[787] Instrucciones de Felipe II a Medina-Sidonia (Maura, op. cit., pág. 250). <<
[788] Para seguir la ruta de la Armada con sus diversas incidencias y los sucesivos mapas ilustradores, lo mejor es el notable trabajo ya citado de María José Rodríguez Salgado, Armada…, op. cit., págs. 233 y sigs. <<
[789] Medina-Sidonia a Felipe II, 24 de junio de 1588 (Maura, op. cit., págs. 258-261). <<
[790] Cabrera de Córdoba, op. cit., III, pág. 301. <<
[791] Medina-Sidonia a Felipe II, 21 de agosto de 1588, en Maura, op. cit., pág. 263. <<
[792] Citado por Kamen, op. cit., pág. 291. <<
[793] Medina-Sidonia a Idiáquez, 27 de septiembre de 1588 (Maura, op. cit., págs. 265 y 266). <<
[794] En Herrera Oria, op. cit., pág. 169. <<
[795] En Kamen, op. cit., pág. 291. <<
[796] Richard R. Kagan, Los sueños de Lucrecia. Política y profecía en la España del siglo XVI, Madrid, 1991, pág. 189. <<
[797] Datos interesantes proporcionan siempre los Calendar of State Papers-Foreign Office y Colonial Series. Hemos de hacer alusión al corto, pero no por ello menos interesante, estudio esbozado por Carmen Martín de la Escalera, «Marruecos en la política peninsular de Isabel de Inglaterra» (Rev. de Estudios Políticos, vol. XVI), en el que resalta la importancia estratégica que Marruecos tuvo para nuestra Península en el reinado de Felipe II. <<
[798] El 25 de noviembre de 1558 escribía el entonces conde de Feria —el primer embajador de Felipe II en la corte de la reina Isabel de Inglaterra— a su señor: «… he visto lo que V.M. me manda escrebir acerca de la nave Miñona, que fue a la Mina, y en cobrar la artillería y ropa que tomaron los deste Reyno en la nave Raposa de Portugal… Veré de hazer lo que pudiere, aunque, en verdad, no quería comenzar a tractar negocios de que éstos recibiesen desgusto, o por mejor dezir, no quisiessen hazer» (Archivo General de Simancas, Estado, leg. 811, fol. 95). Es decir, que ya el conde de Feria alcanzaba la oposición que tendría que vencer para impedir el comercio inglés con África. A las instancias posteriores de don Álvaro de la Quadra respondió el Consejo inglés con una solemne proclamación —lanzada el 11 de octubre de 1561—, en la que se declaraba el derecho de Inglaterra a mezclarse en la ruta «hacia Etiopía y tierras descubiertas por los portugueses». La reina Isabel no quería ofender al soberano portugués, pero tampoco «quitar a sus suiectos la libertad que tenían de yr a procurar su provecho donde lo hallassen…» (carta de don Álvaro de la Quadra a la princesa de Parma, 6 de diciembre de 1561; Archivo General de Simancas, leg. 815, fol. 114), Las costas de la Guinea ya habían sido visitadas, en 1528, por William Hawkins, padre del famoso pirata John Hawkins (el Aquines de los despachos españoles contemporáneos). <<
[799] Public Record Office (P.R.O.), State Papers, Foreign, Elizabeth, XXXVIII, págs. 59 y 60 Esta documentación inglesa, estudiada y recogida por el conde de Castries en su op. cit. (Sources inédites pour l’Histoire du Maroc). <<
[800] En la Memoria enviada por João Pedro Damtas a la reina Isabel, de la que se conserva una copia francesa, se dice: «… il [Damtas] desire que V.M. sçache maintenant les biens et profictz que la nation angloise et la françoise et aultres ont faict en Affrique et en Barbarye, depuis vingt ans en ça, pour gagner à cent pour cent en leur voyages: ce est d’aporter au Charif, contre les lois divines et humaines, si grande quantité d’armes offensives et defensives, estain et metaulx propres à la fondition de l’artillerye, lances, armes, que les sarrazins sont à present mieux armez, artillez et monitionnez que les Chretiens» (P. R. O., State Papers, Foreign, Elizabeth, XXXVIII, 113; orig.). <<
[801] British Museum, Harleian Mss, 6991, f. 26; orig. <<
[802] Carta de El-Mansour a Isabel de Inglaterra, Marruecos, 29 de marzo de 1588 (P. R. O., State Papers, Foreign, Royal Letters, vol. 22, núm. 16). <<
[803] British Museum, Lansdowne Mss., LIX, fol. 1; orig. Cf. con el interesante ensayo de C. Martín de la Escalera, «Marruecos en la política peninsular de Isabel de Inglaterra», Rev. De Estudios Políticos, vol. XVI. <<
[804] Antonio de Herrera, Historia General del Mundo, vol. III, pág. 166. <<
[805] Cárdenas a Walsingham, La Playa, 8 de octubre de 1589: «… the capten of his Renegades was appointid to acquaint me with the sayd answer, being in effect that, whensover her M. and the King of Portugal would write unto his master, that, the yeare of the date of their letters the warre should begynne agayn in Portugal, he would delyrer the somme of money promisid» (P. R. O., State Papers, Foreing, Barbary States, XII; orig.). <<
[806] Carta de John Wolley a Walsingham, Greenwich, 19 de diciembre de 1588 (P. R. O., State Papers, Domestic, Elizabeth, CCXIX, 33; orig.). <<
[807] Beauvoir-La-Nocle y De Fresne a Enrique IV, Londres, 3 de marzo de 1590: «Nous avons promis au dit roy don Antonio de faire entendre a V.M. le desir qu’il a d’etre accompagné du tesmoignane de vostre amitié, pour la ferme asseurance qu’on luy a donné que, si V.M. envoyé vers le dit Roy de Maroco et luy promet de vouloyr ayder le dit Roy don Antonio, il en sera beaucoup plus hardi et affectionné à l’acquit de ses promesses» (British Museum, Egerton Papers Mss., 6, fol. 48; orig. Cf. Francis-Henry Egerton, The life of Thomas Egerton…, pág. 325). <<
[808] Al llegar a Marruecos la noticia de la derrota de la Armada Invencible, los comerciantes ingleses, holandeses y franceses organizaron una verdadera «manifestación» por las calles de la ciudad africana. De esta guisa llegaron ante la casa del español Diego Marín, quien, herido en su amor patrio, salió al encuentro de ellos, acometiéndoles auxiliado por sus criados; se libró una verdadera batalla campal, a resultas de la cual murieron tres comerciantes ingleses. Diego Marín fue puesto en prisión por el Xerif, y encarcelado estuvo hasta el año 1600. Ciertamente, su delito no era un vulgar asesinato. (Véase la obra de fray Marcos de Guadalajara, Prodición y destierro de los moriscos, Pamplona, 1614, fol. 83 V.) <<
[809] «I ame in some hope thatt, if we have ones newes that the Kings of France ys in Paris, thatt thes Kinge will doo some good thinge» (Prynne a J. Stanhope, Marruecos, 12 de junio de 1590. P. R. O., State Papers, Foreing, Barbary State, vol. XII; orig. <<
[810] Inexplicable deformación del apellido inglés Prynne. <<
[811] Mathias Becudo. <<
[812] Carta de El-Mansour a Isabel, Marruecos, 23 de junio de 1590 (P. R. O., State Papers, Foreing, Royal Letters, vol. II, núm. 11; era traducción española de la carta arábiga que procede de la misma corte xerifiana). <<
[813] Sobre esta expedición, véase el interesante trabajo de Emilio García Gómez, «Españoles en el Sudán», Revista de Occidente, 1935, vol. L, págs. 93-117; reimpr. después por la Rev. de Est. Pol. bajo el título «Cuando los españoles conquistaron el Sudán», 1943, V, donde se cita la bibliografía más importante sobre el tema. <<
[814] Merzouk-Rais. <<
[815] P. R. O., State Papers, Foreing, Royal Letters, vol. II, núm. 18; minuta. Obsérvese cómo el español se había convertido en la lengua de los diplomáticos, incluso de las naciones hostiles a España. <<
[816] Ya anteriormente El-Mansour se había visto en peligro de una lucha con Amurath III, incitado éste por las ambiciones del beglerbey de Argel, Euldj-Alí, el cual consideraba, de este modo, posible extender su dominio hasta Berbería. Una acertada embajada, enviada a tiempo, logró desviar el peligro por El-Mansour. <<
[817] Carta de Isabel al Turco, Londres, 24 de agosto de 1590: «… Regis Hispani potentiam, qui, cum plura regna, quam regere rite queat, possideat aliorum tamen ita ambitiose armis invadit, ut orbis universi imperium affectare videatur» (British Museum, Cotton Mss., Nero B. VIII, fol. 60; orig.). <<
[818] En realidad, firmada el 31 de diciembre de 1584. <<
[819] Hamilton, El tesoro americano, la revolución de los precios en Europa, 1501-1650, Barcelona, 1975, pág. 47. <<
[820] Aurelio Viñas, «El último Valois y Felipe II» (Bol. Bl. Menéndez Pelayo, 1926, VIII, págs. 320-332; 1927, IX, págs. 39-46). <<
[821] Carlos Coloma, Las guerras de los Estados Baxos…, Madrid, ed. 1948, BAE, pág. 5. <<
[822] Citado por Fernández y Fernández de Retana, La España de Felipe II, op. cit., II, pág. 501. <<
[823] En cuanto a la validez de la documentación que poseemos sobre el proceso de Antonio Pérez, tanto en los Mss. de La Haya como en la inserta por el secretario en sus Relaciones, últimamente rechazada por algunos autores, como Kamen, reverdeciendo los argumentos de antiguos panegiristas del Rey (como J. Fernández Montaña, con sus estudios Nueva luz y juicio verdadero sobre Felipe II, Madrid, 1882, y De cómo Felipe II no mandó matar a Escobedo, Madrid, 1910), basándose sobre todo en que se trata de copias y no de documentación original; y, en el caso de Antonio Pérez y de sus Relaciones, de ser parte interesada, que trata siempre de culpar al Rey para su propia exculpación, bastaría repetir la argumentación del que sigue siendo quien más a fondo ha estudiado esa cuestión: Gregorio Marañón. Pues resulta evidente que las copias no son, por ese único hecho, desechables, sino que obligan a un detenido análisis interno y a la confrontación con otra documentación, para admitirlas o desecharlas parcial o totalmente. Y lo mismo cabe decir de las Relaciones de Antonio Pérez, que hay que examinar con el máximo cuidado, pero que tampoco se pueden desechar. De hecho, sabemos que Antonio Pérez tenía en su poder valiosísima documentación. ¿Acaso no fue uno de los objetivos del Rey el conseguir que la entregara, siendo precisamente eso uno de los motivos por los que se prolongó tanto el proceso del secretario? Y siendo así, ¿cómo nos podemos asombrar de que Antonio Pérez la acabase publicando? Claro que trataría en ocasiones de manipular su contenido y que averiguarlo es el no pequeño reto con el que se ha de enfrentar el historiador. Pero ¿es que no es ese su oficio? Aparte de eso, no hay que olvidar que contamos además con la pieza capital: con una copia, de principios del siglo XVII, de la Causa criminal incoada por Rodrigo Vázquez de Arce contra Antonio Pérez, por orden de Felipe II, donde se insertan piezas tan reveladoras como las cartas del confesor regio, fray Diego de Chaves, al secretario, y, sobre todo, el billete de Felipe II sobre su conocimiento de la muerte de Escobedo mandada por Antonio Pérez. Y como señala Marañón, que es quien la publica en su estudio sobre el secretario, esta copia de 1608 «es de autenticidad inequívoca, por la enorme cantidad de datos absolutamente coincidentes con cuanto conocemos de aquellos sucesos y con todos los otros documentos seguros de la época» (Marañón, Antonio Pérez, op. cit., pág. 988). La Causa criminal ocupa 181 páginas en la obra de Marañón, y su lectura, farragosa como toda la prosa procesal, no puede ser más reveladora para esclarecer aquel turbio suceso, dejando patente la responsabilidad regia (ibídem, págs. 989-1169). <<
[824] Antonio Pérez, Relaciones, ed. cit., París, 1598, págs. 65 y 66. También aparece en los papeles de La Haya y, sobre todo, en la Causa criminal tan apuradamente estudiada por Marañón, de forma que no cabe dudar de su autenticidad (cf. Marañón, Antonio Pérez, op. cit., pág. 356, nota 1). <<
[825] Ibídem. <<
[826] Alrededor de los 250 millones de pesetas de 1998. <<
[827] Citado por Marañón, Antonio Pérez, Madrid, 1951, II, pág. 357. <<
[828] Citado por Marañón, op. cit., pág. 243. <<
[829] En Marañón, op. cit., Obras completas, VII, pág. 257. <<
[830] Ibídem; cits. en la ed. de las Relaciones y cartas de Antonio Pérez, por Alfredo Alvar, Madrid, Turner, 1986, I, Introducción, pág. 17. <<
[831] Felipe II hubiera preferido —según Marañón— otro sistema, como el del veneno, y no hay pruebas de que aprobara lo ordenado por Antonio Pérez, «pero esta conclusión no excluye el que hubiera aceptado, en principio, la conveniencia de matar a Escobedo sin proceso…» (Marañón, op. cit., pág. 371). <<
[832] Citado por Marañón, Antonio Pérez, op. cit., pág. 228. También en Marañón La confidencia de Gonzalo Pérez a Granvela, I, pág. 20. <<
[833] Marañón, op. cit., pág. 244. <<
[834] Ibídem. <<
[835] Marañón, op. cit., pág. 269. <<
[836] Ibídem. <<
[837] «Libremente escritos», con arrogancia. <<
[838] Cabrera, op. cit., II, pág. 305, <<
[839] De casi todo, porque, si seguimos a Marañón, no lo estuvo del cambio de planes de Antonio Pérez de sustituir el veneno por la estocada, lo que explicaría que «sin mentir completamente ninguno de los dos, pudiera decir el monarca que la muerte se hizo sin mandarla él y Pérez que el Rey se la había ordenado» (Marañón, op. cit., pág. 359). <<
[840] Sobre la princesa de Éboli, véase más adelante, en la parte tercera, el capítulo titulado «El Rey y la Princesa». <<
[841] Los jueces, claro. <<
[842] Citado por Marañón, op. cit., págs. 365 y 366. No se puede dudar de este documento porque no sólo aparece en las obras de La Haya, sino también en el llamado Proceso de la Enquesta y en los presentados por Antonio Pérez ante el Tribunal de Aragón (ibídem, pág. 366, nota 1). <<
[843] Cabrera, op. cit., II, pág. 449. <<
[844] Citado por Marañón, op. cit., pág. 386. <<
[845] Marañón, op. cit., pág. 387. <<
[846] Don Juan de Austria a Felipe II (ibídem, II, pág. 899). <<
[847] Antonio Pérez a Felipe II, enero de 1579, en Marañón, op. cit., I, pág. 462. <<
[848] Se refiere a que eso ocurría cuando se había abierto la crisis de Portugal. <<
[849] Felipe II al presidente Pazos, 7 de marzo de 1579 (Archivo General de Simancas, Patronato Ed., leg. 10; en Muro, La princesa de Éboli, Madrid, 1879, Ap. 30). <<
[850] Citado por Marañón, op. cit., I, pág. 256. <<
[851] Codoin, XV, pág. 435; citado por Marañón, op. cit., I, pág. 351. <<
[852] Fray Hernando del Castillo a Mateo Vázquez, 7 de julio de 1579, en Muro, op. cit., Ap. 45. <<
[853] Ésa es la tesis de Marañón, que parece satisfactoria (op. cit., I, págs. 454 y 462). <<
[854] Antonio Pérez, Relaciones, París, 1598, págs. 5 y 6. <<
[855] En Marañón, op. cit., I, pág. 471. <<
[856] Alfredo Alvar, Introducción cit. a las Relaciones y cartas de Antonio Pérez, I, pág. 27. <<
[857] Alfredo Alvar, op. cit., I, pág. 27. <<
[858] Tal era la sentencia contra Antonio Pérez: «… pena de muerte natural de horca y a que primero sea arrastrado por las calles públicas en la forma acostumbrada. Y después de muerto le sea cortada la cabeza con un cuchillo de hierro y acero y sea puesta en lugar público» (en Marañón, op. cit., II, pág. 589). <<
[859] Ibídem, pág. 477; cf. Quintana, op. cit., pág. 342. <<
[860] Jerónimo de Quintana, Historia de Madrid, de su antigüedad, nobleza y grandeza, Madrid, 1629, pág. 342 (existe una reedición facsímil, Ediciones Ábaco, Madrid, 1984). <<
[861] Jerónimo de Quintana, op. cit., pág. 342. <<
[862] A este respecto no cuenta el alzamiento de Las Alpujarras, por su carácter vinculatorio al sector morisco. <<
[863] Archivo General de Simancas, Estado, leg. 168. <<
[864] Archivo General de Simancas, Estado, leg. 169, fol. 295. <<
[865] Cierto, una norma no siempre conseguida, como cuando tuvo que enfrentarse en 1526, bien a su pesar, con la Liga de Cognac, integrada por el Papa, Francia e Inglaterra; pero lo general es que veamos al Emperador combatiendo aisladamente con los franceses, los turcos o los protestantes alemanes, no con todos a la vez. <<
[866] Con ello se seguía la política iniciada por Pedro Menéndez de Avilés, el más notable marino con que pudo contar Felipe II, que ya había hecho de La Habana una plaza fuertemente fortificada, había establecido el sistema de convoyes armados entre España y las Indias y que incluso había iniciado la construcción de astilleros en América, como el mismo de La Habana, con el objetivo de que las Indias hispanas contasen con fuerzas propias que le permitiesen rechazar las incursiones enemigas (J. H. Parry, El Imperio español de Ultramar, Madrid, Aguilar, 1970, págs. 227 y sigs.). <<
[867] La victoria inglesa, colocando a don Antonio en el trono de Lisboa, hubiera supeditado Portugal a Inglaterra al modo como lo sería un siglo más tarde por el tratado de Methuen de 1703; tal era el pacto suscrito entre don Antonio e Isabel. <<
[868] «España no estaba ya comprometida simplemente en aplastar una rebelión o en intervenir en una guerra civil, estaba enzarzada en una guerra abierta contra las mayores potencias de Europa occidental. Esta guerra no podía ganarla ya…» (H. G. Koenigsberger y G. L. Mosse, Europa en el siglo XVI, Madrid, Aguilar, 1974, pág. 282). <<
[869] Los Comentarios de Diego de Villalobos y Benavides se publicaron por primera vez en Madrid, 1611, y se refieren al último lustro del reinado de Felipe II. El párrafo citado, en el folio 158 v. <<
[870] Así se lo declaró Felipe II al cronista Cabrera de Córdoba, Historia de Felipe II, op. cit., III, pág. 505. <<
[871] Crónica de Ávila, m. anónimo del XVI, RAH, 11/8544, fol. 260/262 v. <<
[872] Cabrera, op. cit., III, pág. 505. <<
[873] Recogido en mi libro Política mundial de Carlos V y Felipe II, Madrid, CSIC, 1966, pág. 262. <<
[874] Tal aparece también en los sueños de Lucrecia, el personaje del reinado de Felipe II estudiado por Kagan, en uno de sus trabajos más interesantes (Richard L. Kagan, Los sueños de Lucrecia, op. cit., pág. 102). <<