En el milenario

(el 18 de julio de 1872)

Pueblo mío que en hondo cáliz dísteme

El sano, amargo néctar del que yo

Cual poeta al borde de mi tumba obtuve

Fuerza contra los rotos rayos diurnos,

Pueblo que el cinto y el cayado dísteme

Y las rápidas botas del terror,

El equipo apropiado a mi viaje,

¡Un mensaje te envío desde el mundo!

Gracias te doy por cuanto me has donado,

Por cada instante de redentor duelo.

Cada racimo que en mi mente late

Tiene su raíz en la ansia de esos días;

Y si ahora crece pleno y pingüe y presto

Es por la brisa gris de ese pasado;

Lo que el sol suelta ásenlo las nieblas;

Mi tierra, gracias, lo mejor me diste.

Sí, allá donde las cimas niebla envuelve,

Donde gris brisa acecha sobre el llano,

Donde todo en el aire su eco encuentra,

Donde el páramo se abre entre las casas,

Allá veo yo que se alzan las barreras.

En noche y en poesía vivo en casa.

Y más en días de obscuras opiniones,

Cuando hogareña vida duda agosta:

Un pueblo que se escinde y se disgrega

En recuerdos de unión arracimándose.

Mas cuando pienso en esos días de júbilo

Retroceden mis ojos un milenio.

Veo allí surgir de míticos vapores,

El árbol que soñó la reina Ragnhild.

Lo veo esponjarse desde el promontorio,

Sobre el río Glomma, en torno al cabo Norte.

Su rojo tronco veo, sus verdes ramas,

Sus ramillas, chispeantes como nieve;

Mas una raza está bajo el follaje

De envidia herida, cada cual por sí,

En cabo, en cala, en valle refugiada.

Sólo uno en esta dispersión sereno

Está, y echa, jovial, su vital dado;

Tiene fe y esperanza y es el justo,

Con un cósmico afán que alimentar

Que cubre y ciñe onírico follaje.

¡Y así va! Juventud contra vejez;

La visión nueva contra el viejo hábito.

En torno a Trondhjem veo ocho imperios;

Y de ocho golpes ocho reyes caen.

Rollaug se desploma de su trono,

Y en condal escabel ha de sentarse;

En Naumdal Herlaug su espadón envaina

Y con su hueste audaz desaparece.

Los que a unión nacional se oponen únense;

Los que disgregación quieren se agrupan;

Siguen ahora la voz del rey hirsuto[26]:

La unión por diez la fuerza multiplica.

Júntanse de la faz del país entero;

Velas tensas allá del norte, enseñas

Acá se erizan, surge espuma al aire,

En torno a los escollos se levantan,

Saltan a tierra bélicos aullidos.

Va Harald[27] con su hueste. Osan ahora

Cortar ramas del árbol ancestral

De la venganza. Dos ideas afrontan

Su acero ahora; dos épocas se increpan

Con voz cortante. De la popa mira

Roalf Rygg al norte, mientras el rey Kjoetve

Su espada aguza contra recio escudo.

¡Avanzad más! En Hafsfjord está el hombre.

*

¿Veis las cien naves de alquitrán forradas,

filas de drákares que al ancla esperan?

¿Veis del hirsuto rey bélicas filas?,

Llenan y cubren

Fondos y bancos, bordas y cubiertas.

¿El trueno oís de hafsfordjana hueste?

La muerte de Hornklove les atrae.

Héroes del alba contra héroes del véspero,

Héroes de lo nuevo y del ocaso;

Naves en pos de naves,

De proas erguidas y altas,

Se alzan y gruñen:

Gaviotas contra cuervos;

El fiordo anublan de saetas haces.

¡En riesgo el árbol de la reina onírico!

¡Deshojaránlo unos y otros héroes!

No temáis. Del hirsuto rey los hombres

Con raudas hachas su raíz rodean.

Los sibilantes filos la contunden,

Futuro milenario honor salvando.

Pasa el día, las largas sombras caen.

Roald y Tore y Sote se adormecen.

El sol se pone.

Con él se pone una exhausta época;

Recién nacidos claman.

El rey Kjoetve en vergüenza deja el campo,

Aunque del tiempo huir no le es posible,

Aunque corra, cual dice Hornklove,

Anhelante a su casa,

Su hidromiel y su carne.

Pero Harald se queda

En medio de sus naves.

Y sus huestes prosiguen

Avanzando ardorosas

A la tierra del alba.

*

Y así pasan mil años. Fuertes, débiles,

Hados las nornas[28] durante ellos tejen.

Mas el árbol del sueño nacional

Rico y frondoso creció en tanto libre.

La raza ahora se para y mira en torno

Desde la popa. Ahora la piedra se alza,

De la nación silente himno en granito.

¡Alerta, pueblo mío! Fuera fiestas

Y juego. De noche el enemigo acecha.

Mi hogar veo con nieblas en la cima,

Mi hogar, con nubarrones sobre el seto,

Donde todo en el aire su eco encuentra,

Donde el páramo se abre entre las casas.

¿Qué acecha a obscuras ahí en el camino?

¿Quién es?, ¿la sombra?, ¿le he visto yo antes?

Callado, alza el pestillo de la puerta

Rústica, de puntillas va hacia el catre;

Susurra algo al oído del durmiente,

Y así al otro: sonriente y silencioso.

Y uno solo no veo, sino muchos.

Y no sólo palabras decir siento.

Oigo cual trueno de canciones sordas

Un sopor que mente y ánimo atenaza,

Y que el poema del sueño en nada sume.

¿Quiénes son estas sombras?, ¿y de dónde?

¡De Halsfjord llegan!, ¡arriba, hombres del día

¡De Harald a la lid!, ¡reviven muertos!

Sí, Roald, Sote, Tore Haklang viven

Su vida en noche como muertos vivos;

Y Rollaug muévese; Herlaug se esfuerza,

El viejo topo, en su profundo túmulo.

Como quien va por rústicos caminos

Avisos por los pueblos repitiendo,

Ladino, o en catre rústico se mete

Secretamente mozos ofreciendo.

¡Héroes diurnos, talad nocturna prole!

¡Cercad el tronco del onírico árbol!

Harald Hirsuto apoyo mortal pide:

Decisivo le sea en este instante,

De asestarlo hemos en noruego suelo,

Con él traspasó a cuantos le afrontaron.

Vida alzamos nosotros y ellos muerte;

De Kjoetve ellos la diana, el día nosotros.

¡Ved el mundo!, de Hafsfjord surge el alba,

Alerta sobre cúspides y cimas.

El sol que ardiera sobre Solferino,

El que al fondo de Lissa dio color,

El que el rojo anubló de Porta Pia

Y limpió las mazmorras vaticanas,

Y durmió sobre el campo de Sadowa[29],

El sol es de Hafsfjord en nuestro día;

El mismo sol lució sobre los héroes

Cuando surgió el imperio entre islas áridas,

Sol cuyo filo hirió a los mismos magos

Y de la misma insidia ahogó la hiel.

¡Mantén tu afán, diurno hermano noruego!,

Sigue el signo del tiempo en que te agitas.

Sólo un cimiento hemos fundado hoy

Del gran bastión de nuestra tribal madre.

¡Del tiempo lee la ley!, no acepta obstáculos.

Cavour y Bismarck nítido escribiéronlo,

Y bien rindieron muertos y fantasmas

El héroe de Caprera y el coloso[30].

De Harald la visión perfora el tiempo,

Y hoy suena aún de Hafsfjord la batalla;

Pues entre espíritus ardió contrarios:

De Harald el espíritu, y del pueblo,

La sacra unión contra dispersión ruin.

¡En la lid por la unión, oh, pueblo, fallas,

Empero, hundiendo de tu rey la tumba!

Su losa sobre el mar fingir no dejes

Cual espantajo señalando a tierra.

¡Ten don de paladín y afán de triunfo,

Y gozosa victoria será tuya!

Y la generación que nos suceda

Festejará la lid de nuestra unión;

Mas de honor sobre el campo edifiquémosla,

Sobre rústico esfuerzo y trueno urbano;

Ahí su lugar está: de Dovre[31] el hombro.

De la reina Ragnhild la visión cúmplase.

Resplandecerá entonces tu nobleza,

Tierra mía. Renacerá tu gloria

Y el gran augurio lucirá patente.

Pueblo mío, fiel habrás osado entonces

Lo que en festiva furia prometiste,

Del tiempo seguirás las huellas claras

Hacia un libre, total, potente Norte;

Para mí raza eres que dormiste

Largo y hondo, mas oíste la llamada;

Te veo raza de fe y de voluntad

Con fuerza de misión en tierra y fiordo,

¡Bélico anhelo en torno al mundo inmenso,

Y sobre tu cabeza verde bóveda!