(Diciembre de 1863)
Congrégase en torno al bastión de Tyras,
Quizá por vez postrera,
Un pueblo entristecido y en apuros
Con la bandera a media asta.
¡Abandonado, de peligro en trance,
De la contienda en el instante mismo!
¿Fue esto acaso el apretón de manos
Que augura bien para la causa nórdica
En Lund y en Axelstad![13]
Las fluidas palabras, cual surgiendo
Del corazón do ocultas estuvieran,
No fueron más que huera espuma;
¡Y ahora ha llegado el tiempo de sequía!
¡El árbol que promesas dio de flores
En lo más luminoso de la fiesta
Por la tormenta ha sido desfrondado,
Cual cruz del joven Norte en el sepulcro,
De la tragedia en la primera noche!
¡Allí todo fue embuste y áureas vestes,
Todo beso de Judas ponzoñoso,
Cual fue de la noruega prole el goce,
Poco ha, en las orillas del estrecho!
¿Cuál fue de los dos reyes el diálogo
En su último viaje real?
¡Oh, represéntese el papel de nuevo
Del rey Gustavo en Estocolmo con
La tizona de Carlos Doce ahora!
Un pueblo triste en fúnebre desfile
Que todos sus amigos abandonan,
De Dinamarca acaba así la saga.
¿Quién la palabra finis le añadió?
¿Quién toleró, cobarde, tal remate?
Que de Tyras el muro sea tudesco
Mientras dánica enseña desgarrada
Agita sobre dánicos cadáveres
Sus róseos pliegues.
Pero, tú, mi noruego hermano salvo,
Que en sacrosanta tierra estás erguido,
Por hermosa promesa reforzado
Que se olvidó del riesgo en el instante,
Date a la fuga de los patrios lares,
Escinde de los mares la oleada,
De puerto en puerto en alas del olvido
Ve y en nombre extranjero busca asilo,
¡Y de ti mismo escóndete!
Cada tormenta que en Noruega toca
Del mar danés avanza
Y te asesta la trémula pregunta:
¿Hermano mío, qué ha sido de ti?
¡Por el Norte luché toda mi vida
Y mi país entero es una tumba!
¡Escruté estrechos y escruté fiordos
En busca de la estela de tus barcas!
Vano fue. Dime, hermano, ¿qué es de ti?
Sueño fue. ¡Álzate valiente y fuerte,
Deje tu pueblo el sueño y a la acción!
¡Un hermano en apuros! ¡Todos a una,
Aquí hace falta rápido consejo!
Como una saga todo ser aún puede:
¡Danés, danés es el bastión de Tyras!
¡Aún la dánica enseña desgarrada
Puede ondear sus encendidos pliegues
Sobre el futuro imperio nórdico!