(En la fiesta de despedida del actor Jorgensen)
Al norte, desde la danesa costa,
Partió fuerte y ansioso;
Talentosa osadía era su haber,
Caudillesco poder en sus palabras.
Como un vikingo probar quiso
De su arma el filo y elevar gran obra,
Crecer quiso, ascender,
Ganar quiso un imperio.
En su interior la juventud pujaba,
Toda una inundación vernal su ánimo;
Y al pie de los noruegos montes
Como abeto arraigó.
Fama iba con el héroe;
Y a veces sangre derramaba;
Pero lo cierto es que le aclaman todos
Pues conquistó su imperio.
Helo aquí ahora, al viejo, ante la meta,
Cara al mar, de su vida,
Oír desea la voz del hogareño
Cisne en la isla del canal.
Deja el escudo, espada y hacha deja;
Ya luchaste, serena paz te toca,
¡Tarde dispersará del tiempo el soplo
Tus triunfos legendarios!
¡Pues cual de toscas piedras larga hilera
Vela guardando en la noruega costa
Y alto proclama a los valientes
Que antaño fueron a la tumba,
Así tú, en el imperio de lo bello,
Entre tus semejantes hito seas,
Proclamando, a través de mil linajes,
Lo que puede un caudillo!