Mira, amor mío, lo que aquí te muestro:
Una flor de alas blancas.
Por silentes torrentes conducida
Nadaba en verno grave como el sueño.
¿Quieres acaso tú darle refugio?,
En tu regazo dáselo, amor mío;
Quizá bajo sus pétalos se esconde
Callada y quieta ola.
Niña, observa del lago la corriente,
¡Peligroso es soñar con ella!,
Finge el genio fluvial allí dormir;
Por encima juguetean los lirios.
Tu regazo es del lago la corriente,
Peligroso es soñar con ella, niña;
Por encima juguetean los lirios;
Finge el genio fluvial allí dormir.