Ornitobalada

Un bello primaveral día

Paseábamos por la alameda;

Atrayente como un misterio

Era aquel recinto prohibido.

Soplaba el viento del oeste

Y azul en extremo era el cielo;

En un tilo estaba una pájara

Gorjeando para sus crías.

Yo hice el papel de agudo vate

Con juguetona opalescencia;

Dos ojos pardos relucieron

Y rieron y me escucharon.

Sobre nosotros oír podíamos

Los susurros y las risitas;

Mas suavemente despedímonos

Y no nos volvimos a ver.

Y ahora, cuando paseo a solas

De un lado a otro de la alameda,

Por la emplumada gentecilla

Nunca siento paz o reposo.

Doña Gorriona nos oía

Mientras paseábamos tranquilos,

Y una balada dedicónos

Por ella misma puesta en música.

En pajariles bocas late,

Pues bajo el techo de las hojas

No hay pico en que no esté ese día

De luminosa primavera.