A ella iban mis pensamientos
Cada estival noche luciente;
Mas la senda al arroyo iba
Entre el rocío del aliso.
¡Eh, tú sabes con miedo y canto
De la bella encantar la mente,
Y en grandes iglesias y salas
Ella contigo entrar ansia!
A salir de honda agua exhortéle;
Su violín me apartó a Dios;
Mas cuando erigíme en su dueño
De mi hermano esposa ella fue.
En grandes iglesias y salas
Yo mismo he tocado mi música,
De la cascada el miedo y canto
Jamás huyeron de mi mente.