Dee y Sally no van al trabajo ni el sábado ni el domingo por la noche. En su lugar ha venido un señor al que Dorothy ha llamado Eisner. Nunca había visto antes al señor Eisner, pero parece que Dorothy no se siente muy a gusto con él. Apenas se hablan.
Yo creo que el señor Eisner se parece a la directora del colegio de Max. La señora Palmer es la responsable del colegio y viste más elegante que las demás maestras, pero, si tuviera que dar clase, para mí que no sabría.
Con el señor Eisner pasa lo mismo. Lleva corbata, atiende la caja y se ocupa de los estantes como Dee, pero se nota que tiene que pensar mucho las cosas antes de hacerlas.
Dee no ha muerto. Lo sé porque el sábado por la noche algunos asiduos, como Pauley y Dan, vinieron a preguntar por ella. De hecho, hubieran venido de todos modos, porque para eso son asiduos, pero hasta Dan se quedó un rato más de lo normal, interesándose por Dee. El señor Eisner no les dijo gran cosa, así que no tuvieron excusa para merodear por allí mucho rato. Todo parecía distinto. Peor.
Dee está en un sitio que se llama UCI. Parece que ahí te cuidan mucho para que no te mueras. Dorothy dice que no está segura de si «saldrá de esta», y para mí que eso quiere decir que podría morirse.
Me pregunto si volverá por la gasolinera y si volveré a verla algún día.
Ojalá sea así. Es como si todo el mundo desapareciera.