Numerosos príncipes, antes de izar
sus banderas, han consultado la Biblia,
el Corán o los Vedas.
Numerosos viajeros espirituales,
seres a ratos perdidos, a ratos
demasiado solos o sencillamente preocupados
por sortear un obstáculo —tú y yo, a fin de cuentas—,
han pedido a los cuentos que alumbren su camino.
HENRI GOUGAUD