¿Olvidaste de un año para otro
cómo huelen las rosas? ¿Vas a saber ahora retenerlo?
Quién retuviera aromas, cuando hasta las figuras
se nos escapan mientras nos complacen.
«¡Yo soy!» dice una voz obediente y cercana
y «¡yo soy!» nos responde un grito desde afuera,
pero mientras estábamos ocurriendo de paso,
¿dónde estaba el que era y dónde estaba el ser?
Sólo los dioses son. Nosotros transitamos por entre sus espejos,
sobre un fondo de plantas y animales
Muzot, junio de 1923