¿Cuándo fue acaso un hombre tan despierto
como esta mañana, el día de hoy?
Pues no sólo el arroyo y la flor,
sino también el techo está contento.
Incluso su reborde envejecido,
por el cielo aclarado,
se hace sensible: es tierra,
es respuesta y es mundo.
Todo respira en plena gratitud.
Y, oh vosotros, tormentos de la noche,
cómo os habéis hundido sin dejar una huella.
De bandadas de luz
estaba hecha la sombra que traíais,
sombra ahora tornada en su vivo contrario.
Muzot, febrero de 1922
Del ámbito de Los Sonetos a Orfeo