[PERO, AMIGOS, PARA QUE FESTEJEMOS…]

Pero, amigos, para que festejemos, vamos a hacer memoria de las fiestas,

pues en medio de toda esta mudanza, nosotros no podemos festejar.

Ved que también conciernen a nosotros los juegos de las fuentes

de toda Villa d’Este, aunque algún surtidor ya no chorree.

Somos los herederos, pese a todo, de jardines cantados;

oh amigos, tomemos a conciencia el deber que nos toca,

todo esto que dioses felices a nosotros, tal vez últimos,

concedieron no puede ser honrado con ninguna renuncia o distracción.

Ni un dios, ni un solo dios desaparezca: necesitamos todos, cada uno;

cada uno nos valga todavía, cada creada figura.

Oh nunca sea embaucado lo que descansa en vuestros corazones.

Aun no siendo los mismos que los que aquellas fiestas llevaban a buen fin,

aún esta pujanza rebosa y se desborda,

llegada hasta nosotros a través de enormes acueductos.

Muzot, febrero de 1922
Del ámbito de Los Sonetos a Orfeo