[IGNORANTE DELANTE DEL CIELO DE MI VIDA]

Ignorante delante del cielo de mi vida

admiro contemplando: ¡oh las grandes estrellas!;

el ascenso, el descenso, ¡qué quietud!

Como si yo no fuese, ¿pues participo yo?

¿Me está vedado acaso el puro influjo?

¿Alta y baja marea se alternan en mi sangre

siguiendo este equilibrio? Yo quiero descartar

todo deseo, cualquier otra querencia;

habituar tan sólo el corazón a su horizonte último.

Mejor vive en el pánico de todas sus estrellas

que protegido sólo en apariencia, aquietado por una cercanía.

París, primavera de 1913
Comienzos y fragmentos del ámbito de las Elegías