[OH CURVAS DE MI ANHELO POR LO ANCHO]

Oh curvas de mi anhelo por lo ancho

del universo… Y sobre cada estela,

un trazo de mi ser catapultado:

alguno que no antes de mil años

torne a posarse sobre

la elipse dolorosa de su vuelo, fugaz;

urgiendo por en medio

de un futuro cumplido ya algún día,

reconociéndose en las estaciones

del año o bien, aéreo, como influencia exacta,

casi de estrella, en los vigilantes

aparatos, vibrando, por un momento sólo.

Venecia, mitad de julio de 1912