NOCHE DE LUNA

Camino de jardín, profundo como una bebida duradera;

silencioso en el tierno ramaje,

un impulso que irrumpe y que se pierde.

Oh y la luna, la luna:

de su proximidad dubitativa

a punto están de florecer los bancos.

Cómo apremia el silencio. ¿Arriba has despertado?

Estrellada, sensible, frente a ti, la ventana.

Y las manos del viento en tu rostro cercano

depositan la más lejana noche.

París, julio de 1911