de parte de Dell
Poco antes de morir, mi madre me dijo:
—Dell, cariño, voy a decirte una cosa. Cuando llegas al final de tu vida y ves cómo te acercas a la eternidad, lo único que importa es que hayas querido de todo corazón a tus seres queridos, nada más.
Mi madre tenía razón. Como siempre.
A largo plazo, es lo único que importa. Ni los objetos materiales que has acumulado, ni los méritos que has obtenido. Nada de eso importa por mucho que así te lo parezca ahora mismo. Porque al otro mundo sólo te podrás llevar una cosa. Una sola cosa. El amor. Por arriesgado, escandaloso, aterrador y revelador que sea.
El amor no es sólo lo más importante. Lo es todo.
Pero claro, tú ya lo sabes. Al igual que yo.
Lo que pasa es que, de vez en cuando, necesitamos que nos lo recuerden.