Notas

[1]. Las llaves de San Pedro nos hace una gran cantidad de revelaciones, que nos llevan a preguntarnos de quién podría haberlas obtenido Peyrefitte. En Conversaciones secretas (Propos secrets) revela el nombre de su informante: Mons. Léon Gromier, canónigo de San Pedro, Consultor de la Sagrada Congregación de los Ritos y Protonotario Apostólico. Este eclesiástico parece haber estado bastante al corriente de lo que pasaba en el Vaticano. Así lo testimonia Mons. François Ducaud-Bourget, quien escribió un libro sobre la canonización de Pío X. Éste había pedido un documento al futuro cardenal Ferdinando Giusepe Antonelli (no confundir con el actual cardenal Ennio Antonelli, que sólo tenía dieciocho años por aquel entonces), quien le respondió que se trataba de una pieza secreta que él se rehusaba a dar a conocer. Mons. Ducaud-Bourget fue a ver a su viejo amigo Mons. Gromier quien inmediatamente le franqueó el acceso al documento prohibido (in François Ducaud-Bourget, La Masonería negra o la verdad sobre el Integrismo, Ed. Nicolas Imbert, Niort, 1974).

Tal como nos lo describe Peyrefitte, este esclarecido informante parece haber sido un hombre más bien austero, profundamente creyente y de costumbres irreprochables, que estaba escandalizado por todo lo que él veía a su alrededor y era de aquellos que piensan que «destapar» los escándalos es la única manera de eliminarlos. Con frecuencia se cree que él sirvió de modelo para el personaje de Mons. Belloro, quien justamente era Prefecto de la Sagrada Congregación de los Ritos y en quien muchos no querrían ver sino a un personaje puramente imaginario. Las novelas muy documentadas de Roger Peyrefitte están basadas en hechos reales, ya sean históricos o de actualidad. La mayor parte de estas obras constituyen esencialmente sátiras incluso cuando se trata de hechos de la realidad (cf. Las embajadas). Algunas de estas obras están dirigidas a los especialistas (Los Caballeros de Malta, Los judíos) y si bien el humor de Peyrefitte permanece atractivo, algunas otras de sus obras se tornan un tanto difíciles para los profanos (Los hijos de la Luz). En la mayoría de sus obras que tratan sobre temas contemporáneos, él no dejó de denunciar a las personas que habrían tenido las mismas costumbres que él mismo y que intentaban ocultarlas, como Henry de Montherlant (que él describe la mayoría de las veces bajo el seudónimo «transparente» de Lionel de Beauséant) y aunque cueste creerlo al secretario general de las Naciones Unidas o incluso al Papa Juan XXIII «que los que estaban familiarizados con el Vaticano llamaban Juana», según escribió en Conversaciones Secretas. Roger Peyrefitte no dejaba de denunciar de sobra las demás ignominias de las personas que él ponía en escena para entretener al lector, lo que lo hacía frecuentemente temible. <<