EL MONTAJE DE MI PELÍCULA

star01

Explicar cómo me aprendí el número de baile que había preparado Tiffany y cómo me convertí en un excelente bailarín sería difícil (especialmente porque nuestros ensayos eran largos, agotadores y muy aburridos). Por ejemplo, si tenía que levantar el dedo en una parte de la coreografía, Tiffany me hacía repetirlo mil veces cada día hasta que lo hacía a su gusto. Así que os ahorraré la mayor parte de detalles aburridos. Para complicar aún más las cosas, Tiffany me prohibió tomar apuntes de los ensayos o documentarme de cualquier manera que permitiera que otros le robaran sus técnicas de entrenamiento. Algún día quiere abrir un estudio y por eso es muy celosa de sus métodos y de su coreografía.

Por suerte, mientras empiezo a escribir esta parte recuerdo que en todas las películas de Rocky, cuando necesita convertirse en un boxeador mejor, nos muestran algunas escenas de él entrenando (haciendo flexiones, corriendo en la playa, golpeando trozos de carne, subiendo la escalera del Museo de Arte, mirando a Adrian con cariño o soportando los gritos de Mickey, o de Apollo Creed, o incluso de Paullie) mientras de fondo podemos escuchar la canción de la película que, por cierto, quizá sea la mejor canción del mundo, «Gonna Fly Now». En las películas de Rocky solo les lleva un par de minutos contar semanas de entrenamiento. Y aun así, a pesar de que solo se muestran unas cuantas escenas de ese trabajo duro, el público entiende que se ha entrenado mucho hasta conseguir las cualidades y las aptitudes pugilísticas que tiene.

Durante una sesión de terapia le pregunto a Cliff cómo se llama esa técnica que utilizan en las películas. Tiene que llamar a Sonja, su mujer, pero ella sabe la respuesta y dice que lo que trato de describir se llama montaje. Así que eso es lo que yo estoy tratando de recrear ahora, el montaje de mi película. Puede que si lo tenéis a mano os apetezca poner el CD de «Gonna Fly Now» (o cualquier otra canción que os inspire) y leer lo que escribo mientras escucháis la música. Aun así, la música no es obligatoria. Bueno, aquí está mi montaje:

Anticipándonos a nuestra gran actuación, corremos un poco más rápido cada día. Cuando salimos del parque hacemos un sprint final en el último trozo de recorrido hasta llegar a su casa. Llegamos realmente sudados. Siempre gano a Tiffany porque soy un hombre, pero también porque soy un gran corredor.

* * *

Visualizadme haciendo pesas, sentadillas, flexiones, abdominales con el Stomach Master 6000 y bicicleta estática.

* * *

—¡Gatea! —grita Tiffany. Así que yo gateo por el suelo de madera del estudio—. Gatea como si no tuvieras piernas, como si no hubieras comido en dos semanas y hubiera una única manzana en el centro de la habitación y otro hombre sin piernas también estuviera gateando hacia la manzana. Quieres gatear más rápido pero no puedes porque estás lisiado. La desesperación tiene que salir por los poros de tu piel como si estuvieses sudando. Temes no llegar a la manzana antes que el otro hombre. Él no compartirá la manzana conti… ¡No, no, no! ¡Para! ¡Lo estás haciendo todo mal! ¡Dios, Pat! ¡Solamente nos quedan cuatro semanas!

* * *

—Jeanie —oigo decir a mi padre. Está en la cocina desayunando y yo estoy en la escalera del sótano escuchando—. ¿Por qué Pat cierra los ojos y tararea cada vez que menciono a los Eagles? ¿Se está volviendo loco otra vez? ¿Debería preocuparme?

* * *

—¿Qué es eso de perderte el partido contra los Saints? —me dice Jake por teléfono cuando lo llamo un poco después de las once de la noche. Me ha llamado dos noches seguidas y mamá me ha dejado una nota que decía: «Llama a tu hermano, no importa que sea tarde. Importante»—. ¿Es que no quieres ver lo que va a hacer Baskett esta semana? ¿Por qué tarareas?

* * *

—Cuando eres bailarín puedes poner tus manos en cualquier parte del cuerpo de tu compañero, Pat, no es nada sexual. Así que cuando hagamos este primer porté, tus manos tienen que estar sujetando mi culo y mi entrepierna. ¿Por qué estás cambiando el ritmo? Pat, no es sexual, es danza moderna.

* * *

Visualizadme haciendo pesas, sentadillas, flexiones, abdominales con el Stomach Master 6000 y bicicleta estática.

* * *

—Estoy bien, Pat, estoy jodidamente bien. Me vas a dejar caer unas cuantas veces mientras aprendemos los pasos, pero no es porque no seas lo suficientemente fuerte. Necesitas colocar la palma de la mano en la base de mi entrepierna. Si necesitas que sea más específica lo seré. Aquí. Yo te lo enseñaré. Déjame la mano.

* * *

—Me dice tu madre que no quieres hablar de los Eagles con tu… ¿Por qué tarareas? —pregunta Cliff—. No he mencionado el nombre de cierto cantante, ¿de qué va todo esto?

* * *

—Nunca pensé que diría esto, pero quizá deberías considerar tomarte un descanso de tu entrenamiento de baile y ver el partido con Jake y tu padre —dice mi madre—. Ya sabes que odio el fútbol americano, pero tú y tu padre parecíais estar conectando, y Jake y tú estabais recuperando vuestra amistad. Pat, por favor, deja de tararear.

* * *

—La segunda vez que me levantes tienes que mirarme, Pat. Sobre todo antes de que yo vaya a volverme. No tienes que mirar mi entrepierna, pero tienes que estar listo para impulsarme, así cogeré más altura. Si no me impulsas cuando doble las rodillas, no podré completar la voltereta y probablemente me abriré la cabeza contra el suelo.

* * *

—Sé que puedes oírme aunque estés tarareando, Pat. ¡Mírate! —dice mi padre—. Acurrucado en la cama y tarareando como un chiquillo. Los Pajarracos perdieron de un punto en Nueva Orleans y tu chico, Baskett, no dio una. No creas que el que estuvieras bailando durante el partido no afectó al resultado.

* * *

—Pareces una serpiente retrasada. Se supone que tienes que gatear con los brazos, no deslizarte o menearte o lo que coño estés haciendo. Mírame.

* * *

Anticipándonos a nuestra gran actuación, corremos un poco más rápido cada día. Cuando salimos del parque hacemos un sprint final en el último trozo de recorrido hasta llegar a su casa. Llegamos realmente sudados. Siempre gano a Tiffany porque soy un hombre, pero también porque soy un gran corredor.

* * *

—¿Qué es lo que quiere Tiffany de ti? —me dice Ronnie. Estamos en el sótano de mis padres y se está tomando un descanso. Esta es una visita sorpresa disfrazada de sesión de pesas—. Te dije que te protegieras. Te lo estoy diciendo, Pat, no sabes de lo que es capaz esa mujer. Mi cuñada es capaz de cualquier cosa. ¡De cualquier cosa!

* * *

—Estás representando al sol con tus brazos. Estás en el centro del escenario y eres el sol. Y cuando marcas el círculo con tus brazos los movimientos deben ser lentos e intencionados, como los del sol. El baile es sobre el sol. Tú representarás cómo sale y cómo se pone el sol en el escenario, al ritmo de la canción. ¿Lo entiendes?

* * *

—Quiero que hables con Tiffany y le expliques que es importante que veas el partido de los Eagles con tu padre —dice mamá—. Por favor, deja de tararear, Pat, ¡deja de tararear ya!

* * *

—Los movimientos de la segunda vez que me elevas son mucho más difíciles, tienes que pasar de estar agachado a estar conmigo de pie sobre tus manos, que estarán por encima de tus hombros. ¿Crees que serás lo suficientemente fuerte para hacer esto? Si eres débil, podemos hacer otra cosa… Aun así vamos a probar a ver qué tal va.

* * *

—¿Por qué es tan importante esa competición de baile? —me pregunta. Yo miró el sol que hay pintado en el techo de su oficina y sonrío—. ¿Qué?

—El baile me deja ser eso —digo, y señalo hacia arriba.

Cliff sigue mi dedo con la mirada.

—¿Te deja ser el sol?

—Sí —digo, y sonrío otra vez porque me encanta ser el sol, quien hace que los rayos de luz, los rayos de esperanza atraviesen las nubes. Además, ser el sol me dará la oportunidad de escribirme cartas con Nikki.

* * *

—Por favor, deja de tararear al teléfono, Pat. Estoy al otro lado. Yo comprendo lo de aprender un arte por una mujer. Recuerda el día que te enseñé cómo tocaba el piano. La diferencia es que Caitlin nunca me pediría que me perdiese un partido de los Eagles porque sabe lo mucho que significan para mí. Puedo oír esa mierda de tarareo, Pat, pero yo voy a seguir hablando. Actúas como un chiflado. Si los Eagles pierden mañana contra los Buccaneers, papá creerá que has maldecido al equipo.

* * *

—De acuerdo, ahora te sabes la coreografía, más o menos. Cuando yo diga porté será el momento de que me levantes, lo diré para que estés preparado. Pero no te preocupes, mientras te aprendas la coreografía me ocuparé de que nos salgan los portés. ¿De acuerdo?

Tiffany lleva mallas y una camiseta como todos los días, pero su cara se transforma justo antes de poner el CD. Se pone muy solemne. Las tristes notas al piano y las dos voces llenan la habitación y Tiffany empieza a bailar de una manera terriblemente hermosa y triste. Su cuerpo se mueve grácilmente y ahora entiendo a qué se refiere con lo de llorar mientras bailas. Salta, rueda, gira, corre, se desliza y grita:

Porté! —Cae al suelo de golpe y solo se levanta cuando la música vuelve otra vez. La forma en que baila Tiffany es una de las cosas más hermosas que he visto nunca. Podría quedarme mirándola bailar el resto de mi vida y, extrañamente, ver bailar a Tiffany por todo el estudio me hace sentir como cuando flotaba en las olas con la pequeña Emily. Tiffany es muy buena.

* * *

—Tu padre ha dejado de cenar conmigo, Pat. Tampoco está saliendo a pasear conmigo. Desde que los Eagles perdieron contra los Buccaneers ha vuelto a sus… ¡Pat, deja de tararear, Pat!

* * *

Anticipándonos a nuestra gran actuación, corremos un poco más rápido cada día. Cuando salimos del parque hacemos un sprint final en el último trozo de recorrido hasta llegar a su casa. Llegamos realmente sudados. Siempre gano a Tiffany porque soy un hombre, pero también porque soy un gran corredor.

* * *

—No creo que entiendas lo mucho que esto significa para mi hermana —dice Veronica. Yo estoy muy sorprendido de verlas a ella y a la pequeña Emily en mi gimnasio—. ¿Sabes que desde que Tommy murió nunca nos había vuelto a pedir que fuéramos a verla bailar? De hecho, durante dos años nos prohibió ir a verla actuar. Pero este año cree que va a ganar, en realidad está convencida, y, aunque me alegro de verla tan feliz, tengo miedo al pensar en lo que podría pasar si perdéis. No es una persona estable, Pat, tú entiendes eso, ¿verdad? ¿Entiendes que perder la competición le provocaría una tremenda depresión? Así que tengo que preguntarte: ¿cómo van de verdad los ensayos? ¿Crees que podéis ganar de verdad? ¿Podéis?

* * *

Antes de apagar la luz miro a Nikki a los ojos, veo su nariz pecosa, su pelo bermejo, sus carnosos labios y la beso muchas veces.

—Pronto —le digo—, estoy haciendo todo lo que puedo. No te defraudaré. Recuerda: «El tiempo acaba de empezar, el tiempo no termina».

* * *

Visualizadme haciendo pesas, sentadillas, flexiones, abdominales con el Stomach Master 6000 y bicicleta estática.

* * *

—La Invasión Asiática te recogerá a las… —Cliff asiente y me sonríe—. Ah, el tarareo otra vez. Tu madre me ha contado que no quieres hablar con nadie sobre los Eagles, pero no irás a perderte en serio un partido que se juega en casa, ¿verdad?

* * *

—Lo más importante es que hagas que los portés parezcan más ligeros, como si sujetaras aire. Tiene que parecer que estoy flotando. ¿Comprendes? Bien, necesito que dejes de temblar en los entrenamientos, pareces un jodido enfermo de Parkinson, por todos los santos.

* * *

—¿Cómo puede un equipo perder tres partidos seguidos? —grita papá desde arriba hacia el sótano—. Un equipo que no tuvo ningún problema para ganar a los Dallas Cowboys. Un equipo con una ofensiva superior a la de cualquier otro equipo de la liga. Puedes tararear todo lo que quieras, Pat, pero eso no cambiará el hecho de que te has llevado la buena suerte de los Pajarracos y estás arruinando la temporada.

* * *

Visualizadme haciendo pesas, sentadillas, flexiones, abdominales con el Stomach Master 6000 y bicicleta estática.

* * *

—De acuerdo, no está mal. Has conseguido hacer bien el gateo y el porté ya no nos sale espantoso, pero solo nos queda una semana. ¿Podremos lograrlo? ¿PODREMOS LOGRARLO?

* * *

—Te he comprado un regalo —me dice Tiffany—. Ve al baño y pruébatelo.

Me meto en el baño del estudio y saco un par de mallas amarillas de la bolsa de plástico.

—¿Qué es esto? —le grito a Tiffany.

—Es tu traje. Póntelo y ensayaremos con la ropa.

—¿Y la camiseta?

* * *

—Otra vez —dice Tiffany, aunque son las 22.41 y me parece que el codo me va a explotar. Estoy de los nervios—. ¡Otra vez!

* * *

Son las 13.59.

—Otra vez —dice Tiffany, y luego se va a su sitio en la parte izquierda del estudio. Como sé que no sirve de nada discutir, me tiro al suelo y me dispongo a gatear.

* * *

—Esto no debería doler mucho —dice Tiffany justo antes de arrancar la primera tira de cera de mi cuerpo. Luego me enseña cuánto pelo me ha quitado. Estoy tumbado sobre una colchoneta en medio del estudio y parece que tenga el pecho cubierto de pegamento caliente.

Se me escapa una risilla tonta cada vez que me quita una tira del pecho.

Se me escapa una risilla tonta cada vez que me quita una tira de la espalda.

—Queremos que esos músculos brillen en el escenario, ¿verdad que sí?

—¿No puedo llevar una camiseta?

—¿Lleva camiseta el sol?

El sol tampoco lleva mallas amarillas, pero eso no lo digo.

* * *

Anticipándonos a nuestra gran actuación, corremos un poco más rápido cada día. Cuando salimos del parque hacemos un sprint final en el último trozo de recorrido hasta llegar a su casa. Llegamos realmente sudados. Siempre gano a Tiffany porque soy un hombre, pero también porque soy un gran corredor.

* * *

Dos días antes de la competición, justo antes de que ensayemos el número por vigésima quinta vez (Tiffany dice que el veinticinco es su número favorito), Tiffany dice:

—Tenemos que hacer esto impecablemente.

Así que lo hago lo mejor que puedo mientras nos observa en los espejos que nos rodean. «Lo estamos haciendo impecablemente», pienso. Cuando terminamos estoy muy emocionado porque sé que ganaremos, sobre todo porque hemos mejorado mucho, nos hemos sacrificado y hemos entrenado mucho. Esta minipelícula tendrá un final feliz.

Mientras nos tomamos una pausa para beber noto que hay algo extraño en el comportamiento de Tiffany. No me está gritando, no está usando la palabra que empieza por «j», así que le pregunto qué le ocurre.

—¿Cuánta gente has reclutado para que venga a ver la competición?

—Se lo he pedido a todas las personas que conozco.

—Veronica me ha dicho que tu familia está enfadada contigo por abandonar a los Eagles.

—Mi madre no.

—Tengo miedo de que si no conseguimos que vengan suficientes personas para aplaudirnos, los jueces se sientan impresionados por otros bailarines que hayan recibido más aplausos que nosotros. Puede que no ganemos la competición, Pat, y entonces no podré ser tu intermediaria.

* * *

—Si no vas a hacer nada mañana por la noche igual querrías traer a tu mujer y a tus hijos al recital de baile en el que participo —le digo a Cliff—. Tenemos una coreografía muy buena y creo que podemos ganar si tenemos el suficiente apoyo del público, y como no creo que ni mi padre ni mi hermano vayan a venir…

—¿Después de mañana por la noche ya habrás terminado con esos ensayos tan largos?

—Sí.

—Así que podrás ir al partido de los Redskins el…

—Hum…

—Dime una cosa, si yo voy al recital, ¿tú vendrás con nosotros al partido de los Eagles el domingo? La Invasión Asiática te echa de menos y, la verdad, sentimos que en cierto modo has maldecido a los Eagles al abandonarlos a mitad de la temporada. El pobre Baskett solo ha cogido dos balones en los últimos tres partidos y ni uno la semana pasada. Los Pajarracos han perdido tres partidos seguidos. Te echamos de menos en el Linc, Pat.

—No puedo hablar de ese tema hasta que pase el recital de baile de mañana. Solo puedo decir que necesito reclutar tanta gente como me sea posible para que Tiffany y yo cautivemos a los jueces con los aplausos. Ganar es muy importante y Tiffany dice que con el apoyo del público podemos convencer a los jueces.

—Si voy, ¿hablarás conmigo de esa cosa que no tienes permitido hablar después de la actuación?

—Cliff, no puedo hablar de eso hasta después de la actuación.

—Bueno, pues entonces yo tampoco podré decirte si iré a la actuación —dice Cliff.

Primero creo que está de broma, pero cuando al final de la sesión me doy cuenta de que no ha vuelto a sacar el tema pienso que he perdido la oportunidad de que Cliff venga al recital con su mujer y eso me hace sentir deprimido.

* * *

—«Hola, este es el contestador automático de Jake y de Caitlin. Deje su mensaje después de la señal. Bip.»

—Jake, siento llamar tan tarde, pero vengo de ensayar. Sé que estás enfadado conmigo porque crees que he maldecido a esas personas que me hacen tararear a veces, pero si tú y Caitlin venís a mi recital de baile hay una oportunidad de que pueda hacer esa cosa que hacíamos los domingos, sobre todo si nos aplaudís a Tiffany y a mí con fuerza. Necesitamos gente que nos vitoree para que los jueces se vean influenciados por la audiencia. Es muy importante para mí ganar esta competición. Así que, como hermano mío, te pido que traigas a tu mujer al Plaza…

—«Bip.»

Cuelgo y vuelvo a marcar.

—«Hola, este es el contestador automático de Jake y de Caitlin. Deje su mensaje después de la señal. Bip.»

—Es el hotel Plaza, el que está en…

—¿Hola? ¿Va todo bien?

Es la voz de Caitlin; me pongo nervioso y cuelgo, y me doy cuenta de que he perdido la oportunidad de que Jake venga al recital.

* * *

—Pat, sabes que estaré ahí y que aplaudiré muy fuerte, pero ganar no lo es todo —dice mamá—. Es el hecho de que fueras capaz de aprender a bailar en solo unas semanas, eso es impresionante.

—Pregúntaselo a papá.

—Lo haré, pero no quiero que pongas muchas esperanzas en eso. Un recital de danza no es algo a lo que tu padre habría ido aunque los Eagles hubieran ganado los últimos tres partidos.