Colin y Roy pasaron parte del martes en la playa, bronceándose y contemplando a las chicas. Roy parecía haber perdido interés por su juego macabro; no dijo ni una sola palabra acerca de matar a alguien.
A las dos y media, Roy se puso en pie y se sacudió la arena de sus piernas desnudas y de los tejanos cortados. Decidió que era hora de regresar a la ciudad.
—Quiero pasarme sólo un momento por la galería de tu madre.
Colin parpadeó.
—¿Para qué?
—Para mirar los cuadros, por supuesto.
—¿Por qué?
—Porque me interesa la pintura, bobo.
—¿Desde cuándo?
—Desde siempre.
—Nunca lo habías mencionado hasta ahora.
—Nunca me lo habías preguntado —replicó Roy.
Regresaron a la ciudad en sus bicicletas y las dejaron en la acera delante de la galería.
En la tienda había unos cuantos curiosos mirando los cuadros. Se movían lentamente de uno a otro.
Paula, la socia de Weezy, se hallaba sentada detrás del gran escritorio antiguo situado al fondo de la sala, en la esquina derecha, donde se registraban las ventas. Era una mujer espigada, pecosa y de cabellos brillantes color castaño, y llevaba puestas unas gafas grandes.
Weezy daba vueltas por entre los visitantes, ofreciéndose a responder a las preguntas que pudieran formular acerca de los cuadros. Cuando vio a Colin y a Roy se dirigió directamente hacia ellos, con una sonrisa tensa. Colin se dio clara cuenta de que ella estaba pensando que un par de muchachos desnudos de cintura para arriba, cubiertos de arena, sudorosos y con tejanos cortados no iban decididamente a ayudar a incrementar las ventas.
Antes de que Weezy pudiera preguntarles qué querían, Roy señaló un gran cuadro de Mark Thornberg y dijo:
—Señora Jacobs, este pintor es formidable. Formidable de verdad. Su obra posee mucha más profundidad que los cuadros bidimensionales de la mayoría de los artistas actuales. El detalle es realmente impresionante. ¡Caray! Quiero decir que casi parece que esté tratando de adaptar el estilo de los antiguos maestros flamencos a una especie de punto de vista más moderno.
Weezy estaba sorprendida por las observaciones de Roy.
Colin también lo estaba. Más que sorprendido, estupefacto. ¿Profundidad? ¿Bidimensional? ¿Maestros flamencos? Se quedó mirando a Roy con la boca abierta, perplejo.
—¿Te interesa el arte? —preguntó Weezy.
—Oh, sí —respondió Roy—. Tengo la intención de especializarme en Bellas Artes cuando vaya a la universidad. Pero todavía faltan unos cuantos años para eso.
—¿Pintas?
—Un poco. Sobre todo acuarelas. En realidad no soy muy bueno.
—Apuesto a que eres muy modesto. Después de todo, pareces saber bastante de arte, y tener muy buen ojo. Has captado la esencia de lo que Mark Thornberg trata de conseguir.
—¿Ah, sí?
—Sí. Es asombroso, sobre todo en alguien de tu edad. Mark está intentando aplicar el detalle minucioso y las técnicas tridimensionales de los maestros flamencos, y combinar esas cualidades con una sensibilidad y unos temas modernos.
Roy miró los otros lienzos de Thornberg que estaban colgados en la misma pared que el primero y comentó:
—Creo que su estilo me recuerda al de… Jacob DeWitt.
—¡Exactamente! —exclamó Weezy, asombrada—. Mark es un gran admirador de DeWitt. Realmente entiendes de arte. Eres excepcional.
Roy y Weezy examinaron todos los cuadros de Thornberg, deteniéndose unos pocos minutos delante de cada uno y discutiendo los méritos del artista. Colin los seguía, pero se sentía excluido, avergonzado de su ignorancia y perplejo por la inesperada pericia y admirable capacidad de percepción de Roy.
La primera vez que Weezy vio a Roy, éste le causó muy buena impresión. Eso fue lo que le dijo a Colin, y también comentó que un muchacho tan agradable como Roy Borden era una influencia mejor que aquellos pocos ratones de biblioteca y marginados de la sociedad con quienes hasta entonces se había relacionado superficialmente Colin. Ella parecía no darse cuenta de que él también era un ratón de biblioteca y un marginado social, y que sus palabras le dolían. Ahora se sentía maravillada con el interés de Roy por las Bellas Artes. Colin podía ver en su mirada que estaba muy satisfecha. Roy sabía cómo ser encantador sin siquiera parecer hipócrita o poco sincero. Podía ganarse la aprobación de prácticamente cualquier adulto; incluso de aquellos a los que despreciaba en secreto.
En un arranque de celos, Colin pensó: «Lo prefiere a él. ¡Vaya forma de mirarlo! ¿Me ha mirado a mí así alguna vez? Mierda, no. ¡La muy puta!».
La intensidad de su ira repentina le sorprendió y le desconcertó al mismo tiempo. Mientras Weezy y Roy contemplaban el último cuadro de Thornberg, Colin hizo un esfuerzo por recobrar su autocontrol.
Unos pocos minutos más tarde, después de salir de la galería, cuando él y Roy estaban montándose en las bicicletas, Colin dijo:
—¿Por qué no me has dicho nunca que te interesaba el arte?
—Porque no me interesa. No es más que una basura y resulta mortalmente aburrido —contestó Roy, sonriendo.
—Pero todo eso que has dicho ahí dentro…
—Sabía que tu vieja salía con ese Thornberg y que se ocupaba de vender sus cuadros en la galería. Fui a la biblioteca para ver si podía averiguar algo acerca de él. Están suscritos a varias revistas de arte. California Artist publicó un artículo sobre Thornberg hace casi un año. Me limité a leerlo para documentarme.
—¿Por qué? —preguntó Colin, perplejo.
—Para impresionar a tu madre.
—¿Por qué?
—Porque quiero caerle bien.
—¿Has montado todo este tinglado solamente para caerle bien a mi madre? ¿Tan importante es eso para ti?
—Claro que sí. No quiero que se le meta en la cabeza la idea de que soy una mala influencia para ti. Podría prohibirte que me volvieras a ver.
—¿Por qué iba ella a pensar que eres una mala influencia?
—Los mayores a veces tienen ideas muy extrañas.
—Bueno, pues ella nunca me ha dicho que no salga contigo. Cree que eres una buena compañía.
—¿Sí?
—Sí.
—Bien, entonces mi pequeña actuación habrá servido para asegurarse más.
Roy se alejó, pedaleando deprisa.
Colin vaciló y luego lo siguió. Estaba seguro de que detrás de aquella «pequeña actuación» de Roy se escondía algo más de lo que su amigo estaba dispuesto a decir. Pero ¿qué podría ser? ¿Qué estaría maquinando realmente Roy?