Marci Shimoff es la autora de Feliz porque sí, un bestseller del New York Times. En sus viajes como oradora y autora de varios de los libros más vendidos de la serie Caldo de pollo para el alma, se topó con gente muy feliz, pero también con personas demasiado miserables, y su cociente de felicidad no parecía tener mucho que ver con sus circunstancias.

Decidió entonces investigar la felicidad, preguntar a todos los que conocía, "¿Quién es la persona más feliz que conoces?". Por lo general, la primera persona que mencionaban era alguien bastante exitoso, pero luego hacían una pausa y decían que no era "tan feliz". Al seguir buscando y entrevistando gente, descubrió hábitos que la gente feliz comparte y determinó escribir un libro para mostrar a las personas cómo desarrollar una felicidad duradera de manera consciente.

Tuve el honor de que me eligiera como una de sus "100 personas felices" e incluyó una de mis historias en su libro. Cómo me encontró fue una cadena de eventos bastante fortuita.

La coautora del libro de Marci, Carol Kline, también había ayudado a Jack Canfield y Gay Hendricks a escribir su libro You've Got to Read This Book!: 55 People Tell the Story of the Book That Changed Their Life (¡Usted debe leer este libro!: 55 personas comparten el relato del libro que cambió su vida). Me habían invitado a presentar mi historia para este, la cual fue incluida.

Cuando Carol y yo trabajamos juntas, nos volvimos amigas y nos divertimos mucho compartiendo ideas e historias. Un día, me preguntó cómo había recibido la invitación para escribir la historia para el libro. Conocía poco a Jack, pero mucha gente lo trataba, así que no estaba segura de que él hubiera pensado en mí para esto. Carol dijo que no sabía, pero que le preguntaría.

Luego me llamó, riendo. Alguien en la oficina de Jack estaba leyendo otro libro en el que aparecí, How to Run Your Business Like a Girl (Cómo manejar su negocio como una chica), de Elizabeth Cogswell Baskin, así que la llamaron para pedirle que presentara una historia, y ella dijo, "¿Ya le preguntaron a Chellie? ¡Tienen que pedirle una historia!". Y así es como recibí mi invitación.