Este juego le enseñará el valor de la agresión selectiva e inteligente, tanto en la mesa de cartas como en la de juntas. Tome un asiento en ambas.

2. Deje ir el miedo

“No debo temer. El miedo bloquea la mente. Es la muerte pequeña que trae la destrucción total."

—Frank Herbert, Dune

Algo que noté acerca de las mujeres y el dinero es el miedo. Miedo de pedirlo, miedo de no ser lo suficientemente buenas, miedo de no tener la cantidad adecuada, miedo de no tener lo bastante para retirarse... miedo de su mujer interior desamparada.

El miedo es un hábito de pensamiento, lo que significa que no importará cuánto dinero ganen, nunca será suficiente. Conozco mujeres muy ricas a quienes aterra perder lo que poseen. Las mujeres que no tienen tanto dinero temen que nunca tendrán lo suficiente. Un grupo piensa: "Espero no desperdiciar este dinero y terminar como mujer desamparada", y el otro: "Espero ganar algo de dinero para no terminar como mujer desamparada". El dinero no resolverá ese problema. El hábito del miedo seguirá surgiendo todo el tiempo, con escenarios de "y qué tal si..." para que estas mujeres continúen temiendo.

El problema es que quien tiene miedo de perder, no toma buenas decisiones comerciales. En la mesa de póquer, el miedo a perder la mano puede hacer que alguien no considere las probabilidades de la apuesta y se retire en vez de apostarlo todo. Como dicen los jugadores de póquer: "Tiene que estar dispuesto a morir para vivir". Cuando teme que no tiene la mejor mano, que alguien está fingiendo o que perderá —en el póquer y en los negocios— su cara y lenguaje corporal lo reflejan. A esto se le llama "reacciones", y tanto la gente de negocios como los jugadores de póquer experimentados saben cómo leerlas.