Se dice que la mayoría de la gente pasa más tiempo planeando sus vacaciones que su futuro financiero. Tome una hora con su familia para imaginar cómo sería su escena ideal: ¿Qué se ve usted haciendo, teniendo y siendo en cinco años?, ¿en diez?, ¿y cuando se retire o llegue a un periodo en que tome la vida con más calma y trabaje menos? ¿Cuáles son sus definiciones de éxito y felicidad?

Cuando tiene una meta financiera para su negocio y tanto usted como su pareja saben lo que les espera, anticipa comentarios frustrados en el camino como: "¿Entonces cuándo empezarás a ganar dinero?".

Es una pregunta justa, pero es probable que obtenga una mejor respuesta si se plantea de otra forma, como: "¿Cuándo esperas que tu negocio se vuelva rentable?". Es mejor discutir esta pregunta al inicio del año, cuando las expectativas pueden delimitarse con claridad para ambas partes.

Si durante el año observa que no generará ganancias cuando dijo que lo haría, lo mejor es que tenga una reunión familiar y hable respecto a ello. Exponga sus razones de por qué sus proyecciones no se están cumpliendo, lo que está haciendo para cambiar sus resultados y la nueva fecha en que espera obtener ganancias para contribuir al bienestar financiero de la familia.

Si usted es la ahorradora de la familia, no actúe como mamá o papá y sermonee a su pareja, ni diga lo bien que está usted y lo mal que está él; esto solo pondrá a su pareja a la defensiva y responderá gastando aún más dinero. Hay que conseguir el balance adecuado, y si lo planea bien, ambos pueden sentarse y analizar si sus acciones van en dirección a sus objetivos. Ahorrar dinero también puede volverse una obsesión en la que tenga tanto miedo de gastar que impida a su familia disfrutar de unos cuantos lujos que puede costear con facilidad de acuerdo con su presupuesto. Si tiene ahorros o ingresos que no le mencionó a su pareja, es momento de hacerlo.

Si usted es la que gasta, mire las metas más grandes a las que puede estar renunciando por tener las cosas y experiencias que está viviendo ahora. Si usted tiene alguna deuda secreta o tarjetas de crédito que su pareja desconoce, también es el momento de confesarlo. Quizás aún pueda sentir que tiene libertad financiera con una pensión más pequeña y más dinero destinado a activos familiares de largo plazo. Se siente maravilloso no tener deudas y contar con grandes ahorros y una cuenta de inversión. No lo deseche si no lo ha intentado.