En cuanto me aparté, mi propio miedo se sosegó, conseguí algunos clientes y cuando le conté a mi papá, él estaba muy feliz y orgulloso de mí, ¡y luego me dijo que siempre supo que podría hacerlo! ¡Pues... gracias! Ahora sé que no debo divulgar demasiada información en cuanto a mis sueños incipientes a gente que teme por mi vida. ¡No necesito su miedo además del mío!"

A.C., profesional de viajes

"Ni sabotaje ni conducta pasivo-agresiva (es decir, hacer muecas o gruñir si trabajo largas horas para cumplir con una fecha límite). Si él quiere más tiempo, es directo y lo pide... y siempre lo recibe en cuanto puedo dárselo. Jamás ‘ofrece' críticas constructivas a menos que se las pida. Nunca me pide que cambie algo de mí, pero me apoya cuando quiero hacerlo. Yo suelo ser mi peor crítica, por lo que las cosas que pueden molestarlo (como la invasión de su mitad del mueble del baño con mis lociones, brebajes y cremas... o esos molestos kilitos de más) ya están en mi radar crítico. De hecho, me ayuda a amarme más, lo cual es el catalizador de todo cambio verdadero."

L.N., abogada