Los autores de ciencia ficción inventaron muchos artículos de uso común en la actualidad. Julio Verne previó el buceo en 1870, Edward Bellamy escribió acerca de las tarjetas de crédito en 1888 y H. G. Wells describió una superficie plana con imágenes en movimiento en 1899, lo que ahora conocemos como tabletas electrónicas. Mark Twain describió un dispositivo de comunicación global como internet en 1904, Aldous Huxley introdujo la ingeniería genética en 1931 e Isaac Asimov mencionó los satélites en 1945. Recuerdo que veía Star Trek y todos los niños imaginaban lo fantástico que sería tener intercomunicadores que pudieran abrir para hablar entre ellos; ahora, los teléfonos celulares son una realidad común. Tuvieron que quitar la atracción House of Tomorrow (La casa del mañana) en Disneyland cuando todo en ella se volvió habitual en la vida diaria. Con frecuencia, la ciencia ficción se vuelve ciencia. Si puede creerlo, puede lograrlo. No hubo muchas películas buenas de ciencia ficción durante mi infancia; Forbidden Planet (Planeta prohibido) fue la mejor de todas. Hubo solo una mujer en toda la película, lo cual era típico del género. Aunque en gran medida era un universo de hombres, las películas de ciencia ficción mejoraron de manera radical en la década de 1970 con la aparición de La guerra de las galaxias. La vi el día de su estreno en el Teatro Chino en Hollywood con mi querida amiga actriz, Gaye Kruger, y un actor amigo suyo llamado Ty. Nunca olvidaré ese día; cuando las naves espaciales volaron por encima en el inicio de la película, la audiencia gritó, vitoreó y siguió aplaudiendo durante toda la secuencia inicial de la batalla. Estábamos electrizados por la historia, los efectos especiales, todo. Fue una increíble experiencia grupal; la audiencia estaba cautivada como un solo ser y dio al filme una ovación de pie. (Hay una energía especial al ver una película en grupo que no existe cuando la ve solo. ¿No siente lo mismo?) |