Mi amiga se inscribió en cursos de psicología, obtuvo su título en terapia de pareja y familiar, hizo su internado y trabaja feliz en su consultorio privado donde ha ayudado a la gente durante muchos años. Además, sigue actuando en el teatro comunitario y se la pasa estupendo. Eso también es éxito.

La araña en la reja

¿Cómo sabemos si necesitamos cambiar de carrera, encontrar un negocio diferente para ser exitosas o si se trata de lo que hacemos? ¿Es el negocio lo que falla o el plan de negocios?

Una araña me enseñó esta lección. Cada noche, la arañita en la reja principal de mi casa se ocupa sin cesar, tejiendo su red para atrapar su próximo desayuno. Es diligente y trabajadora, estudió diseño y construcción, y teje una buena red.

Pero cada mañana, rompo su red cuando paso para recoger el periódico. De seguro, la araña ve la destrucción y se lamenta: "¿Por qué siempre me pasa esto? Trabajo muy duro igual que las otras arañas que conozco. ¡Tengo pésima suerte! ¡No es justo!".

La araña en mi reja no tiene mala suerte; es solo que escogió el lugar equivocado para su negocio. Al parecer, no tuvo la asesoría de un buen agente de bienes raíces que le dijera las tres reglas más importantes: ¡ubicación, ubicación, ubicación!

Otras arañas sí eligen el lugar ideal, pero luego solo se sientan ahí y proclaman: "Atraparé muchas moscas, atraparé muchas moscas...". Pero como no tejen una red para atraparlas, las moscas solo pasan de cerca y se van. Después se quejan: "¡Esas afirmaciones tontas nunca funcionan!".

Como las arañas, todos tenemos puntos ciegos que nos impiden alcanzar nuestras metas, tener todos los clientes que queremos y ganar todo el dinero que deseamos. Necesitamos maestros, mentores y capacitadores que nos ayuden a ver los hoyos en nuestros programas, diseñar los remedios para arreglarlos y practicar nuestras nuevas elecciones hasta que se vuelvan nuestros nuevos hábitos.