Esta fórmula trabaja de maravilla para los practicantes solitarios, dueños de negocios que trabajan desde casa, contratistas y profesionales independientes, así como miembros de redes comerciales de todo tipo. La he enseñado a vendedores, quiroprácticos, coaches, fisioterapeutas, abogados, contadores, gente que vende canastas de regalos, ropa y publicidad especializada, entre muchos otros.

Si no tiene un negocio propio, puede revisar estos pasos para conseguir voluntarios para la venta de pasteles en la escuela, recaudar fondos para una caridad, conseguir el voto para su político favorito o pedir a alguien que salga con usted. Las habilidades para hacer llamadas de oro le ayudarán en todas las áreas de su vida.

1. ¿A quién llamará?

Hay cerca de 20 millones de personas en el área metropolitana de Los Ángeles, donde vivo y trabajo. ¡Esos son 20 millones de prospectos que pueden querer comprar mis productos o servicios! ¿Cuánta gente hay en su área? Sea que tenga un negocio en internet o uno físico, el mundo entero puede ser su cliente. Puede empezar llamando en frío a cada una de esas personas, o telefonear en caliente al asistir a reuniones de formación de redes, fiestas, eventos sociales, hacer contactos o estar en Facebook, LinkedIn, Twitter, Google+ y Pinterest.

¿No amamos todos ser amados? Es fácil llamar a la gente que ama. Es más difícil acercarse a las personas que nunca han escuchado de usted, que no la conocen, que aún no confían en usted o no creen que pueda ayudarlas, y sacan todas las objeciones de tiempo, dinero y obligaciones familiares. Primero tienen que remodelar su casa, luego tomarán su curso y aprenderán a ganar dinero y divertirse después. ¡Uf!

Pero ese es el trabajo que todos enfrentamos, ¿no es así? Queremos ayudar a quienes necesitan nuestra ayuda pero requieren que los convenzamos. Necesitan que los guíe hacia un mayor bienestar, pero no comprarán hasta que los lleve a invertir en el proceso —a nivel espiritual, físico, emocional y financiero. Enseño a la gente cómo dominar su dinero, ¿y cuál es el primer obstáculo que encontramos? Dinero. De hecho, es muy gracioso.