CAPÍTULO 5 |
No es una llamada en frío, sino una llamada de oro |
Una de las cosas que nos detienen a las mujeres en las finanzas es que, culturalmente, no estamos entrenadas para pedir dinero. Intente decir "Me encanta pedir dinero" y vea cómo se siente. Horrible, ¿verdad? Pruebe esta otra: "¡La gente ama darme dinero!". Eso suele sentirse muy bien. Esto se debe a que sí lo deseamos, pero queremos que lo hagan sin tener que pedirlo; sin embargo, en el mercado tenemos que pedir las cosas, un aumento, un ascenso o el negocio con un cliente. ¡Y luego tenemos que establecer nuestro precio y pedirlo! ¿Ve usted el problema? Buscar negocios o tratos fue algo difícil para mí al principio. Y después aprendí el secreto de cómo hacer una gran llamada telefónica que resultara en un negocio... |