Hace tiempo conocí a una señora con una exitosa agencia de empleos. Cuando le pregunté cómo había empezado, me contó que sufrió un grave accidente automovilístico que la mantuvo hospitalizada casi un año. Sin nadie que la mantuviera, tuvo que buscar la forma de ganarse la vida desde su cama de hospital. Paralizada, lo único que podía mover era la boca, así que se dijo: "Bueno, puedo hablar, así que haré ventas por teléfono". De este modo empezó su negocio.

¿Qué talentos o habilidades tiene y por los cuales podría pagarle la gente? Busque en las secciones de avisos de los periódicos, publique su currículum en internet y hable con amigos o ex jefes. Podría iniciar su negocio con pocos recursos si desea prestar servicios, aunque después esto le requerirá más dinero.

Lo único que la hará persistir es su fuerza de voluntad. Determine qué quiere ver ocurrir, y haga todo lo necesario para lograrlo.

Actualícese; tal vez deba mejorar sus habilidades, tomar clases, leer libros, escuchar podcasts o ver videos. Hay información en abundancia en internet; consiga un mentor o busque alguien que se asocie con usted y tenga habilidades diferentes a las suyas. Busque o forme un grupo de expertos con sus amigos, para ayudarse y apoyarse entre ustedes. Sea autodidacta y elabore un programa de estudios.

Aun si tiene un plan de largo alcance para ahorrar para el enganche de una casa o pagar sus deudas, le deprimirá pensar en vivir con pocos recursos durante mucho tiempo. Intente estar alegre en sus días de presupuesto bajo, consciente de que no durarán por siempre. Algo grandioso podría suceder hoy o mañana, o la semana próxima, ¡y podría pasar a su presupuesto medio! Hará entonces sus afirmaciones positivas con más energía y emoción, lo que repercutirá en su dicha y prosperidad diarias.

Sea cual sea su presupuesto, viva siempre por debajo de sus posibilidades. Comprometer demasiados gastos mensuales sin dejar lugar a ahorros, emergencias u oportunidades no le facilitará la vida cuando la economía se deteriore, su hijo necesite una operación o el sostén del hogar pierda su empleo. La recesión más reciente nos enseñó esa lección, ¿pero la entendimos? ¿O el dispendio continuará?