Y el factor decisivo: "Me encanta mi trabajo, no hago esto por dinero." No preocuparnos por el dinero nos ha costado mucho a las mujeres. Algunas de las razones por las que seguimos ganando menos que los hombres se enlistan a continuación: 1. No pedimos lo que queremos. 2. No sabemos qué merecemos. 3. Nos preocupa que pedir demasiado dañe una relación. 4. Tememos que la gente reaccione mal si pedimos demasiado. 5. No determinamos qué queremos antes de negociar. 6. Pedimos lo menos en vez de lo más. 7. A menudo no sabemos qué es posible. 8. No somos tan optimistas como los hombres respecto a nuestras aptitudes. 9. Nos comparamos con mujeres mal remuneradas. 10. Confiamos en que la vida será justa y se nos ofrecerá más dinero sin tener que pedirlo. 11. No pedimos lo suficiente o cedemos pronto cuando se nos cuestiona. 12. Nos contentamos con menos porque esperamos menos. Las causas fundamentales son falta de información y estrategias, un concepto negativo de nosotras mismas y temor. La sociedad continúa perpetuando rígidas normas de conducta basadas en el género que obligan a las mujeres a comportarse de manera pudorosa y desinteresada, y a no promover su interés propio. Se les enseña pronto que insistir en su bienestar es poco femenino, poco atractivo y hasta desagradable, y en consecuencia ineficaz. Así es como fuimos educadas, y añada que muchos libros que abordan el tema de las relaciones nos enseñan que debemos ser así si queremos tener una relación exitosa. Aunque se estima que hoy día 76% de las mujeres casadas trabajan fuera del hogar, son las encargadas principales de los hijos y las labores domésticas. Muchas me dicen que su esposo "les ayuda" con el trabajo doméstico, pero esto implica que sigue siendo labor de ellas y que los hombres ayudan a veces, ¿no es así? |