¡No! ¡No! ¡No! Una alumna me informó hoy en un correo electrónico que decidió no abrir el curso que planeaba impartir porque descubrió que un competidor ofrece un curso parecido. Pero nos rodea la abundancia y atraeremos a nuestro curso a los estudiantes indicados no solo por lo que enseñamos, sino también por quién es el maestro (¡nosotros mismos!). No renunciemos a nuestros sueños porque otro tiene la misma idea que nosotros. ¿A quién le importa que otro esté haciendo algo parecido? Parecido no es igual, no puede serlo. Cada persona hace pasar a otras por un proceso que le es propio y que nunca será semejante al de nadie más. Una amiga me dijo hace poco que si muchas personas enseñan el mismo tema que me apasiona a mí, esto no significa que no deba enseñarlo, sino que el tema es tan importante que necesita más de un mensajero. En mi opinión, este comentario de Karyn fue el remate ideal: Pensé: "¿Se imaginan si quienes escribieron Amor sin barreras hubieran dicho: ‘Esta historia ya la hizo otro. No la hagamos nosotros. Hay demasiada competencia con ese tal Shakespeare'?" Ja, ja, ja. Fue maravilloso ver cuántas personas intervinieron para decir que cada quien es único y especial, con dones por compartir con quienes nos buscan y nos contratan porque nos necesitan. Recibir esta clase de comentarios y apoyo es uno de los mejores usos de negocios de Facebook y otras redes sociales. Así pues, ¿qué le han impedido hacer sus competidores? Quizás no tenga la voz más bella, fuerte o melódica. Pero tiene una tan armoniosa para algunos que es la única que ellos oyen. No se desespere si otros tienen más seguidores, dinero, fama o gloria; esas son mundanerías que no siempre hacen felices a quienes las poseen. Goce la alegría de la cual dispone y la que da a los demás. No pierda su tiempo pensando que no es la persona más grandiosa o la mejor. ¿Cuántos tienden a eso? Sepa que su vida tiene belleza y propósito, y concéntrese en su trabajo, con honestidad y honor, y agradezca los dones que comparte con el rincón del mundo que por suerte le tocó, sea cual sea. |