Nuestro trabajo es ser auténticas; así, atraeremos a quienes gustan de personas como nosotras. Cuando usted se muestra como es en realidad, yo tengo la posibilidad de conocerla, apreciarla y confiar en usted; y solo entonces le compraré algo. Todo lo demás es publicidad falsa.

Atraiga a “su gente”

Hay dos grupos de personas en la vida: "su gente" y "la gente ajena a usted". Los primeros la aceptan de inmediato; sonríen, se acercan y le hacen preguntas. Los segundos tienen "experiencias extracorporales" a su lado. (Yo creo en tales experiencias porque las he visto: la otra persona se retrae, se le pierde la mirada y uno sabe que acaba de "ausentarse" de la sala.)

¿Alguna vez atrajo como clientes o socios a "gente ajena a usted" y sufrió al trabajar con ellos? La critican, nunca están satisfechos; piden, sin importar lo que pase, que se rehaga el trabajo y jamás hacen un cumplido. Y para colmo, ¡a menudo no quieren pagarle lo que le corresponde! Es lastimoso y difícil colaborar con personas que, haga lo que haga, nunca la apreciarán.

Diseñe su marca en una forma que permita que su verdadera personalidad resplandezca, ¡y "su gente" se arremolinará a su alrededor!

Acostúmbrese al rechazo

El mayor problema para tener seguridad en uno mismo es no convertirse en una temblorosa masa de gelatina cuando alguien le dice que no.

En realidad, debería agradecer a toda la "gente ajena a usted" que se aleje pronto y le evite perder su tiempo y su gloriosa personalidad. Cada vez que una de esas personas se marcha, deja el curso que imparte, se da de baja en su lista o le dice que le desagradan usted o sus palabras, le hace un gran favor. Se quita de en medio, permitiéndole avanzar en la búsqueda de "su gente".