El mejor consejo de mercadotecnia que recibí hasta ahora lo obtuve en el seminario Word of Mouth (De boca en boca), de Gene Call: "Atrae a quien quieras y repele a quien no te agrade". Esto me impactó. Nadie me había dicho nunca, en ninguna forma, que debiera repeler a la gente. Me enseñaron a ser una "niña buena" y a agradar y complacer a todos. ¡Como si eso fuera posible! La única manera de lograrlo es no tener personalidad. Cuando yo asimilé la idea de salir de la "casilla de la niña buena" y mostrar en todo su esplendor mi verdadera personalidad, comencé a presentarme como reductora del estrés financiero, capaz de atender trastornos económicos como la bulimia de gastos y la anorexia de ingresos. En mis comerciales de 30 segundos cantaba frases como "Usted será rica mañana", con la melodía de Anita, la huerfanita. Empecé a lucir tenis dorados dondequiera que iba, algo que forma parte de mi marca. Me convertí en la loca del cuadrante dos, más allá de cómo reaccionara la gente porque, como dice Terry Cole-Whittaker: "Lo que otro piense de mí no es asunto mío". La terapeuta matrimonial y familiar Darlene Basch posee una presencia de Madre Tierra. Inicia su presentación con una hermosa sonrisa y un lento y melodioso "Bienvenidos al mundo de la tranquilidad", y todos suspiran con ella. La diseñadora de interiores Kay Rodine exhibe su personalidad de mejor amiga cómica y desenfadada cuando pregunta a la audiencia: "¿Qué les diría su casa si pudiera?". Y quienes la conocen contestan: "¡No te mudes! ¡Redecora!". La propietaria de Cash Flow Services, Evelyn Siegel, una sofisticada protagonista romántica, dice: "Una máquina de hacer dinero puede ser legal; pregúntenme". El genio de la tecnología Marc Chroman cuestiona: "¿Qué es lo más importante en una computadora? ¡Respaldo, respaldo, respaldo!". Todas estas personas ajustan su personalidad al estilo de mercadotecnia de su ramo. |