EPÍLOGO
Leviathan es una novela de historia alternativa, por lo tanto, muchos de sus personajes, criaturas y mecanismos son de mi invención. No obstante, la época en la que se desarrolla el libro está basada en el verano real de 1914 cuando Europa se encontró abocada hacia el desastre de una guerra. Por lo que, a continuación, hacemos un breve repaso de lo que es verdad y de lo que es ficción en esta historia hasta el momento.
El 28 de junio, el archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austrohúngaro, y su esposa, Sofía Chotek, fueron asesinados por jóvenes revolucionarios serbios. En mi mundo, ambos sobrevivieron a un par de ataques, pero fueron envenenados poco más tarde aquella misma noche. Sin embargo, en el mundo real fueron asesinados por la tarde. (Yo quería que mi libro empezase por la noche). Igual que en Leviathan, los asesinatos condujeron a la guerra entre Austria y Serbia, que se extendió a Alemania, Rusia y después a más países. La primera semana de agosto, todo el mundo ya estaba implicado en la Gran Guerra, que después se denominó Primera Guerra Mundial.
Aquellas dos trágicas muertes, y la funesta diplomacia llevada a cabo entre las grandes potencias de Europa, dieron como resultado millones de muertes.
En aquella época, surgieron rumores de que el gobierno austriaco, o tal vez el alemán, había organizado secretamente aquellos asesinatos, o bien para tener una excusa para declarar la guerra o porque Francisco Fernando era demasiado pacificador. Pocos historiadores actualmente creen en esta teoría de la conspiración, pero se tardaron décadas en descartarla. Lo cierto era que el estamento militar alemán estaba determinado a iniciar una guerra y utilizó los asesinatos para hacer exactamente eso.
No obstante, Francisco Fernando y Sofía no tuvieron ningún hijo llamado Aleksandar. Sus hijos se llamaron Sofía, Maximiliano y Ernesto. Pero igual que en mi historia, a los tres no se les permitió heredar tierras o títulos de Francisco puesto que su madre no era completamente de sangre real. E igual que en Leviathan, sus padres habían implorado tanto al emperador austrohúngaro como al Papa para que cambiase esta situación. Aunque en el mundo real, Francisco y Sofía no lo consiguieron.
La romántica historia que cuenta Alek sobre el partido de tenis y el reloj de bolsillo es totalmente cierta.
Charles Darwin existió de verdad, por supuesto, y a mediados de la década de 1800 hizo descubrimientos que han pasado a ser el núcleo de la biología moderna. En el mundo del Leviathan también consigue descubrir el ADN y logra entrar en estas «cadenas de vida» para crear nuevas especies. En nuestro mundo, el papel que desempeña el ADN en la evolución no se comprendió en su totalidad hasta la década de 1950. Solo ahora estamos empezando a fabricar nuevas formas de vida, y ninguna tan inmensa como la gran aeronave donde está Deryn Sharp.
Nora Darwin Barlow también fue una persona real, una científica por méritos propios. La «flor columbina» Nora Barlow, como ella se hacía llamar, publicó muchas ediciones sobre la obra de su abuelo. Aunque no fue ni cuidadora del zoo ni diplomática.
El tigre de Tasmania es un animal totalmente real. En el zoo de Londres se podía ver un tilacino en 1914, pero ahora ya no. A pesar de haber sido el mayor depredador del continente australiano tan solo hace unos doscientos años, la especie fue cazada por los humanos y la llevaron a la extinción a principios del siglo XX. El último tigre de Tasmania conocido murió en cautividad en 1936.
Por lo que respecta a las invenciones clánker, están bastante avanzadas a su época. Las primeras máquinas de guerra acorazadas no entraron en batalla hasta 1916. No podían andar pero usaban cadenas de tractor, como los tanques hacen hoy en día. Los militares de nuestro mundo solo ahora están empezando a desarrollar vehículos útiles con patas en lugar de cadenas de tracción o ruedas. Los animales aún son mucho mejores que las máquinas por lo que se refiere a caminar por terrenos escarpados.
Por lo tanto, Leviathan en gran medida trata sobre posibles futuros más que de un pasado alternativo. Aún resulta muy lejano un mundo donde las máquinas parezcan criaturas vivas y las criaturas vivas se puedan fabricar como máquinas. Y aun así, el escenario también nos recuerda a unas épocas pasadas en las que el mundo estaba dividido entre aristócratas y plebeyos, y las mujeres, en muchos países, no podían unirse a las fuerzas armadas o ni siquiera votar. Esta es la naturaleza del género steampunk, una mezcla de pasado y futuro. El conflicto entre Winston Churchill y los otomanos acerca de un poderoso buque de guerra de gran tamaño está basado en hechos reales. Pero será mejor que lo dejemos para el segundo libro, que sigue al Leviathan hasta la antigua ciudad de Constantinopla, capital del Imperio otomano.