Agradecimientos

Quiero mostrar mi agradecimiento a Joan Hesse por esa «única sugerencia» que me hizo en un momento de apuro, y darle las gracias a Jackie Cranford por compartir una mañana de veras ilustrativa. Pero, sobre todo, quiero reconocerle el mérito (o culpar) a Dean James, a quien se le ocurrió el título de este libro mientras tomábamos una margarita en Austin, Texas.