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Francisco González Ledesma y las calles de Barcelona

Semana Negra de Gijón, 2004. Debate intelectual entre escritores compitiendo para ver quién epataba más en sus aseveraciones sobre la novela negra, la acción literaria, el valor de la creación, cierta pedantería y no poca pretensión general. Entonces, Francisco González Ledesma pide la palabra y dice, con humildad: «No estoy de acuerdo con lo que estáis diciendo. A mí, simplemente, la literatura me ha salvado la vida». Nos dejó secos.

Al clausurar el ciclo de conferencias de «Novela negra y realidad», que coordiné en Villena hace algún tiempo, Francisco González Ledesma tituló su charla Historia de mis calles, como su libro de memorias amables. Y no es casual, porque cuando alguien quiera saber cómo era la Barcelona de la segunda mitad del siglo XX, tendrá que recurrir a las novelas de Ledesma, a Las calles de nuestros padres, a Expediente Barcelona, a Historia de Dios en una esquina… Francisco González Ledesma lleva en su obra y en su vida la ciudad de Barcelona, las calles de la ciudad esencial y su alma. Sólo un escritor con su sensibilidad podría hacerlo de esa manera. Y ahí están sus novelas para probarlo. Francisco González Ledesma es uno de los autores más importantes del género en España, y posiblemente el más veterano todavía en activo. Y es de una sencillez personal aplastante.

Novelas del Oeste y de terror por Gonzalez Ledesma como Silver Kane.

He aquí la manera en que nuestro autor ha escrito su currículum para una de las charlas en las que participamos juntos: «He sido periodista, número uno de mi promoción en toda España. He sido redactor jefe de La Vanguardia, he pasado noches en blanco y he sido feliz. Gané el Premio Planeta en 1984 (Crónica sentimental en rojo), pensé que podía haber escrito mejor y he sido infeliz. Soy Premio ciudad de Barcelona de cine, pero todo lo aprendí los sábados, en las salas baratas de mi ciudad. Una vez gané el premio a la mejor novela extranjera publicada en Francia, pero no me pagaron nada, y así presumo de haberme ahorrado impuestos. Tal vez alguno de ustedes me recuerden aún como autor de novelas del Oeste, con el seudónimo de Silver Kane, escritas la mayor parte en mis años más jóvenes, cada vez que las recuerdo, pienso que allí aprendí de verdad la técnica de la novela y que fue un aprendizaje de perro. De las dos identidades, la íntima y la del censo, quédese con la que quieran, pero la primera no la recomiendo».

En 1986 se llevó al cine Crónica sentimental en rojo, novela galardonada con el Premio Planeta. A la derecha, una edición reciente de La dama de Cachemira, publicada en la colección de novela policíaca de RBA.

Yo, que tengo la suerte de ser amigo, lector y admirador suyo, sí la recomiendo. Y mucho.

Su formación como abogado y periodista le ha hecho conocer demasiadas verdades. Nacido en Barcelona en 1927, ha sido redactor jefe de El Correo Catalán y La Vanguardia. A los 21 años ganó, con Sombras viejas, el Premio internacional de Novela instituido por el editor José Janés, pero la censura franquista prohibió su publicación, al igual que ocurrió con su segunda novela, Los Napoleones. Fue finalista del Premio Ciutat de Valencia, convocado por la editorial Prometeo, con Expediente Barcelona. En 1984, ganó el Premio Planeta con Crónica sentimental en rojo. De su producción cabe destacar también Soldados, un auténtico best seller en Francia, o El pecado o algo parecido, que en 2002 supuso el regreso de su personaje más emblemático, Méndez. Su Tiempo de venganza, publicada por Planeta, es un magnífico ajuste de cuentas con el pasado, con la realidad que el tiempo parece diluir en el olvido. La realidad, como material literario, ha inspirado algunas de las mejores obras de la última narrativa española. Los grandes temas que emergen del mundo real constituyen la materia prima sobre la que algunos novelistas españoles, como Francisco González Ledesma, han construido su obra intensa.

El abrazo de la muerte, de Robert Siodmak.