Capítulo 4

Visitas breves: meteoros, cometas y satélites artificiales

En este capítulo

triangle.png Datos básicos sobre meteoros, meteoroides y meteoritos

triangle.png Sigue cabezas o colas de cometas

triangle.png Cómo detectar satélites artificiales

¿Es de día y acabas de ver algo que se mueve en el cielo? Probablemente sepas si es un pájaro, un avión, ¡o Superman! En cambio, en el cielo nocturno, ¿sabes distinguir un meteoro de un destello de luz procedente de un satélite Iridium? Y entre los objetos que se mueven despacio pero de forma perceptible a través del fondo estrellado, ¿puedes diferenciar un cometa de un asteroide?

En este capítulo, se definen y explican muchos de los objetos que surcan el cielo nocturno. (El Sol, la Luna y los planetas también se mueven a través del cielo, pero en una procesión más imponente. Les dedico varios apartados en las partes II y III del libro). Cuando sepas identificar a estos visitantes nocturnos, disfrutarás de tus observaciones.

Meteoros: si ves una estrella fugaz, pide un deseo

Ningún término de astronomía se emplea peor que la palabra meteoro. Los aficionados a la astronomía e incluso los científicos utilizan la palabra meteoro cuando el término adecuado es meteoroide o meteorito. Éstos son los significados correctos:

visto.png Meteoro es el destello de luz producido cuando un objeto sólido y pequeño no artificial (un meteoroide) entra en la atmósfera de la Tierra desde el espacio; la gente suele llamar “estrellas fugaces” a los meteoros.

visto.png Meteoroide es un objeto sólido y pequeño en el espacio, normalmente un fragmento de asteroide o cometa que orbita alrededor del Sol. Algunos meteoroides raros son rocas que se han despegado de Marte y de la Luna de la Tierra.

visto.png Un meteorito es un objeto sólido del espacio que ha caído en la superficie de la Tierra. Todos los días caen a la Tierra alrededor de 100 toneladas de material meteorítico (algunas estimaciones son incluso más altas).

Si un meteoroide atraviesa la atmósfera de la Tierra puede producir un meteoro lo bastante brillante como para ser visible. Si el meteoroide es lo suficientemente grande para chocar contra el suelo en lugar de desintegrarse en el aire, se convierte en un meteorito. Muchas personas van a la caza de meteoritos y los coleccionan por el valor que tienen para los científicos y coleccionistas.

Los dos tipos principales de meteoroides tienen distintos orígenes:

visto.png Meteoroides cometarios son partículas esponjosas de polvo que desprenden los cometas.

visto.png Meteoroides asteroidales, cuyo tamaño va desde partículas microscópicas hasta fragmentos de roca grandes y, literalmente, fragmentos de asteroides (los llamados planetas menores), son cuerpos rocosos que orbitan alrededor del Sol (y que describo en el capítulo 7).

Cuando vas a un museo de ciencia y ves un meteorito, estás examinando un meteoroide asteroidal que cayó a la Tierra (o, en casos excepcionales, una roca que cayó tras desprenderse de la Luna o de Marte debido al impacto de un cuerpo más grande). Puede estar formado por material rocoso, hierro (de hecho, una mezcla prácticamente anticorrosiva de níquel y hierro) o ambos. Mostrando una simpleza extraordinaria (por una vez), los científicos denominan a estos meteoritos, respectivamente, meteoritos pedregosos, metálicos y rocosos-metálicos.

En los siguientes apartados, comento tres tipos de meteoros: meteoros esporádicos, bolas de fuego y bólidos. También te doy información detallada sobre las lluvias de meteoros.

Péinate para quitarte el polvo espacial

Si un astrónomo encuentra un micrometeorito (un meteorito tan pequeño que debes verlo a través de un microscopio), puede que sea una partícula que empezó como meteoroide cometario, o quizá un meteoroide asteroidal muy pequeño.

Los micrometeoritos son tan pequeños que no crean fricción suficiente como para quemarse o desintegrarse en la atmósfera, por eso se filtran lentamente hasta llegar al suelo. Es probable que tengas una o dos motas de este polvo espacial en el pelo en este instante, pero el polvo es prácticamente imposible de identificar porque se pierde entre los millones de partículas microscópicas de tu cabeza (sin ánimo de ofender).

Los científicos obtienen micrometeoritos enviando placas de recolección ultralimpias en aviones reactores que vuelan a gran altitud. Y también arrastran rastrillos imantados que recogen micrometeoritos de hierro a través del barro del fondo marino.

El 2 de enero de 2004, la sonda espacial Stardust de la NASA pasó cerca del cometa Wild-2 (un cometa que pasa por la órbita de Marte aproximadamente una vez cada seis años y es bastante fácil de alcanzar con una sonda) y recogió cierta cantidad de polvo de cometa. La sonda acabó su “viaje salvaje” expulsando una cápsula que contenía el polvo que había recogido. Cayó en paracaídas en Utah el 15 de enero de 2006. Un equipo de doscientos científicos analizó las minúsculas partículas. Descubrieron que algunas partículas de polvo procedían de otras estrellas, pero que la mayoría se formaban cerca del Sol, algunas incluso tan cerca que “hacía tanto calor que hubieran evaporado los ladrillos”, en palabras del científico de Stardust Donald Brownlee. La sonda, rebautizada como Stardust-NeXT, siguió volando para fotografiar el cometa Tempel 1 el 14 de febrero de 2011. Puedes ver muchas de las fotografías que se tomaron en la web http://stardustnext.jpl.nasa.gov/mul timedia/tempel1_images.html.

consejo.pngSi quieres obtener información fiable sobre cómo observar y registrar meteoros y cómo informar de alguno, visita el apartado “Meteor” de la web de la Asociación Astronómica Británica, www.britastro.org/meteor. La NAMN (Red de Meteoros de Norteamérica) también es un buen recurso. Proporciona una guía para principiantes sobre cómo observar meteoros, unos formularios para presentar tus recuentos de meteoros y otros especiales para informar sobre bolas de fuego. Visita su sitio web www.namnmeteors.org. Mientras navegas por internet, visita la página de la IMO (Organización Internacional de Meteoros), www.imo.net, para ver qué ofrecen.

Cómo ver meteoros, bolas de fuego y bólidos esporádicos

Cuando estás al aire libre en una noche oscura y ves una “estrella fugaz” (el destello de luz de un meteoroide que cae al azar), probablemente estés viendo un meteoro esporádico. En cambio, si hay muchos meteoros y parece que todos lleguen del mismo sitio entre las estrellas, estás presenciando una lluvia de meteoros. Las lluvias de meteoros son de las visiones más agradables del cielo y les dedico el siguiente apartado de este capítulo.

Un meteoro que brilla de una forma deslumbrante es una bola de fuego. A pesar de que una bola de fuego no tenga una definición oficial, muchos astrónomos consideran que un meteoro que parece más brillante que Venus es una bola de fuego. Sin embargo, Venus puede que no sea visible en el momento en el que ves el meteoro. Entonces, ¿cómo puedes saber si estás viendo una bola de fuego?

telescopi.pngÉsta es la regla que sigo para identificar bolas de fuego: si la gente que ve el meteoro de frente exclama “Oh” y “Ah” (todo el mundo tiende a gritar cuando ve un meteoro brillante), el meteoro quizá sea solamente brillante. En cambio, si la gente que está mirando hacia otro lado ve un brillo momentáneo en el cielo o en el suelo que les rodea, entonces, es una bola de fuego. Para parafrasear una antigua canción de Dean Martin: “Si el meteoro te da en el ojo como una gran pizza, ¡es una bola de fuego!”

Las bolas de fuego no son un fenómeno extraño. Si observas el cielo regularmente en noches oscuras durante varias horas, quizá veas una bola de fuego unas dos veces al año. Lo poco habitual es ver bolas de fuego diurnas. Si el Sol luce en el cielo y ves una bola de fuego, has tenido suerte, significa que has visto una bola de fuego tremendamente brillante. Cuando los no científicos ven bolas de fuego diurnas, casi siempre las confunden con aviones o misiles ardiendo y que están a punto de estrellarse.

telescopi.pngCualquier bola de fuego muy brillante (que se acerca al brillo de la media luna o más brillante todavía) o cualquier bola de fuego diurna implica la posibilidad de que el meteoroide que produce esa luz llegue al suelo. Los meteoritos que acaban de caer suelen tener un valor científico considerable, incluso bastante valor económico. Si ves una bola de fuego que encaja con esta descripción, anota la siguiente información para que tus datos puedan ayudar a los científicos a encontrar el meteorito y determinar de dónde venía:

  1. Apunta la hora, según tu reloj.

    En cuanto puedas, comprueba si tu reloj se atrasa o se adelanta comparándolo con una fuente que indique la hora exacta, como el reloj del Observatorio Naval de Estados Unidos, que puedes consultar en http://tycho.usno.navy.mil/what.html.

  2. Registra dónde estás exactamente.

    Si tienes un GPS a mano, comprueba tu situación. Si no, haz un dibujo para mostrar en qué punto te encontrabas cuando viste la bola de fuego: anota carreteras, edificios, árboles grandes o cualquier otro punto de referencia.

  3. Haz un dibujo del cielo en el que se vea el rastro de la bola de fuego respecto al horizonte tal y como lo viste tú.

    Incluso aunque no estés seguro de si mirabas al sureste o al nortenoroeste, el dibujo de tu ubicación y del rastro de la bola de fuego ayuda a los científicos a determinar la trayectoria de la bola de fuego y dónde puede que haya aterrizado el meteoroide.

Tras la aparición de una bola de fuego diurna o nocturna muy brillante, los científicos buscan testigos oculares. Recogen la información y, comparando los datos de quienes vieron la bola de fuego desde distintos puntos, pueden acotar la zona en la que es más probable que cayera. Una bola de fuego brillante puede que sólo sea del tamaño de una piedra pequeña, es decir, que cabría en la palma de tu mano, así que los científicos deben acotar la zona de búsqueda para tener una probabilidad razonable de encontrarla. Si después de observar una bola de fuego, no encuentras ningún anuncio en el que se pida información, es probable que el planetario o el museo de historia natural más cercano acepten tu informe y sepan dónde enviarlo.

Un bólido es una bola de fuego que explota o produce un fuerte ruido incluso aunque no se haga pedazos. Como mínimo, así lo defino yo. Hay personas que utilizan bólido como sinónimo de bola de fuego (no encontrarás un acuerdo oficial sobre este término; hay distintas definiciones incluso en las fuentes más acreditadas). El ruido que oyes es el estampido sónico del meteoroide, que cae a través del aire superando la velocidad del sonido.

Cuando la bola de fuego se hace añicos, ves dos o más meteoros brillantes al mismo tiempo, muy cerca el uno del otro y que van en la misma dirección. El meteoroide que produce la bola de fuego probablemente se ha fragmentado por fuerzas aerodinámicas, igual que un avión que cae desde una altitud elevada a veces se hace pedazos aunque no haya explotado.

A menudo, un meteoro brillante deja atrás un rastro luminoso. El meteoro dura unos segundos o menos, pero el rastro que resplandece (la llamada estela del meteoro) puede persistir durante muchos segundos, incluso minutos. Si dura lo suficiente, se distorsiona por los vientos de la alta atmósfera, igual que el viento deforma poco a poco el mensaje publicitario que lanza un avión por encima de una playa o un estadio.

telescopi.pngVerás más meteoros después de las 12 de la noche que antes, porque a partir de medianoche y hasta el mediodía estás en el lado de delante de la Tierra, donde nuestro planeta se zambulle en el espacio y barre los meteoroides. Desde las 12 del mediodía hasta la medianoche, estás en el lado posterior, y los meteoroides tienen que alcanzarnos para entrar en la atmósfera y hacerse visibles. Los meteoros son como bichos que manchan tu parabrisas: cuando vas por la autopista tienes muchos más en el parabrisas delantero que en el trasero porque el de delante va en dirección a los bichos y el de detrás, se aleja de ellos.

Una visión radiante: las lluvias de meteoros

En general, sólo se puede ver un número reducido de meteoros por hora, más después de la medianoche que antes y más en otoño que en primavera (para los observadores del hemisferio norte). En algunos momentos concretos del año se pueden ver diez, veinte o incluso más de cincuenta meteoros por hora en un cielo oscuro, sin Luna, lejos de las luces de la ciudad. Este tipo de fenómeno se conoce como lluvia de meteoros, cuando la Tierra atraviesa un gran anillo de miles de millones de meteoroides que se extienden a lo largo de toda la órbita del cometa que los ha arrojado. (Comento los cometas en detalle más adelante en este capítulo.) La figura 4-1 ilustra el fenómeno de una lluvia de meteoros.

La dirección en el espacio o el lugar en el cielo de donde parece proceder una lluvia de meteoros recibe el nombre de radiante. La lluvia de meteoros más famosa es la de las Perseidas, que, en su punto máximo, produce hasta ochenta meteoros por hora. (Las Perseidas reciben ese nombre porque parecen salir disparadas a través del cielo desde la constelación Perseo, el Héroe, su radiante. En general, las lluvias de meteoros se llaman así en honor a constelaciones o estrellas brillantes cerca de sus radiantes (como Eta Aquarii). Las Perseidas reciben también el nombre de Lágrimas de San Lorenzo, ya que su máximo de actividad es próximo al 10 de agosto, festividad de este santo.

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Figura 4-1:

Cuando el camino de la Tierra cruza un cinturón de meteoroides crea una lluvia de meteoros

Hay otras lluvias de meteoros que producen tantos destellos de luz como las Perseidas, pero pocas personas se dedican a observarlas. Las Perseidas aparecen en noches agradables de agosto, momentos que invitan más a la observación del cielo. En cambio, otras lluvias de meteoros importantes como las Gemínidas y las Cuadrántidas, surcan el cielo en diciembre y enero, respectivamente, cuando el tiempo empeora en el hemisferio norte y las ambiciones de los observadores son limitadas.

En la tabla 4-1 te presento una lista de las principales lluvias de meteoros anuales. Las fechas de la tabla corresponden a las noches en las que estas lluvias suelen alcanzar su punto máximo. Algunas duran varios días, otras semanas, aunque no todos los días son de máxima actividad. En cambio, las Cuadrántidas pueden durar una noche o unas horas.

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El radiante de las Cuadrántidas está en la esquina noreste de la constelación Bootes (Pastor de bueyes). Los meteoros se llaman así en honor a una constelación que aparecía en los mapas estelares del siglo XIX y que los astrónomos ya no reconocen de forma oficial. Además de perder su constelación homónima, las Cuadrántidas parecen haber perdido el cometa que las generó. Su origen fue un misterio hasta el año 2003, cuando el astrónomo Petrus Jenniskens descubrió que un objeto denominado 2003 EH1 podría ser su cometa de origen.

Las Gemínidas son una lluvia de meteoros que parece estar asociada con la órbita de un asteroide, no con un cometa. De todas formas, el “asteroide” probablemente sea un cometa muerto, que ya no arroja bocanadas de gas y polvo para formar una cabeza y una cola. El objeto 2003 EH1, el origen probable de las Cuadrántidas, puede que también sea un cometa muerto (hablaré de los cometas en el siguiente apartado).

Las Leónidas son una lluvia de meteoros poco común que aparece cada año hacia el 17 de noviembre, y normalmente no es muy destacable. En cambio, cada treinta y tres años, hay muchos más meteoros de lo habitual, quizá durante varios noviembres sucesivos. En noviembre de 1966 en algunos puntos de la Tierra se vio un número enorme de Leónidas, y de nuevo en noviembre de 1999, 2000, 2001 y 2002, como mínimo, durante breves períodos. Se espera que el próximo gran espectáculo llegue en el año 2032.

Prácticamente nunca verás el número de meteoros por hora que he anotado en la tabla 4-1. Los índices oficiales de meteoros se definen para condiciones de observación excepcionales, algo de lo que pocas personas pueden gozar. Sin embargo, las lluvias de meteoros varían de año en año, igual que las precipitaciones. A veces, la gente ve ochenta Perseidas, en contadas ocasiones, ven más de las esperadas. Estas variaciones son el motivo por el cual el registro preciso de tus recuentos de meteoros pueden ser útiles para los registros científicos.

¿Vives al sur del Ecuador? Comprueba la lista de lluvias de meteoros visibles desde el hemisferio sur en la web de la Real Sociedad Astronómica de Nueva Zelanda (RASNZ), www.rasnz.org.nz/Meteors/ Meteors.htm.

Para hacer un seguimiento de los meteoros necesitas un reloj, un cuaderno, un bolígrafo o lápiz para anotar tus observaciones y una linterna de luz tenue para ver lo que escribes.

consejo.pngLa mejor luz para las observaciones astronómicas es una linterna roja. Puedes comprarla, pero también te la puedes hacer con una linterna normal envolviendo la lámpara con papel de celofán rojo. Algunos astrónomos pintan la lámpara con una fina capa de esmalte de uñas rojo. Si utilizas luz blanca, te deslumbrará y no te permitirá ver las estrellas y los meteoros más tenues durante entre diez y treinta minutos, en función de las circunstancias. La adaptación a la oscuridad es el proceso por el cual dejas que tu visión se ajuste a la oscuridad y es un paso que querrás dar cada vez que observes el cielo nocturno.

telescopi.pngLa mejor forma de observar y contar meteoros es tumbarte en una hamaca (también puedes estirarte con una sábana y una almohada, pero entonces es más probable que te duermas y te pierdas la mejor parte del espectáculo). Inclina la cabeza para mirar ligeramente por encima del punto a mitad de camino entre el horizonte y el cénit (consulta la figura 4-2); ésa es la dirección óptima para contar meteoros. Toma notas a mano o utiliza la aplicación Meteor Counter de la NASA (que describo más adelante). ¡Y recuerda llevarte termos de café, té o cacao caliente!

No es necesario que estés frente al radiante cuando observes la lluvia de meteoros, a pesar de que mucha gente lo haga. Los meteoros pasan por todo el cielo y sus caminos visibles pueden empezar y acabar lejos del radiante. Si extrapolas visualmente las trayectorias de los meteoros hacia la dirección desde la que parecen venir, verás que dichas trayectorias apuntan al radiante. Si identificas un radiante así, podrás diferenciar un meteoro que forma parte de una lluvia, de otro que sea esporádico.

En cambio, si estás frente al radiante, verás algunos meteoros que parecen tener caminos muy cortos, aunque parezcan bastante brillantes. Las trayectorias parecen cortas porque los meteoros llegan casi hasta ti. Por suerte, los meteoroides de las lluvias son microscópicos y no llegarán al suelo.

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Figura 4-2:

Levanta la cabeza hasta medio camino entre el horizonte y el cénit para obtener una óptima observación de meteoros

Cómo informar de meteoros a la NASA

Puedes ayudar a la NASA informando sobre los meteoros que veas. Basta con que descargues la aplicación Meteor Counter de la NASA para tu smartphone o tablet y ya está. En www.meteorcounter.com puedes acceder a la descarga gratuita, junto con sus sencillas instrucciones. La aplicación Meteor Counter muestra una serie de rectángulos verticales que se parecen a las teclas blancas de un piano. Cada “tecla” representa distintas magnitudes (el brillo). Pulsa la tecla que más se parezca a la magnitud del meteoro que ves. Incluso puedes activar un grabador de voz de la aplicación para guardar comentarios como “Ese meteoro se ha roto en dos partes” o “Parece verde”. Cada cierto tiempo, tu teléfono o tablet envía tus observaciones a la NASA, igual que una sonda espacial transmite datos a la Tierra de vez en cuando.

Si necesitas ayuda para valorar las magnitudes, consulta estas fuentes:

Sección de meteoros de la BAA (Asociación Astronómica Británica): Ofrece una pequeña tabla de objetos celestes que puedes comparar con un meteoro para valorar su magnitud. Visita www.britastro.org/meteor y haz clic en el enlace Observing Notes; la tabla está hacia el final del artículo.

visto.png NAMN (Red de Meteoros de Norteamérica): Ofrece cartas celestes gratuitas que puedes descargar en www.namnmeteors.org/charts.html. Utilízalas para comparar estrellas de varias magnitudes con los meteoros que observes. Te agradecerán que en tus notas de observación incluyas una estimación de la oscuridad del cielo. Simplemente, estima el brillo de las estrellas más tenues que puedas ver mientras observes. Cuanto más oscuro sea el cielo, más estrellas tenues serán visibles y más meteoros verás.

Cómo fotografiar meteoros y lluvias de meteoros

Puedes hacer fotos de meteoros con cámaras digitales o analógicas, pero fotografiarlos te obliga a tener una cámara bastante cara (las de tipo “apunta y dispara” no funcionan, salvo si da la casualidad de que puedes captar una bola de fuego brillante) y mucha experiencia de prueba y error hasta que domines la técnica. Independientemente del método que elijas, pon en práctica estas reglas:

visto.png Observa desde el punto más oscuro posible, lejos de la iluminación de la ciudad.

visto.png Intenta hacer fotos de meteoros cuando la Luna esté bajo el horizonte.

visto.png Utiliza un trípode para que la cámara no tiemble durante la exposición.

visto.png Utiliza un objetivo normal o un gran angular (los segundos son preferibles, ya que captarás más meteoros en una única foto) y fíjalo en infinito. No utilices teleobjetivo.

visto.png Utiliza un disparador con cable para controlar el obturador de la cámara sin moverla.

visto.png Apunta la cámara más o menos a medio camino entre el horizonte y el cénit, o un poco más arriba, hacia cualquier dirección del cielo con el menor resplandor posible de luces artificiales.

Cuando hagas fotografías de meteoros con una cámara analógica, sigue estos consejos:

visto.png Utiliza película de color o blanco y negro con una sensibilidad ISO 400.

visto.png Utiliza un objetivo que tenga una apertura de f/5,6 o menos y fíjalo en la f/ más baja.

visto.png Ajusta la cámara en el modo tiempo de exposición, preferiblemente utilizando la opción bulb si tu obturador tiene esa función. Tiempo de exposición significa que pulsas el cable del disparador una vez para iniciar la exposición y vuelves a pulsarlo para que acabe.

visto.png Haz una exposición de entre diez y quince minutos, después otra, y repite el proceso durante una hora o dos. Cuando reveles la película, quizá veas que has captado una o más imágenes de meteoros. Excepción: si una bola de fuego pasa a través de la zona del cielo que está viendo la cámara, finaliza la exposición inmediatamente y anota el tiempo. Puede que tengas una importante imagen del rastro de una bola de fuego, y no necesitas alargar la exposición, pues la bola de fuego ya se habrá ido.

visto.png Cuando lleves el carrete a revelar, pide al profesional que “revele todos los negativos”. Los laboratorios de revelado no suelen revelar negativos astronómicos porque algunas tomas parecen exposiciones malas para alguien que no sea astrónomo.

Cuando hagas fotografías de meteoros con una cámara digital, recuerda estos consejos:

visto.png Utiliza una cámara réflex de lente única (DSLR) que te permita regular el tiempo de exposición.

visto.png Dedica un rato a realizar exposiciones de prueba para determinar qué parámetros deberás utilizar esa noche en concreto (los parámetros varían en función de lo brillante que esté el cielo). Haz varias exposiciones de diez, veinte y treinta segundos para determinar cuánto tiempo puedes dejar que dure una exposición sin sobreexponer la fotografía a la luz del cielo (cuanto más dure, mejor). Quizá debas repetir esta serie de exposiciones de tiempo para cada uno de los dos o tres parámetros ISO. (Con un parámetro ISO mayor, puedes registrar meteoros más tenues, lo que implica más meteoros, pero con los parámetros ISO mayores, el cielo se sobreexpone antes, así que no puedes hacer exposiciones muy largas). Con la experiencia, aprenderás a encontrar el ISO y tiempo de exposición que funcionan mejor con tus objetivos en el lugar donde estés observando.

Puedes fotografiar meteoros esporádicos siguiendo las instrucciones anteriores, pero en una noche cualquiera no podrás captar muchos meteoros esporádicos. En cambio, cuando se produce una lluvia de meteoros, tienes la oportunidad de fotografiar más meteoros, siempre y cuando la Luna no esté en el cielo. Con la luz de la Luna, captarás menos meteoros, incluso ninguno. Cuando hagas fotos a una lluvia de meteoros, tanto con una cámara analógica como con una digital, haz la foto cuando el radiante de la lluvia (la constelación desde la que parece proceder la lluvia de meteoros) esté muy por encima del horizonte, preferiblemente a más de 40°. El horizonte está a 0° de altitud, y el cénit (el punto más alto del cielo) a 90°, por lo tanto, el punto a medio camino entre ambos está a 45°; dos terceras partes del camino están a 60°, y así sucesivamente.

Cometas: toda la verdad sobre las bolas de hielo sucio

Los cometas son enormes masas amorfas de hielo y polvo que se desplazan lentamente a través del cielo y que parecen bolas borrosas que arrastran velos gaseosos. Son visitantes populares de las profundidades del Sistema Solar. Siempre despiertan interés. Cada setenta y cinco o setenta y siete años, la bola de hielo más famosa, el cometa Halley, vuelve a nuestra zona del universo. Si te perdiste su aparición en 1986, ¡vuélvelo a intentar en el año 2061! Hasta que llegue el Halley, puedes ver otros cometas interesantes. A menudo, un cometa menos famoso, como el Hale-Bopp, que pasó en 1997, es mucho más brillante que el Halley.

consejo.pngMuchas personas confunden los meteoros y los cometas, pero es fácil distinguirlos si se tienen en cuenta estos criterios:

visto.png Un meteoro dura segundos; en cambio, un cometa es visible durante días, semanas o incluso meses.

visto.png Los meteoros surcan el cielo cuando caen desde lo alto, a unos 160 kilómetros del observador. Los cometas se arrastran a través del cielo a distancias de muchos millones de kilómetros.

visto.png Los meteoros son habituales, mientras que los cometas que se pueden ver a simple vista aparecen, de media, menos de una vez al año.

Los astrónomos creen que los cometas nacieron en la zona próxima a los planetas exteriores, empezando cerca de la órbita de Júpiter y extendiéndose más allá de Neptuno. Los cometas cerca de Júpiter y Saturno se veían cada vez más afectados por la gravedad de esos potentes planetas y fueron arrojados lejos en el espacio, donde llenaron una zona enorme y esférica mucho más allá de Plutón (la Nube de Oort), que se extiende a unas 10.000 ua del Sol. (En el capítulo 1 defino ua, o unidad astronómica, como la distancia equivalente a unos 150 millones de kilómetros.) Otros cometas salieron despedidos, y aun otros se formaron y continúan en el Cinturón de Kuiper (consulta el capítulo 9), una zona que empieza alrededor de la órbita de Neptuno y continúa hasta una distancia de unas 50 ua del Sol, o unas 10 ua más allá de Plutón. Las estrellas que pasan de vez en cuando perturban estas zonas y envían cometas hacia nuevas órbitas que les pueden acercar a la Tierra y al Sol, donde podemos verlos.

En los siguientes apartados comento la estructura de un cometa, cometas famosos a través de la historia y los métodos que puedes utilizar para ver cometas.

La estructura de un cometa

Un cometa es un conglomerado compuesto por hielo, gases helados (como los hielos de monóxido y dióxido de carbono) y partículas sólidas (el polvo o “suciedad” que muestra la figura 4-3). A lo largo de la historia, los astrónomos han afirmado que los cometas tienen cabeza, y cola o colas, pero, con investigaciones adicionales, han podido esclarecer la naturaleza de la estructura de un cometa.

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Figura 4-3:

En realidad, un cometa no es más que una bola de hielo sucia

El núcleo

Al principio, los astrónomos llamaron núcleo al punto de luz brillante de la cabeza de un cometa. Hoy en día sabemos que el núcleo es el verdadero cometa, es decir, la denominada “bola de hielo sucia”. Las demás características de un cometa sólo son emanaciones que proceden del núcleo.

Un cometa que está lejos del Sol es solamente el núcleo, no tiene cabeza ni cola. La bola de hielo puede ser de docenas de kilómetros de diámetro o de 1 kilómetro o 2. Ese tamaño es bastante pequeño según los criterios astronómicos, y, como el núcleo sólo brilla por la luz reflejada por el Sol, un cometa distante es tenue y difícil de encontrar.

Las imágenes del núcleo del cometa Halley desde una sonda de la Agencia Espacial Europea que pasó muy cerca de éste en 1986 muestran que la rodante bola de hielo con grumos tiene una corteza oscura, como ese postre de los restaurantes elegantes llamado tartufo que consta de bolas de helado de vainilla con capas de chocolate. Los cometas no son tan sabrosos como el tartufo (al menos eso creo), pero son un festín para los ojos. Por todo el núcleo del cometa Halley, la sonda fotografió columnas de gas y polvo procedentes de conductos parecidos a los de un géiser o agujeros pulverizados en el espacio en los que el Sol apenas ha calentado la superficie. ¡Menuda corteza! En 2004, la sonda Stardust de la NASA consiguió primeros planos del núcleo del cometa Wild-2. Este núcleo parece tener cráteres de impacto y está marcado con lo que podrían ser pináculos de hielo. Ésa es la cruda realidad.

La cabeza

A medida que un cometa se acerca al Sol, el calor solar vaporiza cada vez más gas helado y lo impulsa hacia el espacio, barriendo también algo de polvo. El gas y el polvo forman una nube brumosa y brillante alrededor del núcleo llamada cabeza (término latín que significa ‘cabellera’). Prácticamente todo el mundo confunde la coma con la cabeza del cometa, pero si se habla con conocimiento de causa, la cabeza está formada por la coma y por el núcleo.

El brillo de la coma de un cometa es, en parte, la luz del Sol reflejada por millones de minúsculas partículas de polvo y, en parte, emisiones de luz tenue de átomos y moléculas de la coma.

Historia de dos colas

El polvo y el gas de la cabeza de un cometa están sujetos a fuerzas inquietantes que pueden producir la cola o las colas de un cometa: la cola de polvo y la cola de plasma.

La presión de la luz solar empuja las partículas de polvo en dirección opuesta al Sol (consulta la figura 4-4), lo que produce la cola de polvo del cometa. Esta cola de polvo brilla por la luz reflejada del Sol y tiene las siguientes características:

visto.png Apariencia suave, a veces ligeramente curva.

visto.png Color amarillo claro.

El otro tipo de cola de cometa es la cola de plasma (también recibe el nombre de cola iónica o cola de gas). Parte del gas de la coma se ioniza, o carga eléctricamente, cuando es golpeada por la luz ultravioleta del Sol. En ese estado, los gases están sujetos a la presión del viento solar, un flujo invisible de electrones y protones que va hacia el espacio desde el Sol (consulta el capítulo 10). El viento solar empuja el gas cometario electrificado en una dirección más o menos opuesta a la dirección del Sol, y así se forma la cola de plasma del cometa. La cola de plasma es como una manga de viento: a los astrónomos que ven el cometa desde la distancia les muestra en qué dirección sopla el viento solar en el punto del espacio donde se encuentra el cometa.

A diferencia de lo que ocurre con la cola de polvo, la cola de plasma de un cometa tiene:

visto.png Una apariencia fibrosa, a veces retorcida o incluso rota.

visto.png Color azul.

En ocasiones, parte de la cola de plasma se separa del cometa y vuela hacia el espacio. Entonces, el cometa forma una nueva cola de plasma, de forma parecida a un lagarto al que le crece una cola nueva cuando pierde la primera. Las colas de un cometa pueden ser de millones hasta de cientos de millones de kilómetros de largo.

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Figura 4-4:

La cola de un cometa apunta en dirección opuesta al Sol

Cuando un cometa se dirige hacia el Sol, su cola o colas van detrás. Cuando el cometa gira en torno al Sol y vuelve a dirigirse hacia el Sistema Solar exterior, la cola continúa en dirección opuesta al Sol, por lo que entonces el cometa sigue a su cola. El cometa se comporta respecto al Sol como los antiguos cortesanos respecto a su emperador: nunca dan la espalda a su señor. El cometa de la figura 4-4 podría estar yendo en el sentido de las agujas del reloj o en el sentido contrario, pero, en cualquier caso, la cola siempre apunta en dirección opuesta al Sol.

La cabeza y las colas de un cometa sólo son señales de una muerte anunciada. El gas y el polvo que arroja el núcleo para formar la coma y las colas, el cometa los pierde para siempre, es decir, desaparecen. Cuando el cometa viaja más allá de la órbita de Júpiter, de donde proceden la mayoría de los cometas, vuelve a estar formado por el núcleo desnudo. Y el núcleo es un poco más pequeño, debido al gas y el polvo que ha perdido. Puede que algún día el polvo del cometa produzca una lluvia de meteoros si cruza la órbita de la Tierra (ya he comentado este punto más arriba).

¿Repasamos el tema de la cabeza?

La primera regla de la observación es ¡sal de la ciudad! Aunque el núcleo de un cometa pueda ser de 5 o 10 kilómetros de diámetro, la coma que se forma a su alrededor puede llegar a ser de decenas de miles de kilómetros o incluso cientos de miles de kilómetros de ancho. Los gases se expanden como una bocanada de humo de un cigarro. Cuando se expanden, se disipan y se hacen menos visibles. Por eso, el tamaño de la coma de un cometa no sólo depende de cuántas cosas arroja el cometa, sino también de la sensibilidad del ojo humano, de la película fotográfica o del sensor de la cámara digital que utilices para observarlo. El tamaño aparente del coma también depende de la oscuridad del cielo en el que se ve. Un cometa brillante parece mucho más pequeño en el centro de la ciudad que en el campo porque, en el campo, el cielo está oscuro.

El Cometa Halley es un buen ejemplo del proceso de consumo. Cuando pasa cerca del Sol, el núcleo de este cometa disminuye como mínimo 1 metro cada setenta y cinco o setenta y siete años. En este momento, el núcleo tiene unos 10 kilómetros de diámetro (10.000 metros), lo que significa que el cometa Halley sobrevivirá unas mil órbitas más, o unos setecientos cincuenta mil años. El polvo arrojado por este famoso cometa provoca dos de las mayores lluvias de meteoros anuales, la Eta Aquarids y las Oriónidas, que aparecen en la tabla 4-1.

Espera a los “cometas del siglo”

Cada pocos años, un cometa es lo suficientemente brillante y está en tan buena posición en el cielo que lo puedes ver a simple vista o con unos prismáticos pequeños. No te puedo decir cuándo llegará un cometa así porque los únicos cometas que vuelven y cuyas visitas se pueden predecir con precisión son los pequeños, los cuales no son muy brillantes. Prácticamente todos los cometas brillantes y apasionantes se descubren, no se predicen.

El cometa Halley es el único cometa brillante cuyas visitas pueden predecir los astrónomos, pero no viene muy a menudo. Su aparición en 1910 se anunció ampliamente, y todo el mundo lo vio. Sin embargo, ese mismo año pasaron cometas incluso más brillantes, como el Gran Cometa de 1910, y ningún astrónomo predijo su llegada. Sigue mirando hacia arriba. Hojea las revistas de astronomía y visita las páginas web que aparecen al final de este apartado, donde encontrarás información sobre nuevos cometas y podrás seguir las instrucciones para observarlos. Con un poco de suerte, quizá seas la primera persona que ve un cometa nuevo y que informa de su existencia, en cuyo caso, la Unión Astronómica Internacional le pondrá tu nombre.

Cada cinco o diez años llega un cometa tan brillante que los astrónomos aseguran que será “el cometa del siglo”. La gente tiene poca memoria, pero, si no pierdes el interés, quizá puedas ver algún cometa magnífico:

visto.png En 1965, el cometa Ikeya-Seki fue visible a plena luz del día, cerca del Sol. Par verlo debías mantener el dedo pulgar en alto para bloquear el brillante disco solar. Nunca olvidaré aquella visión, ni mi pulgar quemado por el Sol.

visto.png En 1976, el cometa West fue visible a simple vista incluso en el cielo nocturno del centro de la ciudad de Los Ángeles, uno de los peores sitios que conozco para ver objetos celestes.

visto.png En 1983, el cometa IRAS-Iraki-Alcock se pudo ver a simple vista mientras cruzaba el cielo nocturno (la mayoría de los cometas se mueven tan despacio a través de las constelaciones que puede que tengas que esperar una hora o más para notar un cambio de posición).

visto.png En la década de 1990, los cometas brillantes Hyakutake y Hale-Bopp aparecieron de repente y los vieron millones de personas de todo el mundo.

visto.png En 2007, el cometa McNaught se convirtió en el cometa más brillante desde Ikeya-Seki (1965) y, al igual que el otro, fue visible durante el día.

visto.png En 2013 (año de la publicación de la edición en español de este libro) hay dos comentas visibles a simple vista. En marzo, el C/2011 L4 PanStarrs pudo observarse al atardecer, aunque con alguna dificultad. A finales de noviembre está prevista la visita del cometa C/2012 S1 ISON, que, si no se desintegra al pasar cerca del Sol, se espera que sea tan brillante como el McNaught o incluso más.

El siguiente gran cometa puede llegar en cualquier momento. Sigue buscando, ¡puede que lo descubras tú!

consejo.pngExisten muchísimas páginas web que ofrecen información sobre cometas visibles actualmente, así como fotografías de cometas tomadas por astrónomos aficionados o profesionales. Por lo general, los cometas actuales son demasiado tenues y sólo pueden verse con telescopios avanzados. Visita alguno de estos recursos para asegurarte de tener la información más actualizada sobre los cometas:

visto.png Comet Chasing ofrece información mensual sobre la visibilidad de los cometas para observadores de varias latitudes del mundo, desde 55° norte hasta 30° sur, en www.cometchasing.skyhound.com.

visto.png La página de Sky & Telescope ofrece consejos sobre cómo observar y fotografiar cometas en www.skyandtelescope.com/observing/objects/comets.

visto.png La Society for Popular Astronomy proporciona información y cartas celestes de cometas visibles desde el Reino Unido (y otros fenómenos celestes). Visita la página de noticias de su web www.popastro.com/news.

visto.png Southern Sky Watch, de Melbourne (Australia), proporciona información sobre cometas visibles desde Australia; consúltalo en http://home.mira.net/~reynella/skywatch/ssky.htm.

visto.png El sitio web Heavens-Above proporciona mapas de estrellas de los cometas actuales; visita www.heavens-above.com.

visto.png La página web del Minor Planet Center ofrece una amplia sección dedicada a los cometas, donde podrás encontrar su posición en el cielo día a día y su magnitud: www.minorplanetcenter.net.

A la caza del gran cometa

Encontrar un cometa no es difícil, pero puedes tardar años en encontrar el primero. El famoso cazador de cometas David Levy estudió sistemáticamente el cielo durante nueve años antes de encontrar su primer cometa. Desde entonces, ha encontrado veinte.

El mejor telescopio que se puede utilizar para buscar cometas es uno de focal corta o rápida, es decir, aquellos cuyas especificaciones del catálogo incluyen un número f bajo (como el número f del objetivo de una cámara) — f/5,6 o, mejor aún, f/4—. Utiliza un ocular de potencia baja, de 20x o 30x (consulta el capítulo 3). Si eliges el número f bajo y el aumento también bajo, con tu telescopio podrás ver una zona del cielo el máximo de grande (es lo que se conoce como observación de campo amplio). Los cometas brillantes que quizá descubras son escasos y llegan en muy pocas ocasiones, así que tendrás que buscar mucho para encontrarlos.

consejo.pngUn telescopio relativamente económico con el que empezar la caza de tu cometa es el refractor ecuatorial Orion ShortTube 80, que tiene una lente objetivo de 80 milímetros. Su óptica es buena, e incluye montura ecuatorial y trípode; con una relación focal de f/5,0 y oculares de gran campo, justo lo que necesitas para buscar cometas. Este instrumento cuesta unos 225 € en la web de Orion Telescopes & Binoculars, www.telescope.com. (Para obtener más información sobre telescopios y monturas, consulta el capítulo 3. En la figura 3-4 te muestro un refractor con su ocular y objetivo.)

Puedes buscar cometas desconocidos de dos formas: la forma fácil y la forma sistemática. Sigue leyendo para descubrir ambas técnicas y obtener información sobre cómo informar de la existencia de un cometa.

Cómo localizar cometas fácilmente

telescopi.pngLa forma fácil de buscar cometas consiste en no esforzarse demasiado. Basta con buscar zonas borrosas cuando observes las estrellas u otros objetos del cielo nocturno con tus prismáticos o con tu telescopio. Observa el cielo para detectar un punto borroso (no estrellas, que son puntos de luz nítidos si tus prismáticos están bien enfocados). Si localizas una zona borrosa, consulta tu atlas de estrellas para ver si en ese punto hay algo que se supone que debe tener ese aspecto, como una nebulosa o una galaxia. Si no encuentras nada en el atlas, puede que hayas dado con un cometa, pero antes de emocionarte, espera unas horas para comprobar si el posible cometa se mueve, en relación con las estrellas adyacentes. Si sale el Sol o las nubes se mueven en esa dirección y te tapan la vista, vuelve a mirar la noche siguiente. Si el objeto es un cometa, su posición habrá cambiado respecto a las estrellas. Y si el punto borroso es lo suficientemente brillante, puede que veas una cola, señal de que has encontrado un cometa.

Cómo localizar cometas de forma sistemática

La forma sistemática de buscar cometas se basa en el criterio de que, cuanto más oscuro esté el cielo y más brille el cometa, más fácilmente lo encontrarás. Los cometas que están más cerca del Sol son los más brillantes, pero el cielo está más oscuro lejos del Sol.

telescopi.pngPara encontrar un punto medio entre lo más lejos y lo más cerca del Sol, busca cometas al este antes de que amanezca en la parte del cielo que:

visto.png Esté como mínimo a 40° del Sol (bajo el horizonte).

visto.png No esté a más de 90° del Sol.

Recuerda que hay 360° alrededor del horizonte, por lo tanto, 90° es una cuarta parte del cielo.

Un software de planetario te puede ayudar a trazar las zonas de las constelaciones que cumplen las condiciones necesarias cualquier noche del año (consulta el capítulo 2 para obtener más información sobre estos programas). Evidentemente, puedes buscar cometas al oeste durante el anochecer siguiendo esas dos reglas sobre la distancia del Sol. Por mi experiencia te diré que los primeros “cometas” que descubras serán las estelas de aviones reactores, que reflejan los rayos del Sol a una altitud elevada, aunque el Sol se haya puesto allí donde estés.

Juega a bautizar objetos espaciales

Si descubres un cometa, la Unión Astronómica Internacional le pondrá tu nombre y posiblemente también el de otras dos personas que informen del mismo cometa de forma independiente.

Si descubres un meteoro, desaparecerá antes de que te dé tiempo de bautizarlo. Puedes gritar “¡José!”, pero no, el nombre no cuajará y puede que atraigas una atención no deseada. Los únicos meteoros que reciben un nombre son los más espectaculares, aquellos que ven miles de personas. Les ponen nombres como “Gran bola de fuego diurna del 10 de agosto de 1972”, pero no hay un procedimiento oficial sobre cómo bautizar a los meteoros.

Si descubres un meteorito, se llamará como la ciudad o zona donde lo viste. El meteorito pertenece al propietario de la tierra donde caiga, y si lo encuentras en tierra del gobierno de Estados Unidos, como un bosque o un parque nacional, va a la Smithsonian Institution.

Si descubres un asteroide, puedes recomendar que le asignen un nombre, pero no puede ser el tuyo. (Consulta el capítulo 7 para obtener más información sobre asteroides.)

telescopi.pngEmpieza en una esquina de la zona del cielo que tienes previsto examinar y, despacio, barre toda la zona con el telescopio. Muévelo suavemente arriba o abajo y examina la siguiente franja de cielo. Puedes hacer los barridos de izquierda a derecha, o adelante y atrás bustrofedónicamente (un término arcaico que hace referencia a arar un campo con bueyes; los bueyes aran el primer surco en una dirección y después vuelven cruzando el campo, arando en dirección opuesta).

Impresionarás más a tus amigos si les dices que has emprendido un proyecto de búsqueda bustrofedónica de cometas que si les cuentas directamente que has encontrado un cometa. Te subirá la moral (a no ser que tus amigos decidan lo contrario).

Cómo informar de un cometa

Cuando descubres un cometa, debes seguir las instrucciones que encontrarás en la web de la Oficina Central de Telegramas sobre Astronomía de la Unión Astronómica Internacional (que ya no usa telegramas, sino correos electrónicos) para informar de su existencia. El sitio web es www.cbat.eps.harvard.edu/index.html.

En la oficina central de la UAI no son bienvenidas las falsas alarmas, así que intenta que un amigo compruebe tu descubrimiento antes de difundir la noticia. Si el descubrimiento se comprueba, tú (en calidad de aficionado que ha descubierto un cometa) puede que reúnas los requisitos necesarios para obtener una recompensa del Edgar Wilson Award, tal como se describe en la web de la oficina central de la UAI.

De todas formas, aunque nunca descubras un cometa (la mayoría de los astrónomos nunca lo consiguen), puedes disfrutar de los cometas que encuentran otras personas.

Satélites artificiales: una relación amor-odio permanente

Un satélite artificial es un objeto que las personas construyen y lanzan al espacio, donde orbitará alrededor de la Tierra o de cualquier otro cuerpo celeste. Los satélites artificiales que orbitan alrededor de nuestro planeta nos muestran los fenómenos meteorológicos, controlan El Niño, emiten programas de televisión y montan guardia ante lanzamientos de misiles intercontinentales por parte de potencias hostiles. Además, pueden usarse en el campo de la astronomía.

El telescopio espacial Hubble es un satélite artificial que les encanta a los astrónomos. Les ofrece imágenes sin igual de las estrellas y las galaxias distantes y permite ver el universo con luz ultravioleta e infrarroja que, de otro modo, estaría bloqueada por las gruesas capas de la atmósfera terrestre. (Al cierre de esta edición, la NASA tiene previsto que el Hubble continúe en funcionamiento durante varios años, pero como máximo para el 2025, será retirado de su órbita y caerá al mar.)

Sin embargo, los satélites artificiales también pueden captar los rayos del Sol poniente o incluso de cuando ya se ha puesto. Al captar la luz del Sol, se convierten en puntos de luz que pueden moverse a través de la parte del cielo en la que el astrónomo está haciendo una fotografía de las estrellas tenues. Los astrónomos no aprecian esta interferencia. Peor aún, algunos satélites artificiales emiten en frecuencias de radio que interfieren con las antenas de radio que utilizan los astrónomos para recibir las emisiones de radio naturales del espacio. Las ondas de radio celestes puede que hayan viajado durante cinco mil millones años desde un quasar, o que hayan tardado cinco mil años en llegar a nosotros desde otro sistema solar de la Vía Láctea, posiblemente con un saludo de alienígenas benévolos que quieren enviarnos la cura para el cáncer. Pero cuando llegan esas ondas, el tono a todo todo volumen, y las modulaciones estridentes de un satélite que pasa por encima del observatorio interfieren con nuestra recepción. Puede que nunca sepamos qué noticias nos enviaban desde el planeta de los alienígenas.

Por eso, los astrónomos valoramos los satélites cuando hacen algo bueno por nosotros y los odiamos cuando interfieren con nuestras observaciones. Pero como no hay mal que por bien no venga, los aficionados a la astronomía se han convertido en entusiastas observadores y fotógrafos de satélites artificiales que pasan por encima de nuestras cabezas.

Observa el cielo para ver satélites artificiales

Cientos de satélites en funcionamiento orbitan alrededor de la Tierra, junto a miles de escombros espaciales en órbita: satélites que ya no funcionan, partes superiores de cohetes lanzados por satélite, piezas de satélites que se rompieron o explotaron y pequeños desconchones de pintura de satélites y cohetes.

Quizá puedas ver la luz reflejada por cualquiera de los satélites grandes y de los escombros espaciales. Un radar de defensa potente puede seguir incluso las piezas pequeñas.

La mejor forma de empezar a observar satélites artificiales es buscar los grandes (como la Estación Espacial Internacional de la NASA o el telescopio espacial Hubble), los brillantes y los que emiten destellos (las docenas de satélites de comunicación Iridium).

telescopi.pngBuscar un satélite artificial grande o brillante puede infundir tranquilidad al astrónomo principiante. A veces, las predicciones de cometas y lluvias de meteoros son erróneas, los cometas son más tenues de lo que esperas, y, a menudo, ves menos meteoros de los que se habían anunciado. Sin embargo, las predicciones de observaciones de satélites artificiales suelen ser certeras. Puedes sorprender a tus amigos llevándoles al aire libre a primera hora de una tarde clara, consultar el reloj y decir “Hum, la Estación Espacial Internacional tendría que pasar más o menos por ahí (y señalas hacia la derecha mientras lo dices) dentro de un minuto o dos”. Y, justo entonces, ¡pasa!

telescopi.png¿Quieres saber qué mirar? No hay problema. Éstas son algunas de las características que puedes buscar en satélites grandes y en satélites brillantes:

visto.png Un satélite grande, como el telescopio espacial Hubble o la Estación Espacial Internacional, suele aparecer por la tarde como un punto de luz que se mueve de forma constante y visible de oeste a este en la mitad oeste del cielo. Se mueve demasiado despacio para que lo confundas con un meteoro, y demasiado de prisa para ser un cometa. Puedes verlo a simple vista, así que no puede ser un asteroide (además, se mueve más de prisa que un asteroide).

En ocasiones, puedes confundir un avión reactor que vuele a una gran altitud con un satélite, pero usa los prismáticos. Si es un avión, tendrías que distinguir las luces de dirección o su silueta contra la tenue iluminación del cielo nocturno. Y si estás en un lugar tranquilo, quizá puedas oír el ruido del avión. Pero si es un satélite, no oirás nada.

visto.png Un satélite Iridium muestra unas características totalmente distintas: suele aparecer como un destello de luz en movimiento que alcanza un brillo notable y que, al cabo de varios segundos, se apaga. Se mueve mucho más despacio que un meteoro. Y una fulguración o destello de luz de un satélite Iridium a menudo es más brillante que Venus, cuyo brillo en el cielo nocturno sólo supera la Luna. El Sol, situado por debajo de tu horizonte, se refleja en una de las antenas planas del satélite. Son de aluminio, del tamaño de una puerta y provocan el destello de luz. En las fiestas de estrellas, la gente se entusiasma cuando ve fulguraciones de Iridium, como cuando ven una bola de fuego. También puedes ver fulguraciones de Iridium con luz diurna.

Además, ten en cuenta lo siguiente: existen más de sesenta satélites de Iridium en órbita. Interfieren con la astronomía y los astrónomos quieren que desaparezcan… pero, como mínimo, tienen un destello que nos entretiene.

Cómo encontrar predicciones para observar satélites

consejo.pngAlgunos periódicos y meteorólogos de la televisión ofrecen predicciones diarias u ocasionales para ver satélites en tu zona. Puedes obtener información más detallada consultando estos sitios web:

visto.png Para la Estación Espacial Internacional y el telescopio espacial Hubble, Sky & Telescope ofrece un programa de seguimiento de satélites en www.skyandtelescope.com/observing/objetos/javas cript/3304316.html. Cuando uses este programa, cambia los parámetros que aparecen por defecto para indicar tu latitud, longitud y huso horario.

visto.png Para satélites de comunicación Iridium, la web de Heavens-Above ofrece prácticas predicciones en www.heavens-above.com. Además, esta página web también proporciona predicciones para hacer observaciones de fulguraciones de Iridium durante el día.

visto.png Heavens-Above también es una buena fuente de información sobre cómo observar el telescopio espacial Hubble. Haz clic en el vínculo HST del apartado Satélites para conseguir una lista de observaciones para tu zona.

También puedes utilizar una aplicación para smartphone para localizar un satélite brillante:

visto.png Si tienes iPhone, utiliza Go Sat Watch.

visto.png Para teléfonos Android, utiliza Iridium Flares o Sky Junk.

Después de ver algunos satélites artificiales brillantes, intenta fotografiarlos. Sigue las instrucciones del apartado “Cómo fotografiar meteoros y lluvias de meteoros” que aparece en este capítulo. No recomiendo las cámaras digitales automáticas para hacer fotos de meteoros ni de satélites. Sólo la Estación Espacial Internacional quizá sea lo suficientemente brillante como para captarla con ese tipo de cámara.