La astronomía es el estudio del cielo, la ciencia de los objetos cósmicos y fenómenos celestes. Es nada menos que la investigación de la naturaleza del universo en el que vivimos. Para que avance la astronomía, los astrónomos observan y escuchan (en el caso de los radioastrónomos), utilizan telescopios de jardín, enormes instrumentos en observatorios y satélites que orbitan alrededor de la Tierra o que están en el espacio cerca de la Tierra o de otro cuerpo celeste, como la Luna o algún planeta. Los científicos envían telescopios en cohetes sonda y en globos no tripulados; algunos instrumentos se adentran en el Sistema Solar a bordo de sondas espaciales y algunas sondas recogen muestras para traerlas a la Tierra.
La astronomía puede ser una actividad profesional o de aficionados. En todo el mundo existen unos veinte mil astrónomos profesionales que se dedican a la ciencia espacial y se estima que hay alrededor de quinientos mil aficionados. Muchos de estos últimos pertenecen a clubes de astronomía de ámbito local o nacional de sus países.
Los astrónomos profesionales realizan investigaciones sobre el Sol y el Sistema Solar, la galaxia de la Vía Láctea y el universo que hay más allá. Enseñan en universidades, diseñan satélites en laboratorios del gobierno y trabajan en planetarios. También escriben libros, como éste (pero quizá no tan buenos). La mayoría de ellos están doctorados y hoy en día, como tantos estudian física abstrusa o trabajan con telescopios automatizados y que funcionan por control remoto, puede que ni siquiera conozcan las constelaciones.
Los aficionados a la astronomía conocen las constelaciones. Comparten una afición emocionante. Algunos observan las estrellas por su cuenta, y miles de ellos se apuntan a clubes de astronomía y a organizaciones de todo tipo. En el club, los veteranos transmiten su conocimiento a los nuevos, se comparten telescopios y equipos, y se celebran reuniones en las que los miembros comentan sus observaciones o asisten a conferencias impartidas por científicos visitantes.
Los aficionados a la astronomía también se reúnen para hacer observaciones. Cada uno lleva un telescopio, o utiliza el de otro observador. Los aficionados realizan sesiones a intervalos regulares (por ejemplo, el primer sábado de cada mes) o en ocasiones especiales (por ejemplo, en agosto, porque se va a producir una lluvia de meteoros o porque aparecerá un cometa brillante, como el Hale-Bopp). Y ahorran para presenciar fenómenos realmente grandiosos, como un eclipse total de Sol, cuando miles de aficionados y decenas de profesionales viajan por la Tierra para colocarse en el camino de la totalidad y ser testigos de uno de los mayores espectáculos de la naturaleza.
En este libro encontrarás todo lo que necesitas saber para lanzarte a la gran afición de la astronomía y la ayuda para comprender la ciencia básica del universo. Las últimas misiones espaciales tendrán más sentido para ti: entenderás por qué la NASA y otras organizaciones envían sondas espaciales a planetas como Saturno, por qué los vehículos robóticos de exploración aterrizan en Marte y por qué los científicos analizan muestras de polvo en la cola de los cometas. Sabrás por qué el telescopio espacial Hubble observa el espacio y cómo estar al día de otras misiones espaciales. Y cuando salgan los astrónomos en el periódico o en la televisión para presentar sus últimos descubrimientos (desde el espacio, desde los grandes telescopios de Arizona, Hawái, Chile y California; o desde radiotelescopios de Nuevo México, Puerto Rico, Australia u otros observatorios del mundo), comprenderás el contexto y valorarás las noticias. Incluso se las podrás explicar a tus amigos.
Lee las partes que quieras y en el orden que prefieras. Te explicaré lo que necesitas sobre la marcha. La astronomía es fascinante y divertida, así que sigue leyendo. Antes de darte cuenta, estarás señalando hacia Júpiter, viendo estrellas y constelaciones famosas y siguiendo la Estación Espacial Internacional cuando pase por el cielo como un rayo. Quizá los vecinos empiecen a llamarte “observador de estrellas”. Los policías quizá te pregunten qué haces en el parque de noche, por qué te has subido a la azotea o por qué llevas unos prismáticos en la mano. Diles que eres astrónomo. Seguro que nunca lo han oído (¡y espero que te crean!).
Para ayudarte a navegar por este libro mientras navegas por el espacio, te explicaré cuáles son las convenciones que he utilizado en él:
Cursiva para destacar palabras nuevas o poco comunes, que van acompañadas por su definición.
Negrita para indicar palabras clave en listas con puntos y la acción de los pasos numerados.
Courier Monotype, para que identifiques a simple vista las direcciones web.
Puedes saltarte los recuadros grises que aparecen a lo largo del libro; estas cajas contienen información interesante pero que no es esencial para que comprendas la astronomía. Lo mismo ocurre con cualquier texto que marco con el icono de Información técnica.
Quizá leas este libro porque quieres saber qué pasa en el cielo o qué hacen los científicos del programa espacial. Puede que hayas oído que la astronomía es una afición fantástica y quieras descubrir si lo que dicen es verdad. A lo mejor quieres saber qué equipo necesitas.
No eres científico. Simplemente, te ha hechizado el cielo de noche, disfrutas observándolo y quieres ver y comprender la verdadera belleza del universo.
Quieres observar las estrellas, pero también saber qué estás viendo. Quizá incluso quieras hacer algún descubrimiento. No tienes que ser astrónomo para descubrir un nuevo cometa, incluso puedes ayudar a escuchar a E. T. Sea cual sea tu objetivo, este libro te ayudará a conseguirlo.
A lo largo del libro, encontrarás iconos que destacan una información en particular, aunque sólo te indiquen que no es necesario que leas las partes complicadas. Aquí tienes el significado de cada símbolo.
La observación es la clave de la astronomía, y estos consejos te ayudarán a ser un profesional de la observación. Te ayudaré a descubrir técnicas y circunstancias para perfeccionar tu técnica de observación.
Este cerebrito aparece al lado de textos que te puedes saltar si sólo quieres conocer lo básico y empezar a observar el cielo. Puede estar bien tener un contexto científico, pero muchas personas son felices disfrutando de observar las estrellas sin conocer la física de las supernovas, las matemáticas utilizadas para la caza de galaxias ni los pormenores de la energía oscura.
Este icono con forma de diana te indica que aproveches información privilegiada cuando empieces a observar el cielo o cuando avances en tu afición.
¿Cuántos problemas te puedes encontrar al observar estrellas? No muchos, si tienes cuidado. Pero hay cosas en las que nunca se es demasiado prudente. Esta bomba te indica que prestes atención para no quemarte.
Puedes empezar donde quieras. ¿Te preocupa el destino del universo? Empieza por el Big Bang (consulta el capítulo 16 si realmente te interesa).
O quizá quieras comenzar por saber qué puedes esperar cuando se despierta esa pasión por las estrellas.
Da igual por dónde empieces, espero que continúes tu exploración cósmica y experimentes la alegría, la emoción y la fascinación que siempre ha encontrado el ser humano en el cielo.