[1] Véase el libro de J. von Uexküll Ideas para una concepción biológica del mundo, 1922. <<
[2] Así en la 1ª edición. (N. de la Ed.). <<
[3] Permítaseme, por excepción, un recuerdo personal. En 1912, invitado por la Sociedad de Matemática, di en el Ateneo una conferencia, donde pronosticaba que al siglo “evolucionista” y, por tanto, unitarista, seguiría una época de mayor atención a lo discontinuo y diferencial. En aquella fecha, y, claro está, sin que yo lo supiese, trabajaba Planck en su teoría de la “quanta”. En 1915 descubría Einstein su principio general de relatividad. En 1913 aparecía la obra de Uexküll, que he hecho recientemente traducir al castellano. En 1918 publica Spengler su libro histórico. En esos años adquiere el mendelismo un valor de doctrina clásica. En fin, la misma matemática, que era la matriz de la idea de continuidad, empieza a afirmar la necesidad de renunciar a ella y afianzarse en lo discontinuo. Las dos cabezas más geniales de matemáticos que hoy existen —Brouwer y Weyl— trabajan a estas horas en ello. Frente a esta masa gigante de ejemplares hechos intelectuales, los gestos de unitarismo utópico que veo hacer a algunos me parecen simplemente eso: gestos. <<
[4] La obra de Breyssig donde por vez primera formula estos conceptos es de 1905: Stufenbau und Gesetze der Weltgeschichte. <<
[a] En esta edición digital, esos grabados —que se verán en las páginas siguientes— fueron escaneados de un libro en papel muy deteriorado de la 2ª edición, de marzo de 1943, publicada por la Editorial Sudamericana. Entiéndase, pues, la poca calidad de las imágenes (N. del Ed. Dig.). <<
[b] Como ya se dijo en la nota anterior, en esta edición digital, esos grabados —que se verán en las páginas siguientes— fueron escaneados de un libro en papel muy deteriorado de la 2ª edición, de marzo de 1943, publicada por la Editorial Sudamericana. Entiéndase, pues, la poca calidad de las imágenes (N. del Ed. Dig.). <<