[1] Isidoro de Sevilla, prólogo a la Historia de los reyes godos.<<
[2] El conde don Julián es una figura de contornos mal definidos: parece que era el jefe de los cristianos bereberes Gumara establecidos en la región de Tánger y que había conseguido cierta independencia de los poderes dominantes en la zona del Estrecho, los visigodos a un lado y los bizantinos al otro. Otros autores creen que era godo y lo hacen gobernador de Ceuta o de Cádiz.<<
[3] Un antiguo romance sugiere que don Rodrigo se prendó de la inocente muchacha después de espiarla desnuda en el baño; según otra versión, habían intimado tanto que ella le sacaba aradores con un alfilerito de oro. El arador es el acaro que produce la sarna, padecimiento muy común en aquellos tiempos de precaria higiene.<<
[4] El lector advertirá que, en adelante, usaremos a menudo la palabra moro, en lugar de árabe o musulmán. Es más exacta y el término no tiene ninguna intención peyorativa. El historiador Antonio García Bellido, en su libro Veinticinco estampas de la España antigua (Espasa Carpe, Madrid, 1967), precisa: «árabes en sentido estricto son los semitas de Arabia, de los que muy pocos llegaron a España. […] moros son las gentes del norte de África. La voz moro es, pues, más exacta y más antigua para nosotros. Los griegos llamaban ya moros (mauroi) a los habitantes de Marruecos». En latín maurus es oscuro de piel. El árabe auténtico no era precisamente moreno; tenía el cabello azafranado y la piel rubicunda y pecosa. Lo que ocurre es que cuando conquistó el norte de África y Mesopotamia, se mezcló con otros pueblos más numerosos de tez oscura. Éstos son los que actualmente se hacen llamar árabes debido a que profesan la religión islámica y hablan el idioma de sus antiguos conquistadores.<<
[5] «No será quitada la profecía de Judá hasta que venga Siloh, y a él se congregarán los pueblos»(Génesis, 49,1-10).<<
[6] El matrimonio tuvo cuatro hijas, de las que solo una, Fátima, casada con Alí, sobrino de Mahoma, le dio descendencia.<<
[7] Sura 96, aleyas 1 y 2.<<
[8] Son los grandes personajes de la Biblia que para el islam gozan de la consideración de profetas, o sea, receptores de los mensajes que Allah envía a través de sus ángeles.<<
[9] (Cuando reviso estas líneas) [29 de abril de 2007] la noticia del día es la explosión en Karbala de una furgoneta cargada de explosivos y tripulada por un suicida de la secta contraria que ha provocado más de cincuenta muertos.<<
[10] El islam reconoce la existencia de gran cantidad de ángeles. Cada persona tiene dos ángeles de la guarda: uno anota sus buenas acciones y otro las malas con destino al día del Juicio Final. Ocho ángeles sostienen el trono de Allah y diecinueve se encargan del Infierno.<<
[11] Tras el día del Juicio, los justos ingresan en el Paraíso, un lugar idílico con verdes prados y frescas arboledas recorridas por arroyos cristalinos. El buen musulmán disfrutará allí de todas las comodidades: mujeres hermosas y vírgenes, canapés bordados en seda, bebidas exquisitas, frutas y manjares. Por el contrario, el condenado al infierno sufrirá el fuego eterno, le darán a beber agua hirviendo, comerá los repugnantes frutos del árbol zaqqum y sufrirá refinados tormentos por toda la eternidad.<<
[12] The Oxford Dictionary of Islam, «Yihad», Oxford University Press, 2003, págs. 243-244.<<
[13] Eric Santoni, El islam, Acento, Madrid, 1994.<<
[14] Amir Taheri, Holy Terror. Ed. Adler & Adler, Londres, 1987, pág. 226.<<
[15] Se exceptúan los enfermos, las mujeres lactantes o embarazadas y los viajeros.<<
[16] En este sentido hemos de consignar que las autoridades están tomando medidas para corregir la anomalía. Si en 1990, los peregrinos aplastados ascendieron a 1.426; en 2004, la cifra de creyentes muertos se rebajó a 251; y en 2006, a solo 67.<<
[17] Para los sunnitas este orden de las suras lo dictó el propio arcángel Gabriel y es el más lógico para servir a los proyectos divinos.<<
[18] «Perezcan las manos de Abu Lahab. Perezca él. Ni sus propiedades ni sus mercancías le servirán para nada. Arderá en un fuego vivo, junto con su mujer la acarreadora de leña, a su cuello una soga trenza da» (Sura 111:1-5).<<
[19] Para los legisladores occidentales, que se basan en la tradición francesa, opinar sobre las religiones es un derecho elemental de todos los ciudadanos y un deber para los más preparados. Sobre el islam han escrito, para condenarlo, entre otros, Montaigne (Ensayos, II, 12); Pierre Charron (Tratado de las tres verdades, II, 11); Pascal (Pensamientos, sección IX, 597-598); Spinoza (Carta n.° 43 a Jean Oosten); Voltaire (Mahomet); Schopenhauer (Suplemento a El mundo como voluntad y como representación, capítulo 27); Claude Lévi-Strauss (Tristes trópicos, 9.a parte, c. 39 y 40) y Dante (en el Infierno de la Divina Comedia).<<
[20] Hume, Enquiñes: Concerning the Human Understanding and Concerning the Principies of Moráis. Oxford University Press, Oxford, 1966, pág. 450 (Investigación sobre el conocimiento. Alianza, Madrid, 2001).<<
[21] Gibbon, Decline and Fall of the Roman Empire. Harcourt, Londres, 1941, vol. 5, págs. 240 y sigs.<<
[22] Ali Dashti, Twenty-three years: A Study of the Prophetic Career of Mohammad. Harper Collins, Londres 1985.<<
[23] Cansinos Assens, Rafael, Obra completa, tomo II: Mahoma y el Corán, Arca Ediciones, Madrid, 1994.<<
[24] Amir Taheri, Holy Terror, op. cit, pág. 212.<<
[25] La ablación del clítoris es una práctica preislámica practicada hoy por musulmanes, animistas e incluso por cristianos. Cada día se extiende más.<<
[26] Ibn Hazan, El collar de la paloma. Alianza, Madrid, 1971<<
[27] Ignacio Olagüe (1903-1974), en su libro Los árabes no invadieron España (1969), defiende que los hispanogodos se convirtierron masivamente al islam persuadidos por la similitud del arrianismo con la fe de Mahoma, frente a la corriente trinitaria predominante en el resto de la cristiandad. Olagüe, tipo curioso, se interesó por la paleontología, la historia, el ensayo, la gastronomía, el teatro, la novela, por el fascismo de Giménez Caballero y por las JONS.<<
[28] Claudio Sánchez Albornoz, De la Andalucía islámica a la de hoy. Rialp, Madrid, 1998, pág. 15.<<
[29] Eulogio de Córdoba, Memorial de los santos, en Obras completas, libro I. Akal, Madrid, 2005, págs. 88-89<<
[30] Rosa María Rodríguez Magda, La España convertida al islam. Altera, Barcelona, 2006, pág. 81.<<
[31] «El enfrentamiento que muy justamente llamamos Reconquista», dice Claudio Sánchez Albornoz, De la Andalucía islámica a la de hoy. Rialp, Madrid, 1998, pág. 29.<<
[32] Claudio Sánchez Albornoz, De la Andalucía islámica a la de hoy. Rialp, Madrid, 1998, pág. 18.<<
[33] Conocemos la fecha exacta de su construcción gracias a la lápida fundacional encontrada hace un siglo frente a la puerta del Castillo. La fortaleza de Baños forma parte de la interesante y recomendable «Ruta de los Castillos y las Batallas» (consultar su página web), que arranca de Calatrava la Vieja y llega hasta Granada.<<
[34] En la patraña de la batalla de Clavijo se apoyaba la Iglesia para exigir el Privilegio de los Votos que obligaba a los cristianos españoles a entregar a la diócesis de Santiago una medida de trigo y otra de vino por cada yugada de tierra. El documento del compromiso que exhibía la Iglesia era una falsificación.<<
[35] Estimulada por el desplome de las torres gemelas y por el resurgimiento del terrorismo fundamentalista islámico, la Iglesia, con esa prudencia que la caracteriza, ha sustituido recientemente la imagen del Santiago Matamoros por la de Santiago Peregrino, a pie, pacífico, con el bordón y la concha. Una medida prudente si se tiene en cuenta que en la catedral de Santiago de Compostela es imposible controlar la cantidad de peregrinos que entran con la mochila al hombro, entre los cuales podrían fácilmente colarse los terroristas islámicos con cargas de demolición.<<
[36] Claudio Sánchez Albornoz, De la Andalucía islámica a la de hoy. Rialp, Madrid, 1998, pág. 19.<<
[37] Protagonista de nuestra novela Guadalquivir, ambientada en al-Andalus en el siglo XIII.<<
[38] En el diseño de sus ciudades, los moros se limitaron a copiar de los bizantinos y de los persas el típico esquema de la ciudad fortificada oriental que empieza en Jorsabad, la capital de Sargón II, hace dos mil ochocientos años.<<
[39] Hoy está en el Museo Arqueológico de Granada.<<
[40] La crónica asegura que se comieron «las bestias, los perros, los gatos y los mozos que podían furtar» o sea, que se dieron casos de canibalismo, por otra parte nada infrecuente en la Europa medieval.<<
[41] Se extienden junto al río Huso, término de Navalmoralejo, cerca del pueblo El Puente del Arzobispo, en la provincia de Toledo, lindando con la de Cáceres.<<
[42] Vascos. La vida cotidiana en una ciudad fronteriza de al-Andalus. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Toledo, 1999.<<
[43] Es sabido que los más débiles tienden a imitar el atuendo de los fuertes. En tiempos de Felipe II, en algunas cortes europeas se puso de moda el negro, color dominante en la española. Hoy los pantalones tejanos, incómodos y feos, son el atuendo prestigiado de muchos jóvenes, incluso de los que protestan contra el imperialismo americano.<<
[44] En Jaén todavía queda memoria de un hornero del barrio de los Caños apodado Poyagorda, y mucha gente cree que el título alude al cumplido calibre de su credencial masculina, cuando en realidad se refiere a las abusivas poyas que detraía del pan.<<
[45] Es un invento mogol del siglo XIII que gozó de aceptación en el mundo islámico. Resulta bastante similar al guesquel, escobilla de cerda mular atada detrás del glande, con el que los indígenas patagones deleitan a sus mujeres.<<
[46] Emilio García Gómez, Poemas arabigoandaluces. Espasa Calpe, Madrid, 1944.<<
[47] Los moros llamaron genéricamente alfonsos a los cristianos por la coincidencia del nombre que se dio en distintos reyes: en Aragón, Alfonso el Batallador; en Castilla, Alfonso VII; en Portugal, Alfonso I Enriques.<<
[*] Sin despreciar las fuerzas del rey de Portugal y de voluntarios franceses y leoneses. Del total de unos 70.000 hombres, Castilla aportó unos 50.000. (Revisión digital)<<
[48] Recordemos que muchos califas eran hijos de cristianas cautivas. En la mentalidad árabe, la raza o religión de la madre era indiferente; la mujer es un mero recipiente donde el hombre engendra los hijos que perpetúan su estirpe.<<
[49] Se trata del al-Kalam ‘ala l-agdiya, obra de Abu Bakú Ábd al-Aziz, del siglo XV, publicado en Cuadernos de Estudios Medievales, VII-VIII, Universidad de Granada, Granada, 1978-1979.<<
[50] No nos referimos a los almogávares aragoneses que integraron la famosa expedición a Grecia. El guerrero de frontera meridional, moro o cristiano, muchas veces a medio camino entre el bandidaje y el corso terrestre, se llamó también almogávar.<<
[50b] Alonso de Palencia, Guerra de Granada, libro II. Biblioteca de Autores Españoles, Madrid, 1909, págs. 28-29.<<
[51] Hernando del Pulgar, Libro de los Claros Varones de Castilla, tit. XVII. Tate, Oxford, 1971, pág. 55.<<
[52] Don Juan Manuel, Libro de los Estados. Biblioteca Autores Españoles, vol, 51, Madrid, 1874, caps. LXXV y LXXVI.<<
[53] Gonzalo Argote de Molina, Nobleza de Andalucía. Jaén, 1588, pág. 463.<<
[54] Por este motivo los franceses denominan isabelle al color amarillento.<<
[55] Luis de Mármol, Rebelión, libro II. Arquval, Málaga, 2004, cap. I, pág. 157<<
[56a] Serafín Fanjul, Al-Andalus contra España. Siglo XXI, Madrid, 2002, pág. 9<<
[57] Antonio Domínguez Ortiz, España, tres milenios de Historia. Marcial Pons, Madrid, 2001, pág. 162.<<
[58] Claudio Sánchez Albornoz, De la Andalucía islámica a la de hoy. Rialp, Madrid, 1998, pág. 15.<<
[59] Claudio Sánchez Albornoz, De la Andalucía islámica a la de hoy. Rialp, Madrid, 1998, pág. 16<<
[60] Ibídem, pág. 23.<<
[61] Jon Juaristi, prólogo al libro de Rosa María Rodríguez Magda, La España convertida al islam. Altera, Barcelona, 2006, pág. 48.<<
[62] Ibídem, pág. 15.<<
[63] Obsérvese la abundancia de apellidos castellanísimos en los añorantes del islam: Infante, Paladín, Escudero o Carrasco.<<
[64] «El avance del islam en España». Tiempo, núm. 1.242, 13-19 de febrero de 2006, págs. 16-23.<<
[65] Veintidós en Ceuta y Melilla, once en Andalucía, tres en Aragón.<<
[66] Serafín Fanjul, Al-Andalus contra España. Siglo XXI, Madrid, 2002.<<
[67] Prólogo al libro de Serafín Fanjul Al-Andalus contra España. Siglo XXI, Madrid, 2002, pág. XII.<<
[68] Claudio Sánchez Albornoz, De la Andalucía islámica a la de hoy. Rialp, Madrid, 1998, pág. 21.<<
[69] Jorge A. Rodríguez, «El sueño de Al-Andalus». El País, 15 de abril de 2007, pág. 7.<<
[70] Rosa María Rodríguez Magda, La España convertida al islam, Altera, Barcelona, 2006, pág. 116.<<
[71] Rosa María Rodríguez Magda, La España convertida al islam. Altera, Barcelona, 2006, pág. 133.<<
[72] Rosa María Rodríguez Magda, La España convertida al islam. Altera, Barcelona, 2006, pág. 145<<
[73] Rosa María Rodríguez Magda, La España convertida al islam. Altera, Barcelona, 2006, pág. 165.<<
[74] Claudio Sánchez Albornoz, De la Andalucía islámica a la de hoy. Rialp, Madrid, 1998, pág. 30-31.<<
[75] Oriana Fallaci, La rabia y el orgullo. La Esfera, Madrid, 2002, pág. 85.<<
[76] Rosa María Rodríguez Magda, La España convertida al islam. Altera, Barcelona, 2006, pág. 148<<
[77] Savater, Fernando, La vida eterna. Ariel, Barcelona, 2007, pág. 134.<<
[78] Rosa María Rodríguez Magda, La España convertida al islam. Altera, Barcelona, 2006, pág. 160.<<
[79] García Bellido, Antonio, Veinticinco estampas de la España antigua. Espasa Calpe, Madrid, 1967, pág. 149.<<
[80] Stanley G. Payne es historiador y autor de obras como La primera democracia española.<<
[81] Manuel González Jiménez es catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Sevilla.<<
[82] Serafín Fanjul es catedrático de Literatura Árabe de la Universidad Autónoma de Madrid.<<
[83] Emilio García Gómez fue miembro de la Real Academia Española<<
[84] Cristina López Schlichting es periodista<<
[85] José A. Martínez-Abarca es periodista.<<
[86] Nieves Paradela es profesora de Estudios Árabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid.<<
[87] Tariq Alí: El choque de los fundamentalismos. Cruzadas, yihads y modernidad, trad. María Comiero. Madrid, Alianza, 2002, pág. 59.<<
[88] Nadje Al-Ali: Secularism, Gender and the State in the Middle East. Cambridge, Cambridge University Press, 2000, pág. 25.<<
[89] Bernard Lewis: ¿Qué ha fallado? El impacto de Occidente y la respuesta de Oriente Próximo, trad. Víctor Gallego. Madrid, Siglo XXI, 2002.<<
[90] Acaba de aparecer la segunda edición española de su Orientalismo, trad. M. Luisa Fuentes. Barcelona, Debate, 2002.<<
[91] Existe traducción española de una obra suya: La conspiración. El trauma de la política árabe, trad. Angela Ackermann. Barcelona, Herder, 2001, 2.a ed.<<
[92] Véase mi artículo: «Nuevas cuestiones sobre el discurso feminista árabe», en El Magreb y Europa: literatura y traducción, Escuela de Traductores de Toledo. Toledo, 1999, págs. 21-44.<<
[93] En español disponemos de la única traducción de una obra completa suya a una lengua europea. Mohamed Ábed Yabri, El legado filosófico árabe. Alfarabi, Avicena, Avempace, Averroes, Abenjaldún. Lecturas contemporáneas, trad. Manuel Feria. Madrid, Trotta, 2001.<<