Prefacio

«A Igor Stravinsky le gustaba mucho expresarse y escribió bastante sobre interpretación. Como era de temperamento volcánico, se mostraba partidario de la contención. Entonces, aquellos directores que no tenían nada de volcánicos se proclamaron de acuerdo, alzaron sus batutas y guardaron contención, mientras el propio Stravinsky dirigía su Apollon Musageve tan apasionadamente como si fuera Tchaikovsky. Los que le habíamos leído escuchábamos y no salíamos de nuestro asombro».

Linterna mágica, de Ingmar Bergman

La mayoría de nosotros —consciente o inconscientemente— perseguimos un nivel de equilibrio interno y de armonía entre nosotros mismos y el mundo exterior, y si nos llegamos a dar cuenta —como Stravinsky— de que cenemos un volcán en nuestro interior, lo compensaremos buscando la contención. Del mismo modo, alguien que tenga dentro un glaciar debería permitirse la expansión. Como apunta Bergman, el peligro está en que una personalidad glacial que necesita soltarse puede leer a Stravinsky y buscar la contención.

Muchas de las ideas que siguen, aunque presentadas al público en una conferencia, son en realidad advertencias para mí mismo, métodos de trabajo que he desarrollado para enfrentarme con mis volcanes y glaciares particulares. Como tales, son muestras de la búsqueda del equilibrio de una persona; y si resultan interesantes para otros, se debe más a la exposición de la propia búsqueda que a los métodos específicos a los que ha dado lugar.

Quisiera dar las gracias a Ken Sallows por proporcionarme la transcripción de la conferencia original y la oportunidad de presentarla a un público más amplio. Por razones formales, he hecho ciertas revisiones y añadido algunas notas a pie de página a lo que fue, en su mayor parte, un diálogo improvisado con el público, a quien quiero agradecer su interés y participación. Asimismo he actualizado algunas cuestiones técnicas y he añadido un epílogo que trata del impacto que la edición digital no lineal ha causado en el proceso de hacer películas.

Gracias especiales también a Hilary Furlong (entonces miembro de la Australian Film Commission), quien hizo posible mi estancia en Australia, donde tuvo lugar la conferencia original.

Walter Murch

Roma, agosto de 1995.