Afortunadas, islas: expresión homérica en la Odisea, IX, 109. Las islas Afortunadas son escenario de diversas leyendas paradisíacas de la Antigüedad, que las sitúan más allá del estrecho de Gibraltar o columnas de Hércules, por lo que se las ha identificado a menudo con las Canarias.
Aldo Manucio: se refiere a Aldo Manucio o Manucci (h. 1450-1515), impresor y estudioso veneciano, fundador de la famoso imprenta Aldina, que se distinguió por dispensar las primeras ediciones de diversos autores griegos, romanos e italianos, además del propio Erasmo. Fue el primero en imprimir con caracteres griegos y usó también nuevos tipos que encargó. Imprimió cerca de un millar de libros y su obra fue continuada por su hijo y nieto.
Alfa y omega: locución tomada del Apocalipsis, I, 8: Ego sum Alpha et Omega, principium et finis, etc. En griego, la letra alfa se usa para designar el número 1.
Anquises: padre de Eneas, el cual fue fruto de sus amores con Venus.
Apeles: fue el más célebre pintor de la Antigüedad y vivió en el siglo IV a. C. Probablemente nació en Colofón, patria de Jenófanes y una de las cultas ciudades de la costa del Asia Menor. Fue un protegido de Alejandro Magno.
Apolo: Apolo, o Febo Apolo, identificado con el Sol, era hijo de Júpiter y Latona y hermano gemelo de Diana. Es el dios de la medicina, la poesía, la música y los oráculos.
Aquiles: hijo de Peleo y de la diosa Tetis, fue el guerrero más famoso del bando griego en la guerra de Troya.
Argos: símbolo por antonomasia de la agudeza de visión. En Ovidio, Metamorfosis, I, 625: Centum luminibus cinctum caput Argus habebat («La cabeza de Argos tenía cien ojos en ruedo»).
Arquíloco: poeta griego (h. 714-676 a. C.), nacido en Paros. Ha sido estimado como el primero de los líricos, aun cuando son renombradas sus poesías satíricas.
Arturo: rey semilegendario (¿siglo VI?) de los britanos, considerado como héroe nacional de la primitiva Britania, a la cual parece haber defendido contra los sajones, si es que se admite que fue un caudillo romano-britano. Se le consideró como uno de los puntos de arranque de la caballería y la nobleza medievales y centró una copiosa literatura.
Até: era la diosa del castigo y la venganza fatales. Cfr. Ilíada, XIX, 91.
Atelanas: farsas groseras que se representaban en los albores del teatro romano.
Atenea: véase Palas Atenea.
Ayax: guerrero del bando griego en la guerra de Troya, famoso por su fuerza y corpulencia.
Baco: refiere Ovidio (Metamorfosis, III, 310; IV, 12) que Baco era hijo de Júpiter y la ninfa Sémele y nació prematuramente, por lo cual el dios lo salvó teniéndolo insertado en su muslo hasta el momento oportuno. El sitio donde lo conservó Júpiter contrasta con el hecho de que Palas Atenea, o Minerva, naciera directamente de su cabeza.
Basílides: contemporáneo del emperador Adriano, enseñaba que existían 365 cielos, figurados por la palabra mágica «Abraxas», el valor de cada una de cuyas letras, al sumarse según la numeración griega, daba aquella cantidad. Así: Α´, 1; Β´, 2; Ρ´, 100; Α´, 1; Ξ᾽, 60; Α´, 1; Σ´, 200.
Bruto: Marco Junio Bruto (85-42 a. C.), político romano, se alineó con Pompeyo en la guerra contra Julio César y participó en la conspiración que le dio muerte. Se suicidó tras ser derrotadas sus tropas en Farsalia por las de Octavio. Quevedo escribió una biografía de él que le presenta como modelo de las virtudes de un tribuno republicano.
Cadmo: fue metamorfoseado en serpiente, en Ovidio, IV, 571-603.
Caos: según Hesíodo, el caos era hijo de la oscuridad. Ovidio, recogiendo las tradiciones griegas de su tiempo, presenta al dios supremo que crea el cielo y la tierra rasgando el caos.
Casio: Cayo Casio Longino (m. 42 a. C.) fue cuestor y tribuno y se adhirió al bando de Pompeyo. Después de la batalla de Farsalia, fue hecho prisionero por Julio César y amnistiado. Conspiró con el grupo aristocrático enemigo de éste, preparando su asesinato. Perseguido por la reacción favorable al recuerdo de César, huyó junto con Bruto y se suicidó después de ser derrotados en Filipos.
Catón: en esta familia romana fueron más célebres Marco Porcio Catón el Viejo (234-149 a. C.), también conocido por el Censor, que mandó tropas en la segunda guerra púnica y dirigió una severa represión en Hispania. Defendió la austeridad de costumbres y gastos y advirtió insistentemente a los romanos contra el peligro cartaginés. Su biznieto Marco Porcio Catón el Joven (95-46 a. C.), llamado de Útica, fue cuestor y tribuno, se enfrentó con Julio César, luchó en el lado de Pompeyo en la batalla de Farsalia, escapó a Útica, en la costa africana, y se suicidó allí, tras la victoria de César en Thapso.
Caverna de Platón: en su República (I, 7), Platón expone su concepto del conocimiento que el hombre tiene de las cosas presentando la conocida parábola de una caverna donde hubiera diversas personas sentadas de espaldas a la entrada, y que sólo vieran del exterior las sombras que se proyectaban sobre la pared.
Ceyx: fue metamorfoseada en ave, según Ovidio (1, XI, 410-742).
Cicerón: Marco Tulio Cicerón (106-43 a. C.) fue uno de los más famosos políticos y literatos romanos y el más descollante de los oradores. Nacido en Arpinum, de familia ilustre, estudió en Grecia y Asia Menor y fue luego cuestor y pretor, y cónsul en el año 63 a. C., en que denunció y desbarató la conspiración de Catilina, haciéndole matar, exceso que le fue reprochado y lo obligó a exiliarse. Más tarde, de regreso, se adhirió a Pompeyo en el enfrentamiento contra César. Después del asesinato de éste, clamó y actuó contra Marco Antonio, Octavio y Lépido, los triunviros, hasta ser perseguido por su poder y muerto. Sus fracasos e infortunios como político activo contrastan con la brillantez de su obra literaria y sus discursos.
Cinamomo: el cinamomo actual, Cinnamomum zeylanicum, es diferente del antiguo, que se supone fue la casia, empleada en los embalsamamientos egipcios, en la liturgia hebrea y más tarde como perfume medieval, que era una de las especias traídas de Oriente.
Circe: hija del Sol, dedicada a la hechicería, habitaba en la isla de Ea y embrujaba a sus huéspedes convirtiéndolos en animales. Algunos de éstos eran compañeros de Ulises.
Cómodo: el emperador Lucio Aurelio Cómodo (180-192) era hijo de Marco Aurelio. Aunque había sido educado con esmero, mostró una inclinación a la violencia y el libertinaje que convirtieron su reinado en uno de los más escandalosos. Su amante Marcia encargó al atleta Narciso que lo matase, y con su muerte se extinguió la familia Antonina.
Córdax: danza lasciva y descompuesta.
Creso: rey de Lidia (h. 560-h. 546 a. C.). Tras usurpar el trono, sometió a las ciudades de la costa griega del Asia Menor y promovió su riqueza, acopiando un tesoro que se hizo famoso. La prosperidad de esta región se debió en parte a haber comenzado a utilizar la moneda en el comercio. Fue derrotado y desposeído por los persas.
Crisipo: Crisipo de Cilicia, el más sutil e ingenioso de los estoicos (h. 281-208 a. C.), dirigió la escuela estoica, sucediendo a su maestro Cleantes. Autor prolífico, redactó centenares de tratados.
Cronos: según algunas versiones, la creación del cosmos fue efectuada por Cronos, divinidad primigenia a quien llamaban Saturno los latinos. Hijo de Urano, el cielo, y Gea, la tierra, tomó por esposa a su hermana Rea y, avisado de que un hijo suyo lo destronaría, fue devorándolos a medida que nacían, escena representada por Goya. Cuando nació Zeus, o Júpiter, su hijo, su madre lo escondió y más tarde éste luchó contra Cronos y lo destronó.
Cupido: niño dios del amor, hijo de Venus.
Dafne: la ninfa Dafne fue metamorfoseada en árbol, según refiere Ovidio, Metamorfosis, I, 452-567.
Decios: tres individuos de la familia de los Decios se ofrecieron en sacrificio a los dioses por amor a la patria, en los siglos IV y III a. C.; en Cicerón, De finibus, II, 19, 61.
Delos: Ovidio, en Metamorfosis, VI, 333-334, habla de la que había sido flotante y errabunda isla de Delos, asilo de Latona, amante de Júpiter. Errática Delos – orantem accepit tum cum levis insula natat («La errática Delos acoge a la suplicante mientras flota la leve isla»).
Demócrito: famoso filósofo griego, nacido en Abdera hacia el año 480 a. C., a quien algunos tienen por precursor del concepto del átomo. De él se dice que el espectáculo de la vida humana le producía constante risa.
Demóstenes: el famoso orador Demóstenes (384-322 a. C.) nació en Atenas y quedó huérfano a los siete años. Sus tutores malbarataron la herencia de su padre y el joven Demóstenes los llevó a juicio y ganó el pleito. Más tarde profundizó en el estudio de las leyes y su práctica. Hasta alrededor de los treinta años su trabajo consistía en hacer estudios y discursos para otros, pero hacia el año 354 empezó a interesarse por la política y se centró en denostar el imperialismo de Filipo II de Macedonia y la desunión de las ciudades griegas.
Diana: hija de Júpiter y Latona y hermana gemela de Apolo, era una divinidad itálica que fue luego refundida con la Artemis griega. Señoreaba sobre los bosques, los animales y la fertilidad. Según otras significaciones, se la considera también diosa de la Luna y de los infiernos y los hechizos. Frazer, en su Rama dorada, analiza los mitos telúricos relacionados con su culto. Abundaron las leyendas de favores y también de crueles castigos determinados por esta diosa.
Dídimo: nació en Alejandría en 63 a. C. y fue gramático y retórico.
Ecceidad: entre los escolásticos, es lo que indica que está presente una cualidad en una cosa.
Eléboro: planta ranunculácea cuyo rizoma contiene glucósidos venenosos que producen graves alteraciones, a veces mortales. En contra de la opinión clásica, que estimó que servía para curar trastornos nerviosos, hoy se la considera peligrosamente perjudicial.
Empíreo: a los siete cielos tradicionales los filósofos griegos añadieron otros tres, de los cuales el décimo, o Empíreo, se destinaba a los bienaventurados.
Entimema: es una forma clásica de silogismo donde una de las dos premisas está sobreentendida por obvia dentro del razonamiento.
Erix: hijo de Venus y hermano de Eneas, fue rey de Sicilia y murió a manos de Hércules.
Esculapio: nombre latino del dios griego Asclepio, posible abstracción de una o varias figuras reales de la medicina y la filosofía. Tenía un templo en Epidauro y fueron famosas las serpientes que se veneraban en él y siguen presentes en los emblemas actuales de la medicina y la farmacia. Las menciona Aristófanes en el Pluto, vv. 690 y 733.
Estentor: combatiente griego en la guerra de Troya, donde sirvió como heraldo por su poderosa voz, según la Ilíada, V, 785.
Estoicos: la escuela de los estoicos deriva su nombre de la Stoá, o pórtico, donde se reunían los primeros miembros de esta agrupación.
Euclides: matemático griego (h. 300 a. C.) que enseñó en Alejandría y compuso sus Elementos en trece libros, que constituyen el primer tratado matemático griego llegado hasta nosotros.
Eurípides: dramaturgo griego (480 o 484-406 a. C.) Compuso unos ochenta dramas, de los que se han conservado completos dieciocho. Se distinguió por su notable habilidad en el montaje y desarrollo de las situaciones escénicas así como por su destreza en procurarse popularidad y amparo oficial.
Faón: fue un viejo barquero de Mitilene que transportó a Venus sin querer cobrarle nada, y recibió de ésta el obsequio de ser devuelto a la juventud.
Furias: son tres divinidades maléficas que torturan y enloquecen a sus víctimas. Sus nombres son Alecto, Tisífone y Megera.
«Gesta romanorum»: las Gesta romanorum parecen haberse escrito en Inglaterra a finales del siglo XIII y principios del siguiente.
Gorgonas: seres maléficos, hijas de Forcis y Ceto, de figura monstruosa y mirada que transformaba en piedra a aquellos a quienes se dirigiese. Eran tres, Esteno, Euríale y Medusa, de las que eran inmortales las dos primeras. La última fue muerta por Perseo con la ayuda de Palas Atenea.
Gymnopaidía: danza de origen espartano.
Harpócrates: las imágenes de este dios, vinculado con el Horus egipcio, lo representaban frecuentemente con ademán de indicar silencio.
Héctor: príncipe troyano, hijo del rey Príamo y Hécuba, casado con Andrómaca. Lo mató Aquiles en el curso de la guerra cantada por Homero.
Hércules: hijo de Júpiter y Alcmena, llamado también Alcides, es la representación de la fuerza en la mitología griega.
Hermógenes: Marco Tigelio Hermógenes fue un popular cantante protegido por Augusto y mencionado por Horacio.
Hesíodo: poeta griego, del siglo VIII a. C., que describió la vida rural en Los trabajos y los días, dando consejos sobre las tareas más convenientes, y la creación del mundo en la Teogonía.
Isócrates: orador y literato ateniense (436-338 a. C.) que se integró de joven en el grupo de Sócrates y se dedicó luego a la enseñanza de la oratoria, sobre la que escribió varios tratados. Se pronunció contra el imperialismo de Filipo de Macedonia, propugnando por la unidad de los griegos.
Jacobinos: aunque a este vocablo se ha superpuesto la significación política más moderna del mismo, designaba originariamente el convento dominico de París, en la calle Saint-Jacques, donde se instaló un grupo extremista en la Revolución Francesa.
Japeto: fue un titán, padre de otros con los que se enfrentó Zeus en la lucha de éste por dominar el mundo, de donde expulsó a los titanes.
Jerónimo, san: padre de la Iglesia, nacido en Stridon (Italia) (h. 342-420). Estudió las humanidades clásicas y viajó por el Próximo Oriente. Fue luego secretario del papa Dámaso. De regreso a Tierra Santa, se estableció en Belén en 386 y preparó allí su versión al latín, la Vulgata, de las Sagradas Escrituras.
Julio II: el papa Julio II (1503-1510, n. 1443) fue un descollante mecenas y ordenó a Bramante diseñar la basílica de San Pedro, cuyas obras comenzaron en 1506. Encargó a Rafael y Miguel Ángel grandes trabajos para la misma. Mantuvo una guerra para defenderse de los franceses con la ayuda de las armas españolas del Gran Capitán. Erasmo satirizó su presunto belicismo con la obra Julius exclusus.
Juno: hija de Saturno y Cibeles, hermana y esposa de Júpiter; es la protectora de los matrimonios.
Júpiter: hijo de Saturno o Cronos y de Cibeles o Rea, se salvó gracias a su madre de ser devorado por su padre como había ocurrido antes con sus hermanos. Júpiter le obligó a vomitarlos y con su ayuda destronó a su padre y se entronizó en el Olimpo.
Latona: amante de Júpiter, de quien tuvo a Apolo y Diana. Por temor a Juno, esposa del dios, ningún lugar de la Tierra la admitía para que diese a luz. Sólo la acogió la isla de Ortigia, que era flotante y errante, pero fue parada por Apolo, el cual la llamó Delos (véase Delos).
Leteo: río del olvido, en los infiernos. Virgilio habla de él en Eneida, VI, 715: Lethaei ad fluminis undam… securos latices et longa oblivia potant («En las ondas del río Leteo beben aguas tranquilas y unos largos olvidos»).
Licurgo: legislador legendario de Esparta situado vagamente en el siglo X a. C., a quien se atribuye el código de costumbres austeras y disciplinadas de aquella ciudad. Quiso mostrar a su pueblo la importancia de la educación, valiéndose de la exhibición de dos perros, uno cazador y otro casero, según recuerda Horacio (Epístolas, I, 2, 65).
Linceo: uno de los argonautas, cuya clara vista se exageró proverbialmente, quizá por haber emparentado su nombre con el lince.
Luciano: satírico griego(h. 117-180 d. C.), que nació en Samosata y viajó ampliamente por el imperio pronunciando discursos pagados, con los que se enriqueció. Se estableció en Atenas y se dedicó a un nuevo género literario, el diálogo humorístico, dentro del cual sobresalieron sus Diálogos de los dioses y los Diálogos de los muertos. También escribió narraciones de entretenimiento, sin dejar de buscar moralejas.
Malea: en la actualidad este cabo es el Matapán, famoso por sus tempestades, escenario de diversos episodios de la historia naval. En 1941 se desarrolló en sus inmediaciones una importante batalla entre la flota británica mandada por lord Cunningham, y la italiana del almirante Riccardi.
Marco Curcio: el caballero romano Marco Curcio, también llamado Meto o Metio Curcio, se arrojó a un abismo que se había abierto en el Foro en el año 362 a. C., y que sólo se cerraría si se lanzaba a él voluntariamente lo más valioso de la ciudad, según había anunciado un oráculo. Erasmo confunde su nombre con el de Quinto Curcio Rufo, el cual escribió hacia los años 41-54 d. C. una historia de Alejandro Magno.
Memnón: el rey etíope Memnón era hijo de Titón y Eo, la Aurora. Era sobrino del rey troyano Príamo y combatió contra los griegos hasta perder la vida a manos de Aquiles. Zeus, conmovido por las lágrimas de Eo, se la restituyó y le hizo inmortal. Estas lágrimas fueron tenidas por el origen del rocío matutino. El nombre de Memnón se relacionó en Egipto con las estatuas de Amenhotep III, cerca de Tebas. Una de ellas tenía fama de emitir unos sonidos armoniosos a la salida del Sol, saludando a la aurora, fenómeno causado probablemente por el cambio de temperatura de las piedras.
Menenio Agripa: cónsul romano en 503 a. C. Logró apaciguar una revuelta del populacho romano, en el año 494, contra las clases altas, gracias a las concesiones que obtuvo de éstas. La leyenda añade que aquietó el tumulto con un discurso en que defendió que todos los sectores de la colectividad eran convenientes entre sí, valiéndose del símil de la cooperación entre las distintas partes del cuerpo (Tito Livio, II, 16, 7; 32, 8).
Mercurio: hijo de Júpiter y Maya, es el mensajero del Olimpo y protector de los viajeros y comerciantes, así como custodio de los muertos en su camino hacia ultratumba.
Midas: rey de Frigia, discípulo de Orfeo. Dioniso le concedió el don de transformar en oro todo lo que tocase y luego se lo quitó a petición del propio Midas. Arbitro de los desafíos musicales entre Apolo y Pan y Apolo y Marsias, el dios castigó el que Midas lo desaprobara haciendo que sus orejas creciesen como las de un asno.
Mileto: ciudad jónica de la costa de Asia Menor cuya prosperidad comercial empezó hacia el siglo IX a. C. Su esplendor cultural está simbolizado por la figura de Tales que encabezó la escuela de pensadores allí radicada en el siglo VI a. C. Aulo Gelio (Noches áticas, XV, 10), refiere que unas jóvenes de Mileto, enamoradas hasta la locura, quisieron ahorcarse.
Minos: hijo de Zeus y de la ninfa Europa, fue rey de Creta e hizo construir en ella el laberinto. Este relato poetiza la cultura minoica de la isla cuyo monumento principal es el palacio de Cnossos. Según la leyenda, Minos hacía creer a los cretenses que recibía instrucciones de Júpiter en una gruta.
Moly: la planta llamada moly en la actualidad es una especie bulbosa (Allium moly), que no tiene relación con la mencionada en la Odisea (X, 302-306). Se describe allí que Hermes se la proporciona a Ulises como protección contra la magia de Circe. En la misma época clásica no estaba claro si la planta en cuestión era real o fantasiosa, acaso como vestigio de religiones orientales.
Momo: divinidad menor, hijo de la noche, según Hesíodo (Teogonía, 214), que solía criticar satíricamente a los demás dioses, por lo cual más tarde se le ha emparentado con el teatro cómico.
Morosofos: Μωροσόφος, en el original, palabra creada por Luciano (Alex., 40), para designar a los sabios que desbarran. La palabra griega ha resucitado curiosamente en el mundo estudiantil norteamericano, donde se llama sophomores a los estudiantes de segundo curso, como si fuesen aprendices de sabios.
Némesis: divinidad griega que personifica la venganza celestial contra la soberbia y la ambición.
Neotete: parece un nombre inventado por Erasmo y con el significado de «instauración de la juventud» lo aplica a una ninfa.
Nepente: era una bebida que los dioses usaban para aliviar las heridas o dolores y que producía olvido, como las aguas del río Leteo. Existe una planta con este nombre, la Nepenthes distillatoria, que es carnívora y exige un ambiente cálido y húmedo.
Neptuno: llamado Poseidón en la mitología griega, es hijo de Saturno y Cibeles y reina sobre los mares y las aguas.
Néstor: rey de Pilos, consejero prudente de Menelao en la guerra de Troya. Fue proverbial su longevidad.
Nireo: personaje de fealdad proverbial, como fue la de Picio. Es mencionado por Juvenal, III, 90-91.
Nominalismo: en la Edad Media las ideas realistas de origen platónico y aristotélico derivaron hacia ciertas posturas de reconocimiento de que tienen realidad las ideas universales, las cuales existen aparte de las cosas concretas, actitud que anduvo paralela a la ortodoxia religiosa. Como reacción contra el realismo, los nominalistas negaron la existencia de los universales, pretendiendo que la existencia de un vocablo generalista no implica la existencia real de una cosa general designada por éste. Guillermo de Ockham (h. 1290-1349) intentó conciliar ambas posiciones.
Numa Pompilio: fue el segundo monarca de la primitiva Roma (715-673 a. C.). Organizó las costumbres y devociones y pretendía estar aconsejado por los dioses a través de la ninfa Egeria.
Oráculo de Delfos: el templo de Apolo en Delfos estaba centrado por el trípode colocado sobre una fuente de emanaciones tóxicas, y en éste se sentaba la pitonisa del oráculo.
Orco: es concepto similar al de infierno, alusivo a un primitivo cosmos amorfo y desordenado, anterior a la creación divina.
Órdenes religiosas: muchas de las órdenes que vemos caricaturizar en el texto habían sido fundadas en tiempo de Erasmo, o poco antes, por lo cual se hallaban todavía en plena discusión: así santa Coleta había fundado la orden de Santa Clara en 1425; san Francisco de Paula, los mínimos, en 1436; los observantes habían sido aprobados en 1446, y los agustinos recoletos, en 1526. Aparte de los seguidores de santo Tomás de Aquino (1225-1274), se hace alusión en la obra de Erasmo a los de san Alberto Magno (h. 1200-1280) y de Duns Scoto (h. 1265-1308), dominicos los dos primeros y franciscano el último. Estas órdenes hicieron causa común con los autores respectivos en sus tesis filosófico-teológicas.
Orfeo: en Horacio (Epístola a los Pisones, vv. 392 y sigs.): «El sagrado Orfeo, oráculo de los dioses, apartó de la vida y de las costumbres sanguinarias a los hombres salvajes. Así dijeron que amansaba tigres y leones corajudos. Y así se dijo del fundador de la Acrópolis de Tebas, Anfión, que movía las piedras al son de su laúd» (traducción de Lorenzo Riber).
Orígenes de Alejandría: Orígenes de Alejandría (h. 185-254) fue uno de los teólogos más sobresalientes de la Iglesia primitiva y dirigió en su ciudad una escuela neoplatónica y estoica aplicada al análisis de las Sagradas Escrituras. Tras un viaje a Palestina en 216, en que fue ordenado presbítero, el obispo de Alejandría le reprochó su indisciplina y lo secularizó. Orígenes se estableció en Cesárea, donde fundó una escuela de literatura y teología; defendía que todos los textos admiten tres interpretaciones: la literal, la psicoética y la alegórica. Murió en el curso de la persecución de Decio contra los cristianos, en Tiro.
Palas Atenea: denominada Minerva en la mitología latina, era hija de Júpiter y Metis. Es la diosa de la inteligencia, las artes y las letras, nacida de la cabeza de Zeus.
Pan: divinidad de la fertilidad, hijo de Mercurio-Hermes. Se le sitúa en la vida silvestre, dedicado al pastoreo y los cultivos, y abundan las fábulas que le describen persiguiendo ninfas.
Paris: hijo del rey troyano Príamo y de Hécuba, raptó a Elena, esposa del rey espartano Menelao, hecho que desató la guerra de Troya. La conquista de Elena le había sido preparada por Venus a cambio de que Paris eligiera a ésta como la más bella, en un juicio donde ella compitió con Juno y Atenea.
Penélope: esposa de Ulises, que esperó largos años su retorno mientras tejía y destejía una labor para entretener a sus pretendientes. Dice Horacio (Epístolas, I, 2): «Holgazanes como los pretendientes de Penélope o la corte juvenil de Alcinoo, cuidadosa de pulirse el cutis más de lo que sería de razón».
Platón: filósofo ateniense (428 o 427-348 o 347 a. C.). Nacido en familia patricia, sus parientes estuvieron conectados con el poder en tiempos de Pericles. Fue discípulo de Sócrates y, al ser éste ejecutado en 399, parece que se exilió junto con Euclides en Megara, y que luego viajó por Egipto e Italia, donde pasó dos largas temporadas en Siracusa. De regreso a Atenas fundó la Academia y, basándose en las enseñanzas de Sócrates, plasmó sus propias ideas filosóficas en los Diálogos y La República.
Pluto: es el dios de la riqueza, al cual caricaturizó Aristófanes en una comedia de este nombre donde, presentándolo como un ciego alelado, censura la injusticia con que aquél reparte los bienes.
Polícrates: tirano de Samos (h. 535-522 a. C.), usurpó el poder en su isla y creó una flota pirática con la que se adueñó del Egeo. Se alió con el faraón Amasis II y luego lo traicionó, uniéndose al monarca persa Cambises, invasor de Egipto. Murió crucificado por los persas. Fue un mecenas de la cultura y el poeta Anacreonte vivió en su Corte.
Príapo: divinidad originaria de Oriente, dedicada a la fertilidad animal y vegetal, que solía ser representado de modo caricaturesco y con un falo desproporcionado. Se le adoraba especialmente en Lámpsaco.
Prometeo: titán que, en su rebelión contra los dioses, robó el fuego del Olimpo para proporcionárselo a los hombres y fue castigado por Júpiter, quien lo encadenó en el Cáucaso a merced de un águila que le devoraba sin cesar el hígado.
Quididad: término escolástico que designa «lo que es» un ser, y se suele emplear como sinónimo de «esencia». Los tomistas la consideran como objeto formal del conocimiento.
Quintiliano: nacido en Calahorra, Marco Fabio Quintiliano (h. 35-100 d. C.) fue jurista y el principal retórico latino y tuvo a Plinio entre sus discípulos. Hacia el año 95 dio a conocer su Institutio oratoria.
Quirón: el sabio centauro Quirón, maestro de Aquiles e inmortal, prefirió morir al ser herido por Hércules.
Rea: conocida también por Cibeles, es una divinidad conectada con la idea oriental de la Gran Madre. Fue la esposa de Saturno o Cronos y madre de Júpiter y de los demás grandes dioses.
Safo: (n. h. 650 a. C.) en la isla de Lesbos, fue la poeta más célebre de la Antigüedad y dirigió una escuela de letras dedicada a las mujeres.
Sertorio: Quinto Sertorio (123-72 a. C.), fue pretor de Hispania en el año 83 y capitaneó una rebelión de los iberos contra el régimen de Sila, que dominaba en Roma. Según Plutarco, Sertorio tenía maravillados a sus auxiliares iberos porque les hacía creer que recibía inspiraciones de los dioses por medio de una cierva blanca.
«Speculum historiale»: recopilación compuesta por el dominico Vicente de Beauvais († 1264).
Tales: Tales de Mileto (h. 624-h. 545 a. C.) es considerado como el fundador de la filosofía griega, que cultivó en la costa occidental del Asia Menor. Se supone que visitó Egipto, donde aprendió astronomía, matemáticas y topografía. Estimaba que el agua era la sustancia originaria del universo. Se le consideró uno de los siete sabios de Grecia.
Tántalo: hijo de Zeus, fue rey del monte Sípilo en el Asia Menor. Para probar la sagacidad de los dioses que le distinguían con su predilección, les sirvió guisado a su propio hijo Pélope. Fue castigado por ellos a padecer hambre y sed, a pesar de hallarse rodeado de comida y bebida, puestas fuera de su alcance.
Temístocles: caudillo y estadista ateniense (h. 523-458 a. C.), dirigió a las fuerzas de su ciudad en la segunda guerra médica y obtuvo la victoria de Salamina sobre las naves del rey persa Jerjes, en 480. Más tarde, fue víctima del ostracismo y se refugió en la corte persa, que lo colmó de honores. La leyenda refiere que en un debate en que se enfrentaban los motivos para la defensiva y la ofensiva, usó la metáfora de las actitudes que adoptan el erizo y la zorra, según refiere Plutarco en la biografía del mismo.
Ténedos: en las culturas de la antigua Hélade abunda el hacha de dos hojas. En la isla de Ténedos un guardia alzaba una de ellas sobre la cabeza de quienes hacían una acusación en los tribunales, como símbolo de que serían castigados si cometían falsedad.
Teofrasto: filósofo y literato ateniense (h. 372-287 a. C.), fue discípulo de Aristóteles y le sucedió en la dirección del Liceo. Se han perdido sus trabajos científicos, pero sus Caracteres, colección de treinta perfiles psicológicos, han sido repetidamente imitados.
Timón: personaje ateniense descrito por Luciano, ejemplo de misantropía. Fue inmortalizado por Molière, en Le misanthrope, y por Shakespeare en la comedia de su nombre.
Timoteo: general y estadista ateniense, de proverbial buena suerte, hijo de Conon y discípulo de Isócrates. Tras haber dirigido las guerras de 378-356 entre Atenas y Esparta, fue uno de los dirigentes de las campañas de 356-355 sostenidas por Atenas contra sus aliados, que se habían sublevado contra ella. Fue procesado por una acción naval desgraciada en el Helesponto y murió en el exilio, en Calcis, en 354 a. C.
Titón: fue metamorfoseado en cigarra, según Ovidio (III, 98).
Tomás Moro: canonizado en 1935, nació en Londres en 1478. Era hijo de un juez y se educó en Oxford. Siguió estudios de derecho y más tarde impartió enseñanzas jurídicas y ejerció la profesión. En los últimos años del reinado de Enrique VII empezó a desempeñar cargos públicos e ingresó en el Parlamento. El cardenal Wolsey lo presentó a Enrique VIII, el cual le confió funciones oficiales cada vez más elevadas, como la de tesorero del Exchequer, en 1521, y canciller del ducado de Lancaster, en 1525, así como misiones ante el rey de Francia y el emperador Carlos V. Al caer Wolsey en 1529, fue nombrado lord canciller y empezó a distanciarse del rey a medida que Enrique VIII acentuaba su rebelión ante el Papa. En 1532 dimitió de su cargo. En 1534, cuando el rey se declaró cabeza de la Iglesia inglesa, Tomás Moro se enfrentó con él y al año siguiente fue ejecutado por orden suya. En 1516 había escrito la Utopía.
Toth: el sabio dios egipcio Toth era tenido por inventor de los números y las letras dentro de la veneración global de los griegos por la sabiduría egipcia.
Trofonio: en el oráculo de Trofonio en Lebadea, el devoto recibía los mensajes del más allá durante su inmersión en una corriente que recorría rápidamente un antro subterráneo. Dice Pausanias que de allí se salía «helado de miedo, sin conciencia de lo que os pasa ni de quienes os rodean» (IX, 39). Bouché-Leclerq (Histoire de la divination, t. III, págs. 323-327) afirma que, como vemos en Erasmo, eran proverbiales la melancolía y la conmoción nerviosa de quienes habían visitado al oráculo mencionado.
Ulises: héroe griego en la guerra de Troya, de proverbial astucia, protegido por Palas Atenea. Era rey de Ítaca, estaba casado con Penélope y padeció numerosas adversidades en el retorno desde Troya, como refiere Homero.
Vejoves: genios infernales etruscos que se integraron en las supersticiones romanas como espíritus maléficos. Los menciona Ovidio (Fastos, III, 429).
Venus: Lucrecio da comienzo a su De rerum natura con la invocación de Venus, a la que considera origen de todo bien. Diosa del amor y de la belleza, fue esposa de Vulcano y tuvo numerosos amantes e hijos.
Vulcano: hijo de Júpiter y Juno, estaba casado con Venus. Virgilio sitúa sus fraguas en el fondo del Etna, donde trabajaba con los cíclopes. Era el dios del hierro y del fuego y andaba cojo por haber sido lanzado desde lo alto del Olimpo por sus padres. Diversos autores lo describen como una figura risible en el conjunto de los dioses.
Zeus: era hijo de Saturno o Cronos, que había tomado por esposa a su hermana Rea y, avisado de que un hijo suyo lo destronaría, fue devorándolos a medida que nacían, escena representada por Goya. Cuando nació Zeus, o Júpiter, su madre escondió al niño y más tarde éste luchó contra Cronos y lo destronó (véase también Júpiter).
Zeuxis: el pintor Zeuxis vivió en el siglo V a. C. y había nacido en Heraclea, en la península Itálica. Era famoso por lo realista de sus bodegones.