Primero de todo quiero agradecer a mi familia y en segundo quiero agradecer a mis lectores por haberos hecho con este libro. También quiero agradecer a Amazon por permitirme llegar a este gran público. Ellos consiguen que autores sin editorial puedan jugar con las mismas reglas (o al menos un cuarto de ellas) para vender nuestros libros y competir en el imposible mercado del libro ofreciendo nuestras letras a quienes las quieran leer. Todos sabemos que hay libros de editoriales que son auténticas mierdas que son mucho peor que otros libros que no tienen editorial (Aunque también hay libros sin editorial que son basura).
Dejando de lado esas cosas, quería deciros que sé que este libro ha sido corto, pero ciertamente, no me veía capaz de aportar nada más a esta segunda parte. En mi opinión está todo lo que debe de estar. Escribir más páginas hubiera sido una estupidez porque habría abierto un nuevo episodio de la saga para dejarlo a medias. El epilogo ha sido un mero tráiler de un siguiente libro en el que como habéis podido leer Hakon ya no es un niño.
Tengo que reconocer que durante el tiempo que he estado escribiendo este libro, he sentido un cariño especial por el personaje de «Sir Dylan Smith». Ese personaje cuando lo creé para mí no tenía mayor importancia, pero en este segundo libro he visto como ha crecido en importancia y por eso me ha dado mucha pena matarlo. Por un instante, pensé que se escaparía con Lorette del asedio vikingo, pero finalmente tomé la decisión de que no me podía encariñar de nadie ni siquiera de Run ni de Hakon. En fin, por culpa de mi mente enferma, encima le deparé un terrible final a Lorette y a las vikingas Diane Deangeles y Erika Christensen. Sin duda que las muertes que se han producido en este libro no han tenido desperdicio. Cada una ha sido más cruel que la anterior. Desde morir aplastado por una roca como lo hizo Einar Ljungberg, a morir devorada por los lobos como lo hizo Lady Nicoleta.
Cambiando de tema, quería comentaros una cosa que me sucedió viendo videos por YouTube. ¡De repente vi a Run Ljungberg en carne y hueso! Esa mujer que confundí con la vikinga se trata de una karateka americana llamada Nikki Stanley. Nikki Stanley no solo se parece a la vikinga físicamente sino que además pega unos saltos y hace unas acrobacias dignas de la vikinga de la trenza dorada.
Por último y para despedirme de vosotros quería pediros el favor de que hicierais algún comentario positivo en uno de mis libros de la saga que hay colgados en Amazon. Los libros que tienen muchos comentarios se venden más, así que ya sabéis ;). Ojalá esta saga se hiciera famosa y llegara a todos.
Saludos y un abrazo. Cuídense.